¡Qué bueno habernos encontrado esa mañana de trabajo para ti en la Clínica en tus ocupaciones siempre humildes pero de gran espíritu de servicio, y ese día preciso, de gran preocupación para mí, por un nieto enfermo en la urgencia! Y digo ¡Qué bueno habernos encontrado!, porque nos estrechamos en un abrazo propio de viejos camaradas y soldados y recordamos en unos breves instantes, todas esas anécdotas que vivimos en nuestro querido "Esmeralda", (el "viejo" Marambio, el suboficial mayor ecónomo Polanco, y tantos otros trabajadores del "Rancho"), donde llegabas muy de madrugada, quitándole el descanso a tus pies y cuerpo cansados, a revolver los fondos hirvientes de agua para el desayuno de la tropa o en los esfuerzos físicos en la confección de los porotos "musicales" del día, terminando muchas veces observando las mismas estrellas de la noche que te vieron llegar de madrugada, humilde, sonriente y silencioso, quizás con un pan bajo el brazo, para poder volver temprano a la madrugada del día siguiente, con mucha horas sin dormir y una carga inmensa en eso que llamábamos "trabajo", pero que no tenía hora de entrada ni de salida y que nos afectaba a todos por igual, porque teníamos en el corazón joven y lleno de sueños, esa fuerza que impulsa la vida de tantos hombres y mujeres en disímiles tareas y oficios, (no solamente las del cuartel), y que nos llenan de satisfacción el alma, cuando lo que hacemos con tanto espíritu para los demás, regalando los sudores gratuitamente, por ese valor que llamamos "vocación". Claro está que en medio de esa alegría de "servir", está bajo nuestra responsabilidad individual, esa familia personal que "crece", y las obligaciones económicas a veces superan el deseo, y entonces hay que obligadamente buscar nuevas fuentes de mejores ingresos. Se vive de vocación para si mismo, pero con familia, hay que buscar a pesar de nuestros opuestos deseos interiores, otros campos, y entonces de la noche a la mañana te perdiste estimado "Soldado" Veas, de nuestra mirada... Y pasaron tantos años, hasta esa preocupante mañana en ese abrazo fraterno y que en tan pocos instantes, recordamos nuestra vida de soldados, y tus funciones que nunca dejaron de tener esa especial voluntad tan propia de tu servicial voluntad y humilde personalidad. Fue un gran gusto saludarte y contarte de nuestra vida, de tus camaradas amigos y desearte la mejor de la suertes para lo que venía en la vida, sin dejar, obviamente, de retratarnos con la modernidad de una "selfie", para permanecer sonrientes en el recuerdo..... Y entonces hoy, en el inicio de este otoño de la misma vida que nos queda, abruptamente partes de esta tierra a tu misión final, y entonces nos dejas, con la misma tristeza que han experimentado en esta última época de grandes dolores, las personas que han enfrentado la partida de un ser querido; pero nos queda el recuerdo de un hombre bueno, de un noble corazón de soldado, que conoció las estrellas más que el sol, y que recorrió con su cucharón de madera y su gorro blanco de cocinero de combate, todos los escenarios del desierto inmenso de nuestro norte, para brindarnos en el fondo de cualquier quebrada en alguna fría madrugada un buen y reparador "tacho" de café para abrigar las frías entrañas o, en el "descanso del guerrero", entregarnos la ración nutritiva del "Rancho del día", para continuar la marcha en las duras largas e inolvidables jornadas, que sólo conocen "los que han estado allí", y que por desconocimiento o indiferencia, es tan fácil denostar, sobretodo cuando no se ha tenido la oportunidad de quemarse al sol la piel, ni gastado las suelas de las botas, en esas caminatas interminables del desierto y que tú conocías tan bien como nosotros. Descansa en paz José Veas. Te cantamos con voz viril nuestra gratitud y unido a nuestros camaradas "Esmeraldinos", esa canción que nunca se olvida y que llevamos en el alma en cada partida de uno de los nuestros: "YO TENÍA UN CAMARADA, OTRO IGUAL NO ENCONTRARÉ. SIEMPRE A MI LADO MARCHABA Y AL SON DEL CLARIN TOCABA, AL MISMO PASO Y COMPÁS....."
(Quiero repetir: ¡Qué bueno habernos abrazado esa mañana y expresado nuestro mutuo sentir de soldados y caballeros, y en ese abrazo expresarte la gratitud por todo lo que hiciste por todos tus hermanos soldados, y conociéndote humilde y servicial, a cuántos habrás ayudado y servido en tus humildes funciones, que te dieron una mejor opción y calidad de vida, pero que te dieron la oportunidad de apreciar los que más abundaba en tu corazón: tu alegría servicial y tu gran calidad humana.)
Hola amigo muchos recuerdos.Haces mención a Polanco Manuel familiar por afinidad de mi esposo y quiza conociste a Reinaldo Rojas mi primo que siempre trabajaba con Manuel.y mi primo Sofanor Rojas que tocaba en la banda.Saludos amigo
Ohhhhh que pequeño el mundo. Pero claro que los ubico perfectamente. No te imaginas la emoción que produce el saber de estos lazos con personas tan queridas y conocidas en la vida de cuartel del Esmeralda". Muchas gracias por eso.
Carlos Garcia Banda
amigo mañana te envio una foto de Manuel en mi matrimonio fue quien reemplazó al papá que estaba enfermo en Iquique tambien llamafo Manuel.que a su vez fue el padre de crianza de mi esposo.
Que bellas palabras para un amigo de verdad y cuanto camino recorrido.
Hola mi querido amigo muy buena foto el es el sargento ¿zapata ?
Pablo Ramirez
es el soldado Veas del Rancho. Hoy partió al encuentro con el Señor.
El soldado veas que bien ver a los dos juntos
Ucha el Jose Veas, era una excelente persona...grandes recuerdos...
Atte parte del zoológico de la clínica Antof.
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Carlos Garcia Banda
como recordarlo junto al pulpo Rojas, marambio, vilchez ciego mi padre Heriberto rojas mi hermano juan rojas cornejo grandes personas y militares. Saludos
Lindo relato mi SOM. García, que el todo poderoso reciba a nuestro camarada.
Un gran saludo a esos Esmeraldinos de corazon.
Hago extensivo este saludo a Remigio Rojas Parra, Julio Rufran M. ,y Sergio Belmar Zuleta y Caroca !
Se les recuerda mi SOM.
Carlos Garcia Banda
... grandes recuerdon que quedaran en el corazon y en la mente...
Vuela alto José te recordaremos siempre , Admisión clínica Antofagasta
No es el saldado primero naveas
Saludos para el Sub Oficial.sigue igual.El Ranchero.feliz.
Carlos, tu calidad humana se palpa
Un saludo al cielo a mi soldado Veas, gran persona.