sábado, 28 de agosto de 2021

ANTE EL DOLOR DE LA PARTIDA DE CARLITOS CARVAJAL, SOLO RECUERDOS.

 ANTE EL DOLOR DE LA PARTIDA DE CARLITOS CARVAJAL, SOLO RECUERDOS.

Por un tema de salud personal (síndrome c de vértigos; de lo cual solo puedo contar horrores, no he publicado muchos temas en la red ni compartido como mi costumbre fotos ni notas de interés puesto que me ha traicionado el tema salud. Lo único que deseo hoy antes de terminar el día, es decir que - al igual que lo expresado por tantos “ESMERALDINOS” en las redes sociales, en los grupos y en sus propios grupos de amistad, es sin duda, que el alma se siente hoy acongojada y triste por la partida de un gran amigo, y mejor persona, como lo fue nuestro camarada Carlos Carvajal Alvarez, a quien el Señor ha llamado a su presencia, y quien, con su sencilla forma de ser, su profesionalismo ejemplar y su permanente preocupación por su trabajo, hicieron de él un gran militar, un excelente suboficial y un gran y servicial amigo, con virtudes y defectos como todos los que somos humanos y vestimos alguna vez el uniforme del Glorioso Ejército de Chile, pero que en medio del recuento de nuestra propias vidas y experiencias nos damos cuenta que de verdad mi Suboficial Carvajal, era y es muy querido, por sus virtudes humanas, por su cariño y su amor al servicio y al sentido delo deber, y todos quienes alguna vez conocieron de su servicio en sus distintas acciones como soldado.
En lo personal conocí a Carlitos Carvajal cuando éramos jóvenes estudiantes y vacacionábamos en Maria Elena. Allí compartíamos las emociones y alegrías del grupo Juvenil y era nuestra relación de buenos amigos y de grandes conversadores, puesto que Carlos, fue siempre un hombre muy culto, un excelente lector y poseedor de una cultura inmensa y de grandes conocimientos de todas las materias que pudiera conocer un hombre autodidacta, y muy claro en sus convicciones y pensamientos que lo hacían un ser distinto y ejemplar.
En esas tardes pampinas de tertulia y bailes juveniles, entablábamos amenas conversaciones y siempre teníamos algo que aprender de él y eso lo hizo para mí un ser admirable y caballero y como decía de gran acervo cultural y vastos conocimientos.
Quiso la Providencia Divina que nuevamente nos encontráramos cumpliendo el Servicio Militar como soldados el año 1974 en el Glorioso “Esmeralda” y surgiera entonces esa relación de soldados tan especial que a todos alguna vez nos ha causado alguna sincera emoción y sin duda Carvajal fue un gran soldado, en la época en que estuvimos con el “Chino” Cortés, el Leonardo Amaya, y varios ex soldados del “Esmeralda” conociéndonos todos profundamente de nuestros sentimientos y emociones. Más tarde, en esos cursos de emergencia que organizó el Ejército para poder cubrir las plazas de soldados y personal de Planta muy escaso y que debían cumplir tareas propias en esas circunstancias se hicieron cursos especiales y en tal sentido Carlitos Carvajal y varios otros amigos y camaradas de entonces, y tomando muy en serio su deseo y vocación de ser soldados y sin ninguna duda en decir un SI a Chile y un gran SI al “Esmeralda”, como su querida Unidad, la cual fue también su mayor motivación de vida, cultivando allí su sabiduría, seriedad y sentido de responsabilidad en el trabajo con su gran profesionalismo, sus bromas que nunca fueron ajenas para nadie y compartiendo con sus amigos de siempre al calor de una buena copa y/ o un buen pernil, pero sin jamás dejar de velar por el bienestar y preocupación por su familia.
Nuevamente quiso el destino que fuéramos vecinos en ese amado Block 2 de la Población Militar, donde aparte de buen vecino y amigos y junto a su esposa amada Nilda (gran colaboradora del Regimiento en las acciones de los Centros de Madres) y sus hijos, siempre fue un factor de liderazgo entre todos los que allí vivimos, organizando y siempre dirigiendo buenas acciones en bien de los demás.
Los “mejores” “Dieciochos de Septiembre”, las mejores Navidades, y las mejores reuniones sociales del block, los pasamos con gran alegría y amistad, hasta una ramada levantó la familia en el cancha del sector norte del Block para pasar esas fiestas inolvidables y únicas, junto a todos los queridos e inolvidables vecinos de nuestro block y por supuesto los invitados de siempre. Trabajaba sin descanso para brindar alegrías y servicio a sus vecinos, y sobre todo a los niños. Carlos y Nilda, eran especialistas en cultivar la amistad con sus buenos amigos y vecinos y no hay nadie que no los recuerde con cariño.
Por eso que no quiero terminar este día sábado, próximos al último domingo antes de cremar su cuerpo como decidiera su familia, y a Dios gracias, encontrarse su cuerpo presente en estos momentos en la “Capilla Militar” donde en justicia debieran ser velados los cuerpos de todos los ex militares de la guarnición y que los organismos como la Federación o el Círculo, debieran estipular a través de acuerdos con la Comandancia de Guarnición, para no pasar nunca más la vergüenza de que se le niegue el velatorio por una razón de desconocimiento comprensible, a un ex soldado, y cualquiera que, ligado al Ejército necesites de ese espacio espiritual para preparar el alma y la paz de la conciencia en la dolorosa despedida.
