miércoles, 22 de marzo de 2023

El que quiere lea, el que no, está super bien. Es su tiempo y se respeta.

                 La vida sigue su curso, y eso hoy 22 de Marzo de 2023, a mediodía,  fue motivo de un fraterno y sentido abrazo entre un militar de excelencia, amigo de toda la vida, con su carácter a veces explosivo y fuerte, pero también con su liderazgo natural y  generosa amistad y que hoy mantiene la lozanía, juventud y espíritu ejemplar de sus mejores años como soldado del Glorioso "Esmeralda": El conocido "Sordo" Escalona.




               Pero todo tiene su inicio. Nos encontramos hoy con el siempre cariñoso y sonriente buen amigo, el   “ QUILO”, el estimado   Jaime Quilodrán Reyes,  bastante repuesto, diría que hasta con una pequeña “ponchera”,  (nunca tanto como la mía), y estábamos recordando viejo tiempos “Esmeraldinos” (sin “pelar” a nadie solo recordar las cosas buenas), cuando de repente….¡¡Adivinen!!, entrando a la “farmacia de turno”, (nosotros veníamos saliendo de otra,  porque es ese “el pan  nuestro de cada día” a esta edad, entre botica y botica, aunque antes, en nuestra juvenil vida,  haya sido  entre “cantina” y “cantina”.) 

    Y allí estaba entrando a la farmacia a  comprar un frasco de propoleo,  la figura gruesa, atlética, aunque con bastante kilos de más,  del recordado instructor militar , conocido con el cariñoso remoquete de “SORDO” ESCALONA, quien nos divisó sorprendido y, sin dudarlo,  evitó entrar a la farmacia a buscar su medicamento, (se “toma” como seis pastillas diarias), y con su característica personalidad de hombre poco amigo de la sonrisa, pero “clarito” en sus cabales mentales, nos fue a abrazar, hablando como siempre fuerte y pausado, y sabiendo de mi debilidad de oído, pues también le hago la “collera”  en lo “sordo”, me dijo:

- ¿Y cómo está la "paila"? refiriéndose a mi  órgano de audición,  ya bastante atrofiado.

               Le contesté en “lenguaje de señas”, porque así nos entendemos los “sordos, (y gordos), respondiéndole que seguíamos en el intento de oír mejor, poniendo la corneta de “Alaraco” en la oreja, y nos reímos de nuestros defectos, junto al siempre risueño Quilodrán, y el  “Viejo” Escalona nos decía y comentaba:

    - A mis ochenta, me “tomo” varias pastillas, y  me tengo que cuidar pues ahora me ahogo y capaz que tenga que andar luego con un tubo de oxígeno. Dejé de fumar hace algún tiempo,  y ya no soy el mismo. Bueno, ustedes entienden.

               Así que nos reímos,  y compartimos, y el “Sordo”, buen milico y generoso como siempre, dijo:

 - Los invito a un par de cervezas, aunque sean “sólo dos”, pues ya no le "pongo" mucho…

    Y  como el Quilodrán tiene mañana jueves control médico, y como yo  venía también de mi amada Doctora Monserrat Gómez, (que me encontró con elevados “niveles” de “todo” lo que circula en la sangre),  mejor nos hicimos los “weones” con la invitación del "Sordo", a la fría “Chelita”, (aunque se nos hacía “agua la boca”), y también pensando que: "Dos más dos y más dos, y más dos.."  capaz  que  termináramos la "rasca"  muy tarde, con algún  “combo en el hocico”, no del amigo Escalona, sino de nuestras esposas, que se parecen mucho (La Rosa y  la Mónica, “BRUJAS” de verdad y que tienen hasta escoba, con las cuales nos suelen mandar a barrer la casa para no perder la energía de sus motores....). Y entonces, en el final del encuentro, breve pero lleno de recuerdos,   nos despedimos todos muy contentos, y sellamos ese momento de amistad de “Esmeraldinos” con esa típica foto de “Selfie”, (que es una simple “autoretrato”), de los momentos agradables de la vida,  llena de achaques y recuerdos,  que vivimos hoy.

               Fue una alegría ver a nuestro instructor de ese año de mi servicio militar, (1974) el  “temido”  CB1 Escalona, que nos pegaba unos “parches rojos” que nos mandaba sentados de raja por  la inmensa  fuerza y potencia que tenía en sus manos.

