Antofagasta obliga a “ir al centro”, cuando tenemos algún trámite que realizar en todo ámbito: Banco, Iglesia, Temas médicos, compras, pago de cuentas, etc…
Sin embargo,
lo que menos nos convoca, es encontrarnos con los amigos, pues no es
precisamente el mejor lugar, pero como
nunca faltan los que andan en las mismas tareas, es fácil el casual reencuentro.
Si tenemos la suerte de andar solos, contamos con toda la mañana para sentarnos
en los bancos de cemento del Paseo Prat
y charlar en forma amena, con quienes tenemos el gusto de compartir el
emocionante e inesperado encuentro. En cambio, si vas “acompañado”, ojalá
tengas la suerte que tu media naranja vaya a hacer el trámite sola y te “deje en libertad” un momento,
para llenarte de emociones y recuerdos
con los amigos en esas improvisadas tertulias callejeras.
Ayer fue un
día de esos, de mucha actividad callejera pero no tan contaminados como lo estuvimos la semana pasada.
Al menos pudimos pasear en paz en un
ambiente cálido y bullicioso de ventas callejeras,
con los “paracaídas” listos para tomar la variada mercadería expuesta que sin
duda son de muy “buenas ofertas”, sin
conocer la calidad y sin pagar impuestos y con los vendedores prestos a arrancar
por las esquinas ante la presencia verde de infantería o bicicleta policial.
Al menos,
ayer transitamos libres de los obstáculos ideológicos de esos
tremendos despliegues político partidista
de los candidatos a todo, (y de los cuales, casi nunca “conoces a nadie”, y hasta te preguntas: ¿Y este (a) “Patuo”(a) ..¿De donde salió?.) y al
final entendimos que cada cual se forja su propio destino, aunque este tema de
postularse sea como lo más fácil para vivir en los tiempos de hoy con la
promesa de que “todo será mejor”.
Tuvimos
la paciencia de recorrer y cumplir nuestros
trámites, entre calaveras plásticas, muñecas
ensangrentadas y cintillos macabros
en esa otra vitrina que ya se ha
hecho tradición para las compras de disfraces, calabazas plásticas y las máscaras de las festividades de Halloween
que ya no se puede erradicar ni mirar de lado, pues al igual que la cumbia en
las ramadas, ya tocaron el alma del pueblo, sin por ello pensar que todos pertenecen
a sectas satánicas y buscar túneles oscuros
e intransitables de lo desconocido con la fiesta de los Celtas, y en nuestra cultura, matizada con la alegría de
los niños, la adrenalina jocosa que produce
el encontrarse con un enmascarado que te
golpea la puerta solamente por la cortesía
de las azucaradas golosinas, aunque sean angelitos, diablitos o enanitos, la esencia y la inocencia es la misma.
Y para hacer
el “cuento corto” (generalmente me explayo demasiado ) me encontré con ese
amigo inesperado, con más de cincuenta años de recuerdos comunes, con quien
crecimos juntos en esa única e inolvidable época de estudiantes del GTP de la UTE. El inolvidable
Eduardo Lara, amigo y yunta del “Yuyo”
Escobar, (ambos con varios récords de invariables amores, vulnerando un poco la
privacidad de sus vidas, y con quién
nos dimos ese abrazo fraterno del reencuentro después de varios años, y procuramos reírnos en medio de las
situaciones propias de la edad del “CÓNDOR”… y
fue el mejor recuerdo el de nuestro querido Grado Técnico Profesional, nuestras primeras
incursiones en el campo laboral, los temas propios que nos preocuparon ayer en
la búsqueda de los mejores ideales juveniles para una mejor sociedad y nuestras personales experiencias laborales y
de vida, que al final nos obligaron y
nos permitieron retomar rumbos distintos de los que aspirábamos buscando siempre
una mejora en nuestros campos de subsistencia de la propia vida y necesidad.
Eduardo fue, gracias a su espíritu de superación un gran Maestro educador, quizás recibió ese
mensaje de nuestros queridos profesores
que tuvimos la dicha de compartir en nuestra juventud, y de los cuales todos
logramos aprender algo y constituirse en nuestros líderes de ayer. (No solamente
el caso de Eduardo está relacionado con la Educación, lo está también Jorge
Escobar, Roberto Cuevas, Gabriel Flores,
(Q.E.P.D.) , y nuestras queridas y
distinguidas damas, Emiliana, Vilma, Clarita, Aida y María Marín y
otras u otros que no recuerdo.
En ese sentido,
ambos más viejos que ayer, pero con el mismo espíritu de juventud que no pasa, con muchos años de caminar, casi cansados, con
los dolores en las rodillas, el agotamiento de la respiración al
conversar, las dolencias vividas, las
operaciones , los temas médicos, la “gravedad” incluso, y todo lo que va quedando
inerte , nos va causando estragos en el cuerpo. NO es fácil haber tenido un
accidente vascular, y quedar con el rostro y el ldo del cuerpo insensible, pero sin dolor
o esa agotadora forma de vivir cada semana con esas Diálisis semanales que regalan vida y oportunidad pero que son
agotadoras, quedamos entonces muy claros que la vida, sencillamente es así, y aunque
lo ”comido y lo tomado” no nos lo quita nadie,
que los errores cometidos son parte de la inexperiencia humana, que a
pesar de nuestras vidas distintas, con más
de un par de intentos de reconstruir la
vida amorosa, de éxitos o de fracasos, igual
amamos a los hijos, a los dulces nietos, y pronto quizás bisnietos, y lo que no pudo faltar en ese instante de amistad y compartir fue la
risa, la alegría, el recuerdo de los que
están y permanecen y los que ya partieron
y quienes se encuentran luchando por
tener “otra oportunidad” en medio de tantos dolores y dificultades.
En resumen,
ser feliz hoy o siempre, “no cuesta nada”
(me lo decía mi padre) y no agotar
esfuerzos inútiles de buscar cosas para el mañana incierto, pues como decíamos en nuestros tiempos de
estudiantes…”Hoy es el mañana que ayer
te preocupó” y ese hoy está rodeado de
situaciones que nos tienen a todos envueltos en situaciones personales y
de salud que no entendemos, porque no fuimos preparados para asumir esta
realidad presente, el desgaste de los nervios, el cansancio de los cuerpos, los
eternos insomnios, las noches que se hacen interminables y largas sin dormir, las
dudas de la existencia, el no saber “ni el día ni la hora”, o esas pesadillas que
nos despertaron recién pegado el ojo que
acompañan esta dura y difícil existencia que ahora se torna un martirio, pero
que nos permite despertar y mirar al cielo
para dar Gracias al eterno Creador cuando
vemos que hoy será un día más de vida, donde podremos seguir preparando el alma
para la inevitable partida haciendo o procurando hacer el bien, estrechando a
los amigos, deseando lo mejor para todas las familias, dejando de lado nuestros
egoísmos, nuestras ideas que queremos imponer al otro sin entender que el otro es simplemente eso: ES OTRO, que no soy yo, y en ese sentido trato de ser distinto en lo
mío propio, en mi vida propia, en mi terreno propio, y dar no lo que me sobra, sino lo que me cuesta para
que tenga valor, aunque signifique renuncia
y sacrificio, o sea quitarme el pan de la boca para que otros
puedan disfrutar del día a día de la larga o corta vida que nos queda….
Fue ayer,
sin duda, un momento de alegría, de emoción,
de amistad compartida de recuerdos gratos o de los otros, de esas conversas que nos traen esperanzas y hacen realidad los
sueños presentes que son en el fin de los tiempos nuestra única y gran preocupación,
la de ser felices hoy, y solamente hoy, por que mañana siempre será tarde….