domingo, 21 de abril de 2024

Aires de un encuentro...

         

Aires de un encuentro…

          Sin duda que la emoción del reencuentro, permanece viva en los latidos del alma. Fue un momento fraterno, cariñoso, lleno de recuerdos y nostalgias, de “hermanos” unidos por los mismos ideales y sueños de antaño,  universitarios o no universitarios,  de Ingeniería o del Grado Técnico Profesional, todos  heredero de una misma matriz,  la “Escuela de Salitre y Minas” y tantas especialidades distintas que fueron nuestra meta personal de aprendizaje,  conocimiento,  revelación de los secretos del siempre necesario “saber” y desarrollo individual de nuestras propias capacidades y personal vocación: Eléctricos, Mineros, Mecánicos, Geomensores y tantos otros,  que se unieron en ese espacio  donde se respiraba alegría, amistad, recuerdos, anécdotas y juventud que “chorreaba” por los poros de los asistentes, cada cual con su propia historia, sonrisa y recuerdo, cada uno con su propia poesía, su canto, su grito estruendoso del inolvidable “UNITEI”, o   el suave y hasta tímido canto del ¡OH ESCUELA DE MINAS! DEJAD QUE CANTEMOS… Pues eso es la amistad, el punto del encuentro verdadero de las almas que viven cada una en distintas áreas y desarrollos pero que se detienen en su caminar diferente para recordar esos años que no son ni serán jamás años olvidados, pues cada uno pudo reconstruir su esforzada juventud o niñez, para mejorar sus capacidades y salir airosos de tanta pruebas que nos dio la vida. Unos  comenzaron, siguieron y terminaron, otros quedaron en el camino,  algunos cambiaron sus herramientas de los talleres por la pluma de la docencia,  y tenemos profesores, ex soldados,  técnicos, ingenieros universitarios o no,  y muchos  hicieron de ese conocimiento que nos regalara la vida en la ex UTE, la mejor escuela para enfrentar la vida en distintas áreas; no todos fuimos a la industria, no todos recorrimos el camino  común del progreso, a unos  les costó más que a otros, pero no hay oportunidad para el análisis de la vida individual de cada cual, sólo pensar que en esas aulas bulliciosas de sueños y de amores ocultos,  encontramos cada cual la esencia de la vida, con buenos recuerdos, con tardes largas de estudio, con noches de insomnio  frente a las pizarras oscuras para aclarar las dudas de la mente, o en esa  largas jornadas que se iniciaba  en el austero desayuno de tostadas con  mermelada y  mantequilla del recordado Don Hernán, o esos almuerzos de los internos, que a veces nos regalaban un pan o su manzana para los que no pudimos volver a casa a mediodía, y así fuimos muchas horas  generando esa personal  capacidad para desarrollarnos, unos con gran éxito,  otros con mucho esfuerzo y dolorosos fracasos, quizás cuántos repitieron curso, pero siguieron esperanzados en el ímpetu juvenil y salieron   adelante enrielados muchas veces por esos “maestros” que no sólo nos regalaron amistad, disciplina exigencia y consejos, sino también paternidad y  en eso somos muchos los que viendo esos rostros duros, de  maestros del esfuerzo, sentimos sus caricias de profesores de vocación que nos regalaron también  sus bondades del alma,  de sus espíritus de educadores y de personas con un sentido humanitario excepcional y extraordinario.  Los que proveníamos de la pampa salitrera, de los minerales de Chuquicamata, o de la ciudad misma, encontramos allí ese mismo espíritu que anoche nos unió en el reencuentro. Allí reímos, cantamos, disfrutamos, y también estuvimos tristes por los que están más delicados de salud,  llegaron a la mente el recuerdo de los que participaron en los primeros encuentros y que ya no están con nosotros, la vida se encarga  naturalmente de ir ordenando nuestras existencias, y los que estuvimos hoy, quizás no estemos mañana. Pero lo que no  faltó y diría que hasta superó los límites de la empatía, fue el abrazo, la cordialidad, el regalo oportuno de la amistad, la diligencia permanente de quienes hicieron de  anfitriones y que  entregaron todas su voluntad  por entregarnos ese estado de alegrías y de  camaradería, esos que anónimamente se esfuerzan más que el resto, pero que lo hacen con ese espíritu de servicio que los retratan como bellas personas