Hoy el Señor ha llamado a su cuartel celestial a nuestro distinguido amigo
y camarada artillero, SOM. DN. Sergio Sepúlveda Riffo, con quién compartimos
grandes momentos, no sólo en la instancia educativo militar o de instrucción,
sino más bien en el permanente aporte de lo que nos apasionó como soldados, la
música chilena, el folklore, las cuecas y todo aquello que nos permitió hacer
de nuestra vida, un pasar agradable, en medio de las propias exigencias y
tareas, pero que también nos permitió cultivar la amistad, la camaradería y el
"amor a lo nuestro". Fueron muchas jornadas de preparación y cantos,
y mi estimado amigo siempre sirvió con gran interés y cariño a su querido
Regimiento de Artillería Nº 5 "Antofagasta" y recordamos de él no
solo su amor a la música sino también el amor al deporte, un gran campeón de
box, eximio preparador de tantos jóvenes conscriptos que encontraron en sus
enseñanzas las técnicas del deporte boxeril, donde también nos brindó mucho de
su experiencia y conocimiento y grandes satisfacciones. Sentimos en el corazón
la pena propia de hombres de armas, que sufrimos también el dolor ajeno, y el
dolor de la partida, pero sabemos que su escuela fue una entrega desinteresada,
lo que aprendió desde muy joven, siendo un buen soldado, al servicio de la
Patria y en un tiempo oportuno, descubrir al "Señor de la Vida", y en
muchas oportunidades caminar afanado a su templo a aprender el conocimiento de
Jesús, en las sagradas escrituras, y dar todo su corazón a su vocación de
servicio a Dios, la familia y su Patria. A su esposa a la que le decíamos con
cariño "La Teté", y a sus hijos, también amantes de lo "nuestro",
les brindamos nuestra palabra de aliento y el cariño permanente, en la
esperanza de que alguna tarde nos juntaremos en esa ramada de "SANTA
BÁRBARA", para cantar esas tonadas que nos hermanaron en el amor a tantas
tradiciones, y beberemos el buen vino, ese azucarado que en tantas ocasiones
nos permitió brindar en los buenos momentos, para aminorar las penas del alma,
abrazados, cantándole a la noche estrellada en medio del heno y el calor de los
corazones , para brindar por Chile, su historia, su gente y su pueblo, porque
ser soldados es eso: pueblo, humilde, servicial y entregado al trabajo, sin
mirar mezquindades y siempre propendiendo a hacer el bien. ¡¡Salud Camarada!!