               Y entonces me fui a otros trámites,  masticando las emociones del encuentro, y  aun dándome vueltas en la cabeza  la  buena idea del “Joaco” de ir a visitar  a los “Esmeraldinos” (le propuse llevarles una botella de vino y quizás una flores a las esposa de los que aun viven con ellos), para brindarles solo un instante de amistad y recuerdos, y saber que no nos olvidamos de ellos y que estamos dispuestos a tenderles la mano si es que nos necesitan.

               Seguí mi camino a las tareas que me llevaron al centro y ….adivinen otra vez……Sentados en ese paseo que a veces se torna muy agradable,  dos grandes soldados músicos militares: el recordado “BRICEÑO”, y el amigo “DONOSO” (que estaba con su esposa).

                Así que nuevamente me detuve a saludarlos y compartir algunas bromas del momento.

               Me acordé de Briceño que con el “huaso” Campos, cuando veníamos de Tocopilla con la Banda de Guerra e Instrumental, y la “Guardias de Honor”, entonces “presidencial”, el “Huaso” Campos y el Briceño, después del buen almuerzo de ese día, sintieron el “Acuse de Recibo”  de sus  repletos intestinos,  y con esos dolores  necesarios  para  aligerar  sus estómagos,  tuvimos que  detener el bus militar, manejado por el Quilodrán  frente a GATICO,  en ese hermoso “Monumento Histórico”,   y rápidamente bajaron corriendo del bus, con el tiempo justo antes de concretarse el “disparo” final con tal suerte que ambos quedaron frente a frente, charlando como si “nada” extraño ocurriera,  de las novedades del viaje, pantalones abajo y compartiendo aparte del idílico “paisaje”,  los  pesados aromas de la tarde,  y el tan necesario y urgente papel higiénico que alguien les  pasó en esa emergencia estomacal y que dividieron entre buenos amigos.

               Miti y Mota el papel, Miti y Mota la conversa, pero cada cual   se aseó como pudo con esa natural descarga, dejando allí  plantados su “árboles”, en el desierto cercano a la playa de Gatico, mientras desde las ventanas del bus, éramos testigos jocosos de ese gran encuentro donde dejaron su vergüenza y dignidad muertos de la risa, para subir nuevamente al bus, y venir con esos aromas de nauseabunda reputación después de sus humanas necesidades, cercanos al monumento.

               Le pregunté a la esposa de  Donoso, el que tocaba la trompeta de forma maravillosa y angelical,  y tenía una afinación tremenda, que solo entienden los músicos,   que ¡cómo estaba Donoso con su instrumento musical",  y la esposa me dijo sonriente, detrás de su mascarilla protectora:

- Este viejo ya “ni sopla”, ni menos toca a su “señora”…

               Y nos reímos entonces de esta natural condición que nos afecta a estas “alturas” de la vida, producto de los años, la ansiedad, los problemas físicos y  de salud y sin duda la “gravedad”, que causa estragos, pues ya no funcionan muy bien los pulmones, como es el caso de Donoso y Briceño, el uno para la trompeta y el otro para el Clarinete.

               Como pueden captar, ya no “soplamos”, ya no  tenemos mucha fuerza,  y al menos tenemos  energía para reírnos de nuestras humanas debilidades, recordando siempre las cosas buenas, porque en medio de nuestros defectos, todos tenemos recuerdos agradables de nuestras vidas,  y eso debe seguir siendo el factor que nos una siempre como buenos camaradas “Esmeraldinos”.

               Como corolario final de este reencuentro de hoy, lleno de emociones y recuerdos, tan breve como el tiempo que nos queda,  dejo en estas líneas, un afectuoso saludo  a mi SOM RAÚL ESCALONA GÁLVEZ, al  SOF.  JAIME QUILODRÁN REYES, al SOF.  DONOSO, eximio trompeta de la Banda,  y al amigo (SG1?) BRICEÑO, que siguen alegres y espontáneos como en los mejores años de su juventud, todos en el Glorioso  e inolvidable “Esmeralda”.

               Segundo día del Otoño,  22 de Marzo de 2023.

                 Fue hoy un hermoso día….













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