jueves, 30 de diciembre de 2021

AÑO NUEVO .....

 

Año 1969...Diciembre 31.....Seis críos chicos con nuestra querida mamita, recién llegados de la pampa, arrimados entre los colchones, cajas y embalajes recién desestibados con nuestra ilusión puesta en ese viaje que nos traía a recomenzar una nueva vida en la ciudad, pensando en un mejor "futuro". No era fácil comenzar una nueva vida en la "CASA GRANDE" de calle Prat 970, aunque estábamos acostumbrados a vivir en una casita pequeñita que eran grande como el mundo. ¿Año nuevo? No habría esa noche encendido de "salnatrones" y corte de luz a medianoche, tan tradicional en Maria Elena, para los abrazos...Se respiraba un fuerte olor a "sal de mar" en el ambiente y era más fría la ciudad....Mi madre cocinó con todo su amor, con lo poco que tenía, un arrollado de "malaya", al que le puso huevos, aceitunas y especias y sin desgrasarlo, para que "cundiera", nos apuró en la tarea de acomodar maletas, ropa de abrigo, estirar colchones, mientras conocíamos un tanto nerviosos las bondades de la inmensa casa, con una "tina" que era toda una piscina. Medianoche. Hora de disfrutar unos sándwich...con ese aromático arrollado....Desde la cocina sentimos el grito, corrimos todos....en la baldosa roja se dibujaba claramente un sendero húmedo y oloroso del "arrollado", arrastrado por los gatos antofagastinos que desde el tejado se lamían los bigotes, enfiestados por tan suculenta e inesperada cena ... Éramos los "pampinos generosos con los gatos". Nos sorprendió la medianoche mirando el tejado, ilusionados que nos dejaran "algo"....Mi mamá nos tomó con sus manos tibias y amorosas, sus ojos con lágrimas por el acontecimiento, nos abrazó y transmitió con ello el cariño de mi padre (siempre trabajando allá en la pampa)...Y nos dijo: Tomaremos té. ¡¡¡Feliz Año Nuevo...!!!!Luego nos reunió en una sala vacía para orar, sin sillas, sin mesa, sentados en el suelo, pero felices. Recordamos con nostalgia a mi padre y a los vecinos de "Luis Acevedo 94", de María Elena.....Los gatos pasaron la mejor noche de sus sacrificadas y hambrientas vidas......


24 comentarios

Marjorie Williams

Que hermosos recuerdos.pero siempre unidos con una bella mama. Eso es impagable. Un abrazo

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Judith Ferrer Montero

Que lindos recuerdos Carlos.

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Juan Antonio Marrodán

Y pensar que el olorcito llegaba hasta nuestra casa y nos imaginamos el manso banquete de los nuevos vecinos del mejor barrio de Antofagasta...Feliz Año Nuevo vecino...

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Ema Gomez Rojas

Hermoso recuerdos Carlitos... Feliz año nuevo para ti y familia 😊

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Claudio Alberto Torrealba Espinosa

Tío deberia dejarlo para ser compartido...es una emotiva dicha historia. Llega hacer que el lector se meta en el acontecimiento ...si puede dejarlo abierto para compartif seria genial 👍🏻👏🏻👏🏻👏🏻

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Carlos Garcia Banda

Claudio Alberto Torrealba Espinosa publicó y gracias

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Claudio Alberto Torrealba Espinosa

Carlos Garcia Banda 👏🏻👏🏻

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Isolina Aguirre

Triste pero lindo recuerdo.

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Mario Arce Lagos

Qué hermosos y bellos recuerdos bendiciones

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Eva Pamela Reyes

Hay mucha belleza en este relato. Me conecta con el mundo sagrado. Feliz año

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Belgica Manzo Carpanchay

Qué lindos recuerdos.....

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Razzy Miu

Que hermoso relato. Traslada a quien lo lea y lo hace un relato vivido. Feliz año nuevo profe querida y a toda su familia....

