La vida de los soldados comienza siempre a partir de la experiencia dura, pero de grandes valores, como lo es el Servicio Militar.
¡¡Una vez soldado, siempre soldado!!
Las mejores muestras de amistad, de
respeto, de camaradería, de cariño, se viven en esos momentos que en que “la
unión hace la fuerza”, y venciendo lo imposible, se unen nuestros espíritus en torno a nosotros
mismos, y no hubo ni habrá noche solitaria o de abandono bajo las estrellas, o bajo el inclemente sol
de la pampa y el desierto, en que un soldado haya estado o se hubiera sentido abandonado,
triste y solo.
Siempre estuvo el camarada más próximo de la escuadra, el grupo más
selecto de la sección, el gran equipo de
combate de la Compañía, el Batallón y finalmente el Regimiento, que es la Unidad
que lo cobijó bajo un mando y que
le dio ese sentimiento de compromiso y amor a Chile, y que le inculcó los valores de esa entrega generosa que solo se vive una
vez, y que con los años se transforma en
la filosofía personal de vida que nos lleva por los distintos caminos con el
optimismo, confianza, sonrisa y la fuerza
para vencer los desafíos y obstáculos, en los distintos campos de la vida,
y es tal esa unión nacida en esa experiencia dura pero
maravillosa, que los años no pueden pasar en vano ni permitirse el lujo del
olvido, y es que en esas circunstancias,
la amistad florece siempre eterna, como algo mágico y ya nunca pasarás por el lado de un individuo que haya estado contigo en el servicio militar, aunque haya sido de otra
Compañía, para saludarlo con fraterno y sincero espíritu de amistad, y desearle
siempre lo mejor, sin envidias, sin cuestionamientos, sin rencores, solo amistad,
de la buena, de la más pura, de esa que surge en medio de algún dolor o
incomprensión, en alguna tristeza, o a veces también, por no saber enfrentarla
esa llamada soledad, pero también en la
alegría de compartir y vivir juntos tan magnifica experiencia.
Ese sentimiento de amistad, nunca ha
cambiado, no cambia ni cambiará, aún en las peores situaciones.
Son muchas las agrupaciones de
soldados, (no digo “ex soldados” por que se es soldado para siempre), en que
ese sentido de solidaridad y amistad, permite muchos grupos de jóvenes de ayer, hoy quizás
adultos, a reunirse con sano espíritu de
camaradería, en torno a los recuerdos que afloran cuando existe esa feliz oportunidad
de compartir y rememorar esta experiencia,
y que se dan un tiempo para detener sus propios caminos, saliendo de sus tareas
diarias, de sus particulares formas de supervivencia individual junto a sus familias,
para detenerse un instante, compartir, brindar, cantar y recordar con alegría y
valentía los obstáculos que tuvieron que vencer y las formas con las que
debieron vivir, y que hoy les regalan esa posibilidad de disfrutar la vida en
esta dimensión de mayor apego a lo fundamental del hombre, la familia, el amor,
la amistad.
El compañerismo
nunca muere, se está con el soldado amigo, el camarada caído, en el dolor, en
la alegría y en la enfermedad.
Hace pocos días conversando con mi
amigo y soldado del Glorioso “Esmeralda”, radicado en Ovalle, Manuel
Rivera Araya, me contaba de
la Agrupación de Soldados que se
reúnen todo el tiempo y que pertenecen a
la “Promoción 88 - 89”.
Aparte de los recuerdos positivos y
agradables de tanto tiempo compartido, me comunicó la tristeza de la partida de
un camarada soldado, que se ha marchado
a la legión de los invencibles junto al
mayor comandante de la vida: Dios.
