jueves, 5 de agosto de 2021

Conversando con Arturo al cielo….

Por “buena o mala costumbre”, y siendo yo un eterno “colaborador” obligado, y que no niego que pongo caras de desagrado”, en medio de los impulsos adquisitivos de mi esposa, y comprendiendo a veces que las compras   cotidianas  y los “ofertones” de “Eduss” y otros locales “chinos”,  atraen a cualquiera por lo barato (que cuesta “siempre más” caro),  cada vez que vamos al centro de la ciudad nos estacionamos en el Anny Store,  en Matta  al llegar a Prat,  y desde allí  ella, la bella, toma distintas direcciones, hacia arriba o hacia abajo, hacia Matta o hacia el cerro, según haya leído o “enterado” de alguna oferta, y así, siempre agil y calladita, se mueve la “rubia” Carola, (“la que toca la  vihuela en la Peña de la “U””),  y se divierte recorriendo entusiasmada todos esos locales de rasgos orientales que le traen tanta emoción, diversión y hasta diría alegrías,  y a pesar  de que antes de su recorrido me dijera   “iré a echar una miradita”, después de tediosas horas de espera, de aguantar controlando apenas el esfínter por el tema de la próstata, y más aún que ahora ni prestan el baño del estacionamiento por temor a los contagios,  llega casi siempre, por no decir “siempre” con una bolsa plástica de esas que usan los “matuteros” que vienen desde Iquique,  llenita de  “cachureos” que nunca he entendido para qué sirven pero que siendo de “ofertas”, claro que tendrán alguna utilidad para el próximo año, las próximas navidades, el cercano 18  o quizás en la otra estación de año, o cuando pase la Pandemia y podamos utilizar los platos en un cocimiento campesino, en el disco a gas que tenemos y que brilla como “nuevecito  de paquete”, pero que está desde mucho tiempo empolvado, puesto que fue una buena oferta pero hacer un cocimiento, sin medir que  hoy somos tan pocos en casa,  y  un buen “Pulmay”, requiere buenas carnes, de cerdo, pollo, vacuno, chorizos, papitas, cebollas, zanahorias, pimentón y aliños tradicionales, más la justa porción de “vino blanco”,  que le da ese sabor sabroso a la “sopa”, más los agregados de mariscos,  de los que haya, choritos, piure,  pescado, vino blanco, algunas  alitas y hasta “patitas” de pollo,  y todo lo que se te ocurra, pero que en verdad, estando ya en el mundo de los diabéticos, te pueden  mandar  a la morgue por un alta de azúcar, y entonces el “disco” se está oxidando, aunque en su oportunidad, sí que fue una buena oferta, que por única vez en la vida se me ocurrió comprarla y como no tenía acceso a crédito por tarjeta, (no uso tarjetas), apareció el infaltable amigo del carrete, Marco Guerrero,  lo sacó a crédito y le pagué las mismas cuotas todos los meses, y  tuvimos la inauguración del disco con los compadres de la pega,  es decir debut y despedida, y desde allí hasta ahora, el disco se oxida y el regulador de gas, siento que se está derritiendo de desesperado y debo de vez en cuando rociarlo con Wd 40 para que huela a algo parecido y no se descomponga.  El tema es que  entre esas idas y venidas, en cierta oportunidad, viendo temas del folklore, me acerqué al “Pollo Spiedo2 y desde allí entonces, nunca más me quedé esperando somnoliento y aburrido en el estacionamiento pues en cada oportunidad que teníamos de salir a las ofertas,  después de partir Doña Carola a visitar sus chinos o coreanos,   mi tranco de viejo soldado,  se dirigía entusiasmado, siempre respetando la disponibilidad de  nuestro amigo Arturo, `para  arreglar  en rápidas jornadas de conversa el mundo del folklore y los proyectos  y sueños de los cuales Arturo se alimentaba espiritualmente con un compromiso adquirido desde joven y que a sus años, se mantenían en su personalidad de hombre servicial y líder indiscutido, llenos de  lozanía y  como  el mismo entusiasmo de hace 50 años, para  reactivar cada sueño que estaba allí siempre en su mente y corazón, siempre pensando en dar un rostro de renovado brío y agrado al “Cofua Históricos”, pensando con entusiasmo  las posibilidad de conseguir fondos y   definir  algún viaje a nuestra recordada ciudad de allende los Andes, Salta “La Linda”,  como en aquellos años mozos, y /o  continuar organizando alguna buena jornada de  “teatro folklore”, con el  auspicio de la Universidad en  el  Teatro Municipal, contando siempre con la participación activa de los que la  “llevan” en lo que a  sabiduría musical o de danza  se destacan, gracias a sus propias experiencias, entusiasmo  y valioso bagaje de conocimientos adquirido en el gran tiempo recorrido lo cual les da un valor agregado indiscutible,  y surgían entonces los temas de continuar con ese entusiasmo,  cultivando lo nuestro y soñando con ese mañana que nunca esperamos que termine, y  así al final de la conversa, entre el aroma  embriagador de los pollos asados que giraban sus cuerpos  grasosos dorándose al calor del carbón oloroso,  nuestra tertulia de “trabajo” y  gratuita conversa se hacía poca, puesto que había que cumplir con la “pega”, y  definitivamente  quedar con el o los proyectos a  “medias” para continuar “la otra semana”. En la seguridad que la Carola se le ocurriría ir a buscar las ofertas del  “Todo a 500” que me tiene los estantes llenos de “weas” plásticas Made in China que no sirven para nada pero que han sido adquiridas como ofertones irrenunciables y que nunca habrían estado “más baratos” que ese día,  aprovechando que esa oportunidad que ella ha tenido ha sido imperdible y un tremendo buen negocio  acumulando  esa “sarta” de  elementos que nunca ocupamos y que cuando se nos ocurre emplear el que sea, se rompe, se daña o se muere con el  claro concepto de que las “weas” chinas, valen Hongo…..

Bueno. Hoy nuevamente en ese caminar de la vida y ya casi a días del “Día del Niño”, nuevamente fuimos al Eduss de calle Prat, y  confieso con la amistad y confianza de “familia” que nos une, por primera vez me sentí solo, no porque mi esposa no me acompañe, sino que en esa espera, me había acostumbrado a estar  algún tiempo charlando con nuestro querido amigo Arturo, que  hoy está ausente físicamente pero que me permitió  analizar lo frágil de la vida y que  hoy estamos y mañana no, y que  todo lo que amamos se va en un segundo, como los amigos, los sueños, los hijos, los padres y todo lo que  queremos  conservar por siempre a nuestro lado. No es fácil soportar o entender  ese misterio insondable, que  “se nos viene” silencioso con la guadaña por esos caminos que desconocemos pero que encuentran algún consuelo en la esperanza y en la fe.

Hoy me dediqué a oír música de folklore, para mitigar la pena. Y en ese recordar salieron  del pendrive las hermosas melodías y canciones chilenas, que me  grabara el amigo y ex vecino de  la calle Prat,  Juan Antonio Marrodán y que dura más de dos horas, con canciones de Chiloé, otras del norte con hermosos  villancicos,  cuecas y tonadas  y  todos los estilos conocidos, y me llené de recuerdos nostálgicos cuando estábamos en la Peña de la “U”, con el Nano en plena construcción de mesas para la  Peña, y me enseñaba a usar el martillo  con certeros clavos de 4x4, para adosar las patas a las ruedas de carretes de Madeco que conseguia el “Guatón Monroy (Q.E.P.D.) y el   “otro” viejo flaco,  que era el constructor y que levantaba poco a poco esa casa tan anhelada del folklore tan tradicional y que marcó historia en esa calle Maipú,  donde las noches de los fines de semana, se volcaban los amantes de nuestras tradiciones a   ver y oír los “cuadros folklóricos por zonas”  preparados con tanto cariño y entusiasmo, y mientras bailaba un grupo   las danzas del norte, los que tenían que actuar en el cuadro del sur, atendían las mesas y  en la cocina  encendíamos los fogones para calentar el fondo con el  “vino navegado”, endulzado con azúcar, con las cascaritas y jugo de naranjas y el aromático clavo de olor y canela y   los que aún no nos vestíamos ni de “huasos” ni de “gañan” hacíamos “mérito” para trabajar  con ahínco para  que el equipo dirigente  comprobara en el tiempo y el esfuerzo,  que lo nuestro era voluntad y vocación de amor al folklore y costaba un mundo, para que te autorizaran a usar ojotas de campesino, y después con  el tiempo, (“bastante”  tiempo),  tener el  gran honor de integrar el equipo de los huasos, porque era todo un sistema de  “ascenso”  que no molestaba, sino que nos hacía sentir que teníamos que hacer “mérito” porque no cualquiera podía pertenecer al “Cofua” sin demostrar que lo que nos unía era el respeto y el amor a cultivar lo nuestro pues el  prestigio, la responsabilidad, el cariño y la voluntad, eran medidas que se medía con gran detalle  para abrirnos o cerrarnos las puertas a ese selecto grupo de maravillosas personas que tuvimos el gusto de conocer.  