A Dios gracias el impasse producido se arregló y hubo la gran humildad de reconocer que fue un involuntario error, que de inmediato se pudo corregir y en eso valoramos el tema de la generosidad del sacerdote, pero debe haber una acuerdo entre la Comandancia de Guarnición para evitar esos bochornos que nos hacen sentirnos cada vez más abandonados sin siquiera darnos el tiemp0o a pensar todo lo que dimos en su oportunidad en el servicio desinteresado a Chile y su Ejército y que sean negados nuestros justos honores.
Con respecto a la Capilla Militar, no podemos desconocer la gran labor que desarrolló Carlitos Carvajal en los tempos que tuvimos la presencia del Padre Oscar. Carlos formó el Primer Grupo Scout en la Capilla Militar y fue un entusiasta director, jefes y organizador de esa instancia que reunió a muchos niños y jóvenes que hoy que lo recuerdan con cariño, luchando siempre por los inconvenientes de los que nunca cooperan o hacen de todo una crítica y los que siempre frenan los esfuerzos por hacer el bien y quieren solo vivir para ellos y en eso nuestro amigo dio muchos largos fines de semana, sábados, y domingos desde muy temprano, para enseñar a nuestros jóvenes niños, hijos de civiles y militares sin distinción, a quienes les enseño el estar SIEMPRE LISTOS, para ayudar al prójimo y servir en lo mejor de su servicio como Scouts.
En lo familiar, que es muy personal, nada puedo decir. Su familia sabe perfectamente la grandeza del padre de familia, el esposo y el amigo. Un ser excepcional en su forma de ser, comunicador ejemplar, educador por excelencia, amoroso, como buen padre, buen hijo, buen hermano, buen esposo buen amigo, “Mi” buen suboficial; excelente abuelo, y dueño de toda su propia cultura basada en la propia lectura de todo lo que llegaba a su manos lo devoraba ávido de conocimientos y deseos de aprender en forma permanente. Un verdadero “Libro Abierto”, y de gran sabiduría.
Nuestras últimas conversaciones , esas que uno nunca olvida y que toman el valor de lo más importante, fue a través de un correo de hace pocos días recibí, en el que me confiaba algunas letras de un libro que estuvo escribiendo de su propia vida, y que no tuve la oportunidad de cerrar las ideas para sugerencias o apoyos, pero que está aún allí abierto para que continuemos con la familia en ese impulso de este gran soldados que además tenía grandes dotes de escritor, sufrido, soñador pero dueño de una alma inmensa y llena de ilusiones de un siempre mejor mañana.
En el arte culinario, un maestro en todo lo que fuera su mejor deporte, la cocina, y hacer de esa virtud su mejor empresa y emprendimiento para luchar por la vida en los momentos del retiro, cuando tenemos que ingeniárnosla y reinventarnos para seguir viviendo y luchando.
Nunca olvidaré esos rollos de “Cabañas” aceitosos y condimentados que nos convidaba a los vecinos cuando la pesca había sido “abundante”, y casi “milagrosa” y nos enseñaba a aprovechar eso pescados nutritivos de la forma que él los preparaba “al vapor”, enrollados y con condimentos y que causaban gran sensación de placer en el paladar.
De eso habrá que escribir un libro, un nuevo libro, por todo lo que nos enseñaba y hacía en su propia vida y casa y que sin duda fueron también lo mejor de su generosidad , disfrutando siempre de la vida y las bondades del mar el cual lo disfrutó en plenitud, sin dejar de brindar con el vino de la amistad sintiendo siempre la alegría de vivir y ser feliz con los regalos que Dios y la vida le entregaron, sobretodo el de su amada Nilda, su amada Carla y Paolito que son en realidad con quienes nos criamos juntos en ese inolvidable barrio de la población militar donde aún circundan nuestras conversaciones e inolvidables recuerdos.
No quiero ser tan extensivo, pero me faltaría mucho que decir, pero ya eso ha sido comentado por todos ustedes en los diferentes comentarios de las redes.
Solamente me resta saludar al amigo y camarada y desear que en la vida junto al Señor, mantenga ese entusiasmo por servir y desde ese lejano lugar, velar por su familia que tanto amó y mantener en nuestros corazones su eterno recuerdo junto a tantos “Esmeraldinos” que han partido y que poco a poco nos dirigimos a ese lugar desde donde nunca más podremos volver pero que sabremos que será mejor.
A su esposa Nilda y sus hijos nuestros abrazos, gracias por la amistad y por todas esas lindas personas, amigos y familiares que han orado en estos días acercándonos a Dios y mitigando con ellos los dolores que causan una inesperada partida de uno de los nuestros que vivirá por siempre en nuestros corazones.
Descansa en paz amigo y camarada CARLOS CARVAJAL ALVAREZ, y que brille para Tí la luz perpetua…..Adiós “Esmeraldino de Corazón”.






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