que están al servicio desinteresado de los demás, y que reconocemos que no hay posibilidad de navegar  a buen puerto  si no contamos con esos esfuerzos únicos y de gran espíritu solidario que aseguran el camino de nuestro encuentro en ese Club de Yates que nos acogió con un grupo de trabajadores  serviciales y  diligentes y que estuvieron en todo momento sirviendo a nuestra común  causa de alegrías con un servicio distinguido y  de excepcional atención, que no tiene otra forma de retribución que no sea el de agradecer  su trabajo honesto  en bien de nuestro  alegre compartir. Eso nos permitió disfrutar, sentir la amistad como gran muestra de la más elocuente expresión de amor,  y en el que volcamos los recuerdos, en una grata conversa de inolvidables emociones y nos queda ese dulce recuerdo de este acontecimiento  inolvidable  en que estuvimos  en distintos espacios reunidos con gran  sentido de cariño y pertenencia a lo que fue el “Alma Mater” de nuestros  orígenes, sencillos,  humildes, con sueños y esperanzas y con esa fuerza de la juventud que nos permitió enfrentar esos  años de tanta dificultad en los que el mejor aliciente fue el esfuerzo de nuestros padres que  dejando todo el sudor de su trabajo y dura faena, empapados de ilusiones por nuestro futuro, nos dieron lo mejor de ellos para permitirnos crecer, aprender y  soñar. Gracias por que allí estuvo el recuerdo de esos años inolvidables: Olimpiadas, deportes, atletismo, giras de estudio, recuerdos de maestros que ya no están con nosotros,  y que en algún momento de silencio de la noche  cercana al mar,  recordamos con respeto y con cariño. Muchos de los de hoy no estarán mañana, por eso que fue hermoso abrazarse, tomarnos esa foto del recuerdo,  contarnos entre los más desconocidos las mismas anécdotas que vivimos, con esos mismos gestores de nuestro  preocupante futuro que hoy ya son un glorioso pasado y que nos regala esta maravillosa oportunidad de abrazarnos y  recordar ese tiempo pasado que dicen  fue mejor, pero que se complementa con lo  que hoy vivimos y nos  reviste de juventud, de los infaltables sueños y las renovadas esperanzas para seguir siempre brindando, cantando, creciendo,  recordando conociéndonos mejor como personas de distintas generaciones, y unidos por el inolvidable recuerdo de haber sido “Carrunchos”,  y haber compartido esos años de estudiantes que se quedaron enredados en esos pasillos de baldosas rojas de la calle “Angamos”, o en esos talleres antiguos de las casonas  aledañas de la calle Coquimbo, o en esas tardes de sueños junto al mar, para alcanzar ese hoy que ayer tantos nos preocupó pero que son solo recuerdos, experiencias, amor, familia, hijos,  nietos y  el momento oportuno para abrazarnos, para decirnos que nos queremos, que  en la partida de cada cual, nunca dejaremos de recordar lo que fuimos, lo que somos, o lo que pudimos sembrar en este tan difícil camino de la vida, que todos  hemos sabido, enfrentar, superar y finalmente felices vivir.

            Gracias “Carrunchos” de ayer, de hoy y de mañana y de siempre.

            Gracias a quienes organizaron este encuentro, Don. Carlos Varas, Filidor Palma, la visita  valiente, emotiva y nostálgica de Arturo Basadre  y  sus hijas y esposa, y  ese trago dulce que con el que brindamos satisfechos de la vida, del pasado y del futuro que  es para nosotros incierto, pues nos corresponde hoy vivir  el día a día, disfrutando del  sol o  las estrellas, estrechando en nuestros brazos a los nietos y antes que crezcan contarles nuestras historias y en los momentos de la infaltable soledad y sosiego, elevar en el pensamiento una reflexión espiritual, dando gracias al Supremo, por lo mejor de nuestra propia existencia, y porque cada día crezca en nosotros y se fortalezca el más bello sentimiento que une a las personas: la amistad

Gracias por tanto  fue una tertulia inolvidable.


SET DE VARIAS FOTOGRAFÍAS SUBIDAS POR VARIAS PERSONAS A LA RED....SE GUARDARÁN COMO ARCHIVOS DE RECUERDO...















































































Fotos que quedaron en el tintero....






























































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