Es cierto que yo fui siempre más que un artista un  “trabajador”, limpiador  de mesas y lavador de vasos,  y entre los elencos de “artistas” estaban los más consagrados puesto que si bien algo sabía de tocar guitarra, más útil era encerrado arriba con el  Villafaña a cargo de los micrófonos y los audios  con que  trabajábamos cada sesión de Peñas ocultos arriba en la caseta sobre el escenario,  para  trabajar en los set de luces de colores que se cambiaban en los actos y cuadros que se presentaban y que era para nosotros todo un servicio  de apoyo para nuestros elencos de artistas de “primera línea”, (jajaja como suelo recordar), nosotros los   menos elocuentes para el baile o el canto,  ocupábamos  nuestro  espíritu de trabajo en  servir a las grandes causas, y de verdad eso nos hacía ser felices en el servicio, y entre tanto ir y venir llegaban los “pololos” en las tardes de la “U” para ensayar, y  allí estaban siempre la Isabel Villalobos, seria y morena y  muy buena cantora,  los Rauld que son parte de  la tradiciones del folklore del Cofua,  los Néstor, los Kike, la Norma y el Rolo, los Peralta, y las niñas lindas que bailaban Chiloé y tanto amigo y compadre que  nos deleitaban con sus gracias y bailes, y todo lo que significaba ver desfilar en el escenario a  los mismos repitiéndose en los cuadros, en los grupos   de quintetos, o sextetos o solistas, y llegaban entonces la “Pacarisca” Nelly Lemus con su valet folklórico de danzas de niños, o llegaban los “Chepo” Sepúlveda, los Mabrakis, con sus grupos, y  sin duda “Los Pirquineros”, elenco estable de cada fin de semana, y nosotros los jóvenes de entonces trabajábamos y en las tardes  después de la pega o los fines de semana cuando se podía, nos entregábamos por entero a lo que fue hacer vida  y el proyectar lo nuestro. Recuerdo al Benito Alderete, a Matamoros,  al Grupo  “Wankara”,  al “Cabezón” Aguirre, que con su característica “seriedad”, nos contaba muchas historias. Ni decir la  Carmela, en su personajes de “La Pincoya”,  y Ricardo Vera, hombre múltiple,  y  todos los que conformaban ese Cofúa de entonces,  que no caben en mi mente tantos recuerdos de felicidad y  gratos momentos, las  hermanas Barraza,  tremendas de colaboradoras y especiales,  el flaco Luza, la “Tere”, la Nina y el Nano,  nosotros “Los Carolos”, lanzados a la fama por el querido  Oscar Olivares “El Rotito de la Rinconá”, varios flacos, el “Viejo Flaco ”, y  el flaco  Peralta  y su bella María Inés, que siempre  ha estado allí con su característica sonrisa y personalidad, la linda Margarita Canihuante,   y todos los que estábamos en esas noches largas de folklore, que terminábamos de madrugada, para cerrar los portones gruesos y  arrancar por las calles  que sin tener muchos parroquianos olían a soledad  y a temores, dado que a veces no pasaban las “micros” o “Liebres” para la Coviefi y como buen pololo yo debía acompañar  a la Carola y a veces las “liebres” llegaban solo hasta la “Norte” y había que subir el cerro para llegar al fondo de la Coviefi más allá de lo que hoy es el Supermercado y  venirme en medio de la soledad de la noche más tiritón que “canasto de guatitas” y temeroso a la aventura que hasta me podía costar la integridad, por “califa” y enamorado pero mi deber de caballero, era dejar la “damisela” en “su” casa sin importar lo que pudiera ocurrirme y a veces descubrirme “pato”, sin ni una moneda en el bolsillo para la  micro, pero  feliz de haber trabajado cada fin de semana en esas inolvidables tertulias que quedaron grabadas en nuestro corazón y en los recuerdos…..

Hay también épocas de dolores que vivimos;  el primero fue la partida de Isabel Villalobos, con la que,  sin ser grandes amigos, nos unía su talento, ejemplo y  seriedad y  compromiso de hacer las “cosas”  bien. Con el tiempo se nos fue en un trágico accidente el “Cabezón” Aguirre.

