Si hay algo en la vida del hombre en toda su especie que gratifica el alma y el corazón, es el trabajo que se hace sin interés, sin reconocimiento, sin aplausos ni menos con alguna “especial consideración”. El trabajo honesto, servicial, voluntarioso y anónimo, trae grandes beneficios para esa vida interior que llamamos vida espiritual y si lo hacemos en el nombre de Jesús, nuestro Pastor, cobra mayor valor, pues es todo un entregar sin recibir, todo un dar sin esperar, todo un desprendimiento total de nuestras capacidades, vida y con grandes renuncias y sacrificios. Eso es el bien llamado ”cansancio feliz.”
El tema de darse, es simplemente
donarse.
Darse y donarse es la máxima
expresión de renuncia de si mismos para
servir a ese prójimo tan mencionado en el Santo Evangelio y que necesita
tanto cariño, amor, acompañamiento y demostración real de que el amor que nos
regala Dios se puede compartir y nos
puede cambiar desde adentro como sociedad, como
comunidad, como miembros de una misma Iglesia fundada por Cristo y que se mantiene en el
contexto del tiempo por el fiel acompañamiento del Espíritu Santo que está allí siempre presto a regalarnos sus dones
y frutos para vivir mejor el Evangelio
en nuestras vidas.
En estos días de sacrificio, de
amor, de entrega, de oraciones, de renuncias, de riesgos frente a las acciones
del mundo, hemos tenido grupos de personas que han tomado la bandera del liderazgo natural que nos regala Dios a
cada uno de sus servidores y hemos participado, en algunas instancias, sin estar
ajenos a aquellas en que no pudimos
asistir y que fueron esas tremendas
convocatorias de oración, de sacrificio, de amor y de entrega que
nosotros tanto conocemos y que nos
acompañan desde siempre en la realización de nuestras instancias de Evangelización
como lo son los “Cursillos de Cristiandad”.
Pero hay una trabajo mayor, el rezar
no es menor, pero estar allí conformando los equipos de los Cursillos con tanta voluntad y trabajo silencioso y anónimo
que abarca el rezar, pelar papas, lavar platos,
hacer aseo, correr por los pasillos
silenciosos sintiendo en nuestro
accionar las presencia del Señor en nuestros corazones, o estar frente a ese
universo de mil sistemas personales y distintos
caracteres para solamente mostrar el amor de Dios en esas largas y prolongadas
charlas que sabemos perfectamente como llamarlas, es el gran esfuerzo que necesitamos para hoy
cambiar las estructuras del mundo. Cierto
es que la instancia dura intensos tres días, pero ese cuarto día post
cursillo es intrépido, es largo, es tremendamente sacrificado enfrentando cada día un tentador mundo
que te engaña, te acoge, te busca, te revienta, pero que no es nuestro mundo,
es el mundo de los que viven apegados al materialismo y que han dejado de lado a
ese Dios del amor y del tiempo eterno y de la vida que nos acompaña desde siempre y con el cual hemos decidido alguna tarde, seguirle
hasta el fin de nuestras vidas, y
cada día del llamado ”Cuarto día”, es y será para nosotros fermento, evangelización, ejemplo y HUMILDAD.
Debemos aprender a vivir ese cuarto día con otros valores dados por el mismo
Cristo y encendidas nuestras luces interiores en los tres días del maravilloso
encuentro proyectarlas a nuestros entornos partiendo inicialmente por lo que
todos tanto amamos: la familia.
Llamo a la generosidad, a la
integración, a la humildad, a nunca
rechazar a quienes desean ser parte de este bendito movimiento y que a veces
desean aportar su trabajo manual, su espiritualidad, su servicio, porque
también debemos decirlo, los liderazgos a veces nos hacen ser soberbios,
creernos el cuento que conocemos todo lo necesario para ser los “primeros”,
cuanto en realidad debiéramos, mientras
más sabemos, ser siempre los “últimos”, y
ese es y será siempre el más importante mensaje del verdadero “Amor de Dios”.
Así que más allá de esta crítica menor, debemos valorar ese trabajo de
amor de estos equipos de Damas o de Varones, que tanto se han esforzado y
esfuerzan, sin dejar de considerar a
esos otros voluntarios que sin ser llamados, van a cooperar en los armes,
desarmes y trabajos en el que algunas
veces somos indiferentes o miramos como “secundarios”, pues siempre hay que pasar una escoba, recoger
un papel o limpiar un sector y si eso no
está considerado en ningún plan de acción, es un servicio humilde que merece
también la bendición de Dios, debemos aprender a amarnos de verdad, sin ostentar puestos, sin jerarquías mal entendidas, sin
protagonismos, y en eso llamamos a quienes comienzan hoy su nueva vida, a
seguir la vida con un solo objetivo: Jesús,
el Maestro del Amor, el Rey de Reyes,
que gobierna nuestros corazones, y que
nos ayudará a dejar nuestras vanidades, nuestras ideas equivocadas y muchas
veces el querer ser los más importantes pues esas actitudes de la vida en
general, hacen más mal que bien, porque
el mismo Dios dio su vida por nosotros y
no lo hizo por “actuación” ni por
“sacrificio calculado”, lo hizo por exclusivo amor , ese AMOR que solo él supo
mostrar con su Muerte , y que fue el
paso más importante que nos regaló para
nuestra salvación.
Gracias a tantas manos generosas
femeninas o masculinas que vimos trabajar
afanadas en el equipo el día que partimos a colaborar y que nos regalaron amistad y hasta un plato de comida,
porque esa es la caridad del amor de Dios en ellas, y esperamos sea siempre el ejemplo que tomen
también los equipos de varones, en el
que el “MIREN COMO SE AMAN”, no solamente sea entre “ellos” sus integrantes,
sino que ese amor se propague a todos
los que no están en los equipos pero que son parte de esta gran familia que a
veces se separa, se confunde, se desorienta, porque siempre habrá vanidades
humanas que opacan el servir, que es lo único valor del cual vale la pena y por
el cual vivir. “ VIVIR SIN SERVIR, ES INÚTILMENTE MORIR.”
Que Dios nos bendiga y nos guarde y
nos dé siempre su luz para ser y hacer lo que debemos por Él, y para Él, por
los Siglos de los Siglos. Amén.”
..............................................................................................................................................
Algunas imágenes pertenecientes a Manuel Ortiz, Andrés Parra y publicaciones del MCC y particulares de la recepción del Cursillo N° 163 de damas y palancas de oración para archivos del futuro. (No son mis fotos pero sirven de muestra.)
FOTOS PALANCA PROVIDENCIA PARA ARCHIVOS