En estas palabras simples, como es
nuestra vida de soldados, queremos entonces junto con Manuel Rivera, que
ha tenido la oportunidad de compartir más tiempo con nuestros soldados, rendir
un homenaje al Soldado PEDRO
ANACONA VILCHE, que nos dejó durante el mes de Diciembre de 2022, y que era sin duda un alegre y servicial
hombre que compartió tantas emociones y
alegrías en esas gratas reuniones a que acostumbran a desarrollar los soldados
de Ovalle y alrededores y que también ha
contagiado a los que han debido marcharse a otras ciudades en la incesante búsqueda del mundo del trabajo y la
materialización de sus propios proyectos de vida.
Nos decía Manuel, que Pedro era el tercer
hijo de los siete hermanos que conformaban su núcleo familiar.
Nació el 13 de abril de 1969, y
tuvo la dicha de hacer su servicio
militar en el Glorioso “Esmeralda” en el
año 1988-1989, durante el mando del
coronel Jorge Romero Campos, siendo en esa época Comandante de la Compañía de Plana Mayor el
Capitán Enrique Collante y el Comandante de la sección el Capitán Fernando
Morales.
Recuerdan
con cariño entre tantos otros nombres, a Juanito Mendizábal Córdova, entonces
CB2 y Comandante de la Escuadra, que es la unidad básica de combate en la
orgánica militar y muchas actividades y anécdotas vividas en sus tiempos de
cuartel.
Ya en la madurez de sus años, Anacona se
casó y tuvo dos hijos, y en la actualidad tenía también dos nietas y un nieto, todos habitantes de la
hermosa ciudad de Ovalle, en la población “Fray Jorge”, un hermoso entorno de ese bello lugar que es como un vergel en medio de esas hermosas
tierras que nos regalan frutos generosos
y donde se forman personas nobles y
comprometidas con el trabajo como lo son
sus habitantes.
Su entusiasmo y lazos de amistad, lo llevó siempre a compartir con
sus pares, amigos de toda la vida, surgida en esa experiencia del Servicio
Militar, apoyando con su espíritu de
servicio a la “Promoción” y sirviendo como Tesorero en ese grupo
organizado en que Manuel Rivera es el
Secretario y el muy estimado soldado, Rubén
Toro que lidera este grupo, como su Presidente.
Esta agrupación nació el 23 de
noviembre de 2019 y su primera reunión
de camaradería se realizó el 14 de
diciembre del 2019.
Una promoción, sin duda como muchas que
pasan por la Unidad, y que mantienen sus lazos y estrechan sus espíritus en torno
a sus mejores recuerdos.
Esta promoción fueron 115 soldados, unidos aun en el tiempo.
Hoy nos deja, para reunirse con otros
“hermanos soldados” que han partido: Patricio Villalobos (Q.E.P.D.), Guillermo Morgado
(Q.E.P.D.) y el querido amigo y camarada
Pedro Anacona Vilchis, (Q.E.P.D.), a quien recordaremos siempre con cariño y por quien
hemos escrito estas palabras de gratitud, puesto que en su amada ciudad de
Ovalle, era un ciudadano muy querido y será siempre recordado por sus
amistades, su familia, sus hijos y nietos,
su familia, y por todos los camaradas de la “Inolvidable Promoción”.
Gracias a Manuel Rivera, por mantener
vivo el espíritu del Soldado de Infantería que jamás termina, al contrario, nos
acompaña a todos, hasta esa última morada.
Deseamos en nuestra calidad de amigos y
camaradas, que siempre mantengan ese espíritu
de cariño y solidaridad entre
todos ustedes, y que nuestro camarada Pedro Anacona Vilche, descanse
siempre en paz, con la satisfacción de
haber cumplido su sagrado deber para con la Patria en el histórico y “Glorioso”
Regimiento de Infantería N° 7 “Esmeralda”, el “SÉPTIMO DE LÍNEA”.
“Yo tenía un camarada, otro igual no encontraré, siempre a mi lado marchaba y a ¡¡Fuego!! el clarín tocaba, al mismo paso y compás….”
SUS AMIGOS DE LA PROMOCIÓN
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