Luego por allí vinieron esos encuentros con los hermanos de Salta, que  venían llenos de entusiasmo a participar de nuestras Peñas. (En la delegación de argentinos venía una cantante  que se llamaba Rosalía Navarro, y los hermanos Salteños la llamanan jocosamene “NOSALÍA DEL BARRO”,  y nos reñíamos de sus simpatías y aciertos. Los “Cahuales”  que bailaban malambo, y muchos artistas de renombre, teníamos tanto que hacer por y para ellos y los que organizaban entre ellos el especial amigo  Arturo Guerra, “los” Vera, los Peralta y todos aquellos que siempre han sido los que llamamos lo “movidos”, se “descrestaban” por hacer las cosas bien y tener siempre  el contacto con la Intendencia, la Municipalidad y la Universidad.  Recuerdo con agrado las presencia en nuestras Peñas del entonces  Rector Dn. Rubén Bustos Lynch  y/o Dn. Hugo Vivanco, ambos muy  conocidos para nosotros y grandes colaboradores que permitieron  la vida del “Cofua” y a quienes siempre los tenemos  presente  como un reconocimiento y homenaje de gratitud y a tantas personas  que siempre fueron parte de nuestra vida, entre ellos los  padres de nuestros integrantes, que  estaban allí cada sábado en la Peña,  y que eran los primeros en cooperar y aplaudir la presencia de sus hijos en el escenario.  

En el terreno donde construimos la Peña de la “U”, funcionaba también la imprenta y grandes colaboradores tuvimos allí como lo fueron  el amigo Blas, y con un par de personajes de la imprenta inolvidables,  y que siempre estaban colaborando y  participando como espectadores los fines de semana, y  en tantas actividades del COFUA de ese entonces.

A propósito de Blas, una vez fue invitado a participar de nuestras peñas un  robusto campesino, hombre oriundo del sur de Chile, que andaba por este norte conociendo y mostrando su arte, el cual  se presentaba con nombre artístico de “BLAS ERNESTO”,  y que en verdad tenía un gran carisma y temple para contar sus versos y  una “pinta” de campesino “bueno pal diente”,   nos provocaba una suerte  de simpatía y  como artista se hizo  “infaltable” de nuestras peñas, pero como todo artista, era bien “Tony” y parece que se acostumbró a vivir embaucando a  los más pájaros que encontraba en el camino. Nos hicimos muy amigos, hasta que  me salió con el chiste de que debía viajar con urgencia a la Capital,  que  tenía un grave problema pero que  sería sólo por una semana y volvería a saldar sus deudas, así que preocupado de su integridad y solidario como nadie,  siguiendo su  petición de “apoyo”, dado que no tenía recursos,  caí redondito con la compra de un boleto de avión, que en ese tiempo no era nada de barato y que me tuvo pagando  como dos años el préstamo que saque de  famoso “Morgan Finanza”, y que le  concedí completo para que viajara cómodamente y le quedara algo para el bolsillo.

Por esas cosas de que Chile es muy pequeño,  muchos años después  fui a una Peña en Santiago, donde  actuaba Jorge Yañez,  y en le  “plato de fondo” tenían como invitado a ese tal Blas Ernesto,  pero como  ya me había “cagado”,  pensé que no sería prudente  acercarme o contarle que el mundo era tan chico como un pañuelo  y que estaba frente a frente a su víctima. Así que me mandé saludos a mí mismo y  su nombre quedó para mí  marcado por su calidad artística, que era bastante buena, pero por el otro lado…bueno…Es la vida….

 

Ni decir en estos recuerdos de esas Ramadas,  en que me perdí de casa por semanas completas y sin cambiarme ni calcetines ni calzoncillos trabajaba toda la semana y dormíamos cubiertos con cartones y diarios abajo del  improvisado bar entre “chuicos” y  garrafas y restos de chicha que quedaban en esos lugares  donde  lo único que nos mantenía vivos era la  “Cueca”, (entre ellas  esa hermosa que decía. “CORAZÓN SIN EXPERIENCIA…..” y  esas grandes tareas de pala y picota, para hacer  el hoyo del “pozo negro”,    pintar las rejas blancas, cerrar con ruedas de carretes del bendito “Madeco” y   tener discusiones de amigos  bien “caldeadas” a veces,  en las que se cuestionaban la presencia del “Papi” Torres, que más que mal se preocupaba de  lo que era el ”Comistrajo” y venta de  alimentos en la Ramada, pero que también se ganaba un pedazo de la torta, pero que hoy con el tiempo debemos entender que sin el valor que ellos ponían a su trabajo nunca habríamos tenido mejor opción que contar con su trabajo y dedicarnos de lleno a otras  tareas y en sentido de justicia dividir también las ganancias, aunque siempre nuestro trabajo fuera gratuito.

 Hoy día, comenzando este Agosto que nos pone nerviosos,  en esa “larga” espera de mi Carola comprando esas “ofertas” baratas que nunca ocupamos,  me sentí enriquecido en  el silencio de la espera, puesto que allí estuve espiritualmente conversando como tantas veces con Arturo Guerra, pero dirigiendo mi mirada al “infinito” y contándole que aquí aún estamos tristes por su partida, pero que sabemos que estará en la “Peña” eterna con la Carmen Naveas, la Isabel Villalobos, la Carmen Godoy,  el “Cabezón” Aguirre, el Néstor Zepeda,  el inolvidable  “Corderito” y tantos otro que partieron y cuyos nombres no recuerdo, y  que esperamos que nos esperen porque más temprano que tarde, tendremos que partir con lo mejor de nuestros recuerdos en el alma y cantando nuestras canciones chilenas y  viviendo de la emociones de hacer tanto con tan poco y vivir sacrificando lo mejor que tenemos el tiempo y los años de la  vida para cultivar lo nuestro.

La partida de Arturo  de hace pocos días  fue emotiva y llena de sentimientos y de gran amor y reconocimiento. No hubo tiempo para el llanto, todo lo contrario, las cuecas y tonadas y  la presencia de los grandes artistas del elenco de siempre, estuvieron allí animando  con su estilo y voluntad , haciendo “presencia” por los que quisieron estar y no pudieron, por no estar en la ciudad, como muchos se excusaron, pero no  faltó el momento para la alegría, para el recuerdo, para el aplauso para la emoción y también en nuestro corazón sentir que las ausencias nos acercan cada día más al destino  ineludible que tenemos que  enfrentar y seguir  con nuestra vida  disfrutando el cada día a “concho”, porque no sabemos hasta cuando se terminará el tañer de las cuecas o  hasta cuándo durará la cuerda, pues  decía por allí, a veces creemos que todo   es interminable, pero estos golpes como el recientes que vivimos,   nos dejan así  pensativos, como “pa adentro”  y  te convierten  en un pensador y analista de que no vale la pena pelear ni amargarse por desacuerdos y el perdón debe ser nuestro mejor arma para vivir todos felices y amándonos como hermanos y entendiendo que la vida es tan corta, que quizás mañana emprendamos ese otro camino y  quizás allá tengamos más “tiempo” para seguir esta nostálgica y  mágica conversa.

La vida es sin duda el mejor regalo del creador y vivirla significa haber estado todos esos años  cumpliendo sueños y soñando proyectos.

Cuando les miro como mero espectador a todos ustedes integrantes y “familia” del COFUA, de todas las generaciones, quizás algunas que yo no tuve el gusto de compartir, pero veo en todos a esos jóvenes niños de ayer, que  siguen con sus sonrisas, con su entusiasmo, con su voluntad, con su amor a flor de labios, cultivando el cada día de la vida que tenemos, en el trabajo, en las ideas, en los proyectos, en la difícil lucha por la subsistencia y en medio de todo como corolario esta mierda de pandemia que  esperamos pase alguna tarde, para seguir abrazándonos cada fin de semana y  en esos encuentros  serios porque  queremos que las cosas sean bien hechas no nos falte ese minuto de alegría y compañerismo, que es lo mejor que podemos tener, puesto que  ya ni siquiera importa actuar o cantar bien, siendo lo más importante reírnos de lo que hacemos y en eso  está la riqueza de nuestras vidas, y en medio de esos caminos de cada cual, nuestra real punto de unión entre nosotros, el de la amistad, el compañerismo  y nuestros mutuos y sinceros afectos, con defectos y virtudes.

Cuando terminaba este relato anecdótico, me llegó en estas redes el siguiente mensaje:

 

“La vida sobre la tierra es pasajera.

El amor es un espejo, pero

la amistad es un hilo de oro

que no se corta con la muerte.

¿Sabes?  La infancia pasa,

la juventud pasa, la vejez

la reemplaza y luego la muerte

nos lleva.

La flor más bella del mundo

pierde su belleza, pero una

amistad leal dura

hasta la eternidad

Vivir sin amigos es morir

sin testigos”….

 

Que el buen Dios nos bendiga a todos y  siempre haya  tiempo para querernos y ser amigos….



































1 comentario:

  1. Hermoso relato.Cuanta verdad y es cierto cuando uno va al centro era inevitable ir a saludar,conversar y escuchar los sueños de Arturito , no se hasta cuando no podre hacer ese recorrido ,porque aun no creo que ya no estas .

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