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Emilia Isabel Fábrega Guerrero

Oh, que hermoso cerré mis ojos e imagine a tu madre con todos rezando y dando gracias y su hermosa sonrisa que quienes tuvimos la dicha de conocer no olvidamos, cariños para ti tu familia y hermanas. Feliz 2019

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Sanfor Aracena Rojo

PUES, YO VIVÍ EN LUIS ACEVEDO 95 Y TENÍA COMO VECINO AL SR. GARCIA Y SRA CHELITA SI MAL NO RECUERDO. EDUARDITOI Y ANITA MARÍA ERAN CHIQUITOS Y MUY LINDOS.CORRÍA EL AÑO 1953 APP. SI QUIEREN SABER MI E-MAIL ES sanforaracena@gmail.com FELICIDADES PARA 2019.- DESDE VALPARAÍSO.-

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Carlos Garcia Banda

Mi querido vecino de esos años de infancia.......Me recuerdo con mucho cariño de ustedes Gilfor y Sanfor, y por supuesto de tus padres, un ilustre servidor pùblico que vivìa al lado de nuestra casa. .....(Una vez tratè de contactarme con Gilfor, lo vi en televisiòn, y nunca recibì respuesta, )alli me di cuenta que siguiò los pasos de tu padre......De ti me recuerdo que hacìas unos dibujos maravillosos....Me pintaste con acuarela un indio sentado en posición de piernas cruzadas y atràs se veìa su tienda y el campamento....Estaba sentado junto a una fogata....Es el primer dibujo hermoso que guardo en mi mente como inolvidable recuerdo de niño. El otro dibujo, era uno más jocoso, quizàs una broma tuya en que salia un individuo que se le veìan solo los ojos en una especie de ventanilla y al abrir la tarjeta se descubrìa que estaba sentado en un baño....Te reias con los màs jòvenes del barrio y nosotros eramos muy niños. Precisamente yo soy Eduardo y mi hermanita es Anita, (hoy la vi y estuvimos haciendo recuerdos gratos.) Ustedes estaban muy ligados, como familia Aracena con un fuerte lazo de amistad con los Gatica, que vivìan al frente.Ustedes fueron nuestros hèroes de infancia, tu eras muy agradable, pero dirìa màs serio que tu hermano......No sabes la alegrìa de saber de ti y por supuesto que te enviarè alguna nota por correo. Un abrazo querido amigo.

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Sanfor Aracena Rojo

Leí tu correo,gracias por respuesta. De los Gatica sólo hemos comunicado con Connie y por facebook con Fresia.Tu papá manejaba una camioneta y llegaba a almorzar en ella. Ustedes eran muy chiquitos por lo que non nos integrabamos tanto, pero guardamos recuerdos gratos de esa época. A María Elena la llevamos en el corazón y en una de esas mis cenizas quedarán en la plaza de armas al igual como lo hizo el Profe Chulak que están en el mismo lugar en que le pidió matrimonio a su Norita ¿sabías eso? Bueno Eduardito. En un ´´PAMPA´´ que está dentro de un donativo que hice al Museo del Salitre esta la foto tuya y Anita cuando eran chiquitos. Cuando quieras anda a dicho Museo y pidelas que te las muestren Por hoy sería,todo. Saludos a los pampinos de corazón.-

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Mario Vega Mancilla

CARLOS, NUEVAMENTE FELIZ AÑO, OJALÁ EL AÑO DEL COMIENZO DE UNA VERDADERA RECONCILIACIÓN DE LOS CHILENOS...A MIRAR PARA EL 2100, LAS PEQUEÑECES A LA CRESTA, DIRÍA MI AMIGO EL TEMUCANO, AL PARECER, PAPÁ DE ÁLVARO SALAS...

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domingo, 26 de diciembre de 2021

Un gran líder y comandante, marcha por las arenas celestiales… …..

 


                Las personas que, por esas circunstancias del destino “pasan” por nuestras vidas y se entrecruzan en los  senderos en los cuales nos encontramos en distintas etapas de nuestro crecimiento, van dejando huellas que se tornan  imborrables con el paso de los años, y son los pequeños detalles con que las recordamos y con los cuales valoramos  su grandeza personal  , guardando siempre sus pequeños  gestos propios de su personalidad,  encanto,  humanidad y  su compromiso con el trabajo que hemos ejercido en conjunto, en especial cuando hemos estado empeñados en tareas  y desafíos que parecieran ser tan simples, pero que requieren más que el conocimiento o la capacidad de decisión, un gran sentido de vocación e inconmensurable  amor a una justa causa, que  parece ser la gran y única razón para justificar nuestras breve existencia por este corto paseo de aprendizaje  llamado vida y de la cual nos quedamos cuando menos lo pensamos, de pronto detenidos en cualquier estación del tiempo, sin saber jamás cual “será el día y la hora”.

               

                Hoy nos comunican con esa sorpresiva nota que hiela el alma,  la partida de uno de los grandes, uno de los nuestros, uno que estuvo en las duras y en las maduras, en las grandes tareas educativas tan propias de la formación militar por excelencia, el comandante,  el profesor, el  guía, el amigo el orientador, el que da el ejemplo,  y asume sobre sus hombros todo el peso de las responsabilidades que se deben enfrentar en cada uno de los casi siempre difíciles desafíos de la profesión noble de las armas y en las cuales  se aplican en forma natural todas las  bondades del arte de mandar.

                Don Roberto  Ziegele Kerber, el  soldado que  pasó por esta vida haciendo el bien, y  que coronó su carrera al servicio del Ejército como General de la República, con sencillez, humildad, profesionalismo, gran capacidad  y convicción, y que por sus condiciones de líder natural  fue escalando cada una de las gradas de las  difíciles etapas que son siempre  distintas acordes a la época, circunstancias  y desafíos propios del “ser militar”,  con riesgos permanentes y renuncias muchas veces a la familia por el cumplimiento del deber,   podemos decir, los que tuvimos la suerte de compartir con él, que era un hombre de gran sentido del humor,  alegre  y cordial y  desde su puesto de comandante siempre tener la visión de servir  con gran profesionalismo y capacidad.

 

                Fue fundamental su entereza y profesionalismo en los tiempos de la  consolidación de lo que fue el Regimiento  Reforzado Nº 20 “La Concepción”, que fusionó inicialmente las Unidades de la I División de Ejército y ya en la etapa madura de su corta existencia, dar paso a la creación de una Unidad moderna, como lo fue  la 3ra. Brigada Acorazada “La Concepción”, donde el  entonces coronel Ziegele desplegó muchas de sus capacidades, para cumplir cabalmente la idea del Alto Mando, y con su servicio entregar  una nueva Unidad,  dando paso a la definitiva  modernización institucional siendo el último Comandante del Regimiento Reforzado Nº 20 La Concepción” por lo cual no fue fácil  enfrentar los tan necesarios cambios, las necesidades del personal, la construcción de  alojamientos y reconstrucción de dependencias para servir a una Unidad única,  la que además requería  impregnarla de una mística y espíritu de cuerpo común para todos quienes la conformaron, empleando acciones de mejoras de infraestructura administrativa y  dando mucha importancia al tema de educación de los soldados conscriptos que junto con cumplir su servicio militar, recibían  herramientas de educción escolar y laboral en todo momento.

                               En lo personal, un gran impacto sufrido en nuestras vidas, cuando  la columna que se trasladaba a los ejercicios militares programados para el tiempo de maniobras, sufrió un accidente con resultado de muerte de su Ayudante circunstancial el SOM. Guillermo Farías Vilches  y el CB2 Pedro Jara Morales, quedando él en ese entonces, en muy delicadas condiciones,  al igual que su cabo conductor. Esperamos en aquella oportunidad acongojados y suplicantes por los fallecidos y por la vida de ambos sobrevivientes, en los pasillos del  Hospital Militar de Antofagasta su llegada en ambulancia, y lo vimos entrar en camilla con una urgente diligencia del personal de salud del recinto asistencial  ingresándolo al Pabellón de operaciones con su mirada de serenidad y tranquilidad,  dándonos en medio de su dolor, una confiada y afectuosa sonrisa, saliendo de esa crisis de salud con muchas horas de larga y  dolorosa recuperación, sin dejar de mantener sus preocupaciones en los temas del mando de la Unidad, llevando cada día de su recuperación la documentación más inmediata  a su propio lecho de enfermo, sin dejar jamás de sonreír y  mantenerse incólume frente a tanto dolor en medio de su lenta recuperación y conservando esa especial característica del hombre: su sentido del humor.

                 Fueron las más difíciles etapas que tuvo que enfrentar, pero allí estaba también serena y fiel, preocupada pero llena de fe y confianza  su querida  esposa Milenka,  que se llevó todo el peso emocional  con  parte de sus hijos pequeños, y muy  valiente, casi  una heroína silenciosa, tener que cumplir el rol social de mantener los lazos de las comunicaciones y entregar  voces de esperanza y gratitud a todo ese gran mundo de voluntades que querían saber de su estado  de salud.

                 Dicen que los  comandantes en su mandos no tienen armas, pues sirven a todos por igual, pero  el corazón del coronel Ziegele estaba puesto allí, en sus amados tanques, aunque en una salida a terreno, en sus primeros años de mando,  recibió el bautismo de fuego  de los discípulos de  Santa Bárbara, disparando una potente pieza de Artillería, y como corolario de su bautismo, obedeciendo a la “tradición” del arma,  arrastrarse a punta y codo con  alma de niño alegre  entre los trípodes aun empolvados y  ardientes de la pieza, y bebiendo esa “chupilca” de vino generoso en la vainilla aún tibia del proyectil artillero.

                 Son tantos recuerdos, de quien tuvo la suerte de trabajar muy directamente con este honesto hombre de armas,  leal y fiel a sus principios,  obediente y disciplinado,  lo que le permitió años posteriores, después de su gran y ardua labor, alcanzar  las presillas  de pecho espalda, como le decimos en la jerga militar, de un  sencillo pero  gran general de la república, al que no le encandilaba ninguna luz de vanidad o soberbia, sino todo lo contrario,  mientras más alto el rango, mayor su voluntad y deseo de servir con humildad, calidad y calidez.

                 Su casa,  su hogar, el lugar de su intimidad familiar, donde  está  el espacio de la familia y de los hijos, se abrió siempre de par en par sus puertas para acoger con cariño y  serenidad, a sus  subalternos de todos los rangos.

                 En esas  etapas de un  fin de año, en algún momento, antes de tener que cumplir los plazos de su tiempo de mando, junto a su esposa,  reunió a su personal, a los que estábamos siempre  allí en el silencio y apoyo del servicio, y con su dulce y sonriente Milenka nos ofreció una mañana  navideña de regalos, tan simples como su alma, pero llenos de un sincero sentimiento de gratitud, porque los hombres buenos, no se envanecen, sino que se hacen más grandes cuando agradecen y   para todos “servir” es el mejor factor de unión de un común principios de amor a Chile, su patria, sus sagrados símbolos y su sacra historia.

                 No  quisiera extenderme en mayores detalles. Sé que  podría escribir muchas carillas más con estos recuerdos: Su apoyo a los operativos de ayuda solidaria al Hogar “Don Orione”, al traslado de viviendas en los campamentos de la periferia sur de la ciudad, las Exposiciones militares con visitas de público masivo a la Unidad, participación de los organismos culturales en los concursos  el “Ejército de todos los Chilenos”, su apertura a todas las organizaciones civiles y reservistas del Regimiento y siempre  encabezando las columnas con su equipo y mochila para cumplir como uno más las “habilidades guerreras”.

                 No hace muchos días o semanas atrás, buscando en mis archivos militares de recuerdo,  logré reunir algunas de sus fotos, y tuve el gusto de compartirlas directamente con él por las vías  de la red digital, sin duda que como un  recuerdo, con su familia, con sus  hijos, sus momentos más significativos, recibiendo su mensaje de gratitud por evocar esos momentos tan importantes de su vida.

                 No esperaba recibir esta noticia infausta, recién me entero de algunas dolencias  o debilidades en su salud, las cuales, en las breves conversas y mensajes no tuve la oportunidad de vislumbrar.

                 Hoy he leído conceptuosos saludos a su esposa en las redes sociales, con motivo de su partida, brindándole el apoyo, la amistad sincera y el reconocimiento a este ilustre comandante, en especial de quienes fueron oficiales y suboficiales  subalternos, que lidiaron con él en las grandes tareas y responsabilidades,  haciendo de este dolor tan personal y familiar, una causa común de unión de sentimientos, en el cual todos unidos como en nuestros mejores años, queremos también brindar este homenaje de paz, de gratitud, de reconocimiento a un gran hombre, el coronel o General Roberto Ziegele Kerber ( Q.E.P.D.), que  se quedará  rondando por nuestras mentes y corazones por un indeterminado tiempo, porque las personas que nos han marcado en la vida por su sencillez, su trato cordial y ecuánime,  sin duda que se quedan vivas entre nosotros hasta el final de nuestros propios tiempos.

                     Descanse en paz mi Coronel.

 

                                                  Antofagasta 26 de Diciembre de 2021

 SOM. Carlos Garcia Banda.













































Resultado de la difusiòn de esta nota y  saludos de condolencias a la familia de mi General:

(Publicación en mi muro personal…)

Marcelo Navarrete Díaz

Muy lamentable noticia, él desfiló al mando del batallón esmeralda,en la parada militar,del parque O 'higgins,del año 2009.

Anita Olivares

Sin duda, ya está comandando a los mejores en el cielo.

Marcelo Navarrete Díaz

Y aprovecho de saludar a su persona, deseándole un muy feliz cumpleaños,que lo pase muy bien junto a los suyos, un gran abrazo,y que este nuevo año sea muy bueno en todo sentido de la palabra, muchas felicidades mi SOM.

Magali Concha Milla

Muy bellas palabras Carlos ......y que lamentable noticia...

Alejandro Palma Soto

Muy hermoso reconocimiento a un gran Comandante, que descanse en paz.

Guillermo Del Castillo

Estimado Carlos, gracias por ese hermoso, detallado, claro y preciso relato de lo que fuera en vida el querido y recordado Roberto. Guardo de él mis mejores recuerdos, cuyos detalles están muy bien escritos por tu fina pluma. Vaya para Mimí e hijos nuestras más sentidas condolencias, con la seguridad que el Señor se ha llevado a uno de los grandes hombres.

Jorge Aguirre Sanchez

Una pena, se nos fue un gran hombre y un excelente líder, descance en paz

Valfryde Sandro

Hoy ya forma parte de las tripulaciones blindadas en el cielo descanse en paz mi estimado Dragón

Katherine Jeannette Olguin Igor

Horrible noticia mi SOM. El día de ayer supe de esto y hasta ahora no lo creo, solo decir que fue un hombre grande que dejo marcas en el corazón de muchos que trabajamos con él, que Dios lo reciba en su Santo Reino!!!

 Rodrigo Alejandro López Soto

Gran despedida para un gran Soldado.

Guido Alejandro Rodriguez Tapia

Mis condolencias

Tomas Gortazar de Reyna

Q.E.P.D

Manuel Leonidas Acuña Lara

Carlos Garcia Banda , me adhiero a tus palabras, creo que todo lo que has dicho es la pura y santa verdad, solo decir la inmensa pena que nos invadió el día del accidente en Portezuelo, alegría saber de su recuperación y ahora la nefasta noticia de su partida Dios lo guarde en su santo reino mi Gral., solo se nos adelantó, descanse en paz.…

Pablo Muller Barberia

Mi estimado SOM muchas gracias por el hermoso recuerdo de una gran persona

Claudio Aedo Villar

Un Gran Soldado, y amigo QEPD

Maritza Georgina Aguilera Barraza

Que hermoso RECONOCIMIENTO AMIGO BELLO A ESTA GRAN PERSONA QUE FUE TU AMIGO...Y TUVE EL GUSTO DE CONOCER...!!! UNA GRAN PERSONA AMIGO ESTIMADO !!! MIS CONDOLENCIAS A SU ESPOSA Y FAMILIA Y A TI ....AMIGUITO BELLO POR TODO LO QUE LE QUERIAS Y APRECIABAS. UN MENTOR EN TU VIDA MILITAR AMIGO...!!! ABRAZOS A LA DISTANCIA ESTIMADO Carlos Garcia Banda.

Iturra Flores Daniel Braulio

Gran jefe, excelente persona que el señor lo tenga en su Santo Reino mi General. Se junto con mi SOM Farías.

Mis condolencias para la familia y Fuerza 💪....!!!

Marcelo Hernan Rauld Henriquez

Grandes palabras, para un grande, Descansa en paz mi recordado amigo y General.

Fidel Alvarez

Que descanse en la paz del Señor.

Juan Mendez Fuentealba

Emocionantes y merecidas palabras para una gran persona y militar, mis condolencias para su familia.

Benjamin Alberto Fernandez del Rio

DEP

 

Jorge Burmeister Tapia

Que gran hombre y amigo

María Soledad Mella Ramírez

Que emotivas y hermosas palabras, sin duda muy merecidas.

Q.E.P.D.


Reenviado por mi General Enrique Slater a sus grupos de Twiter:

(Se adjunta la nota)

Remito el homenaje del SOM. Carlos García Banda, al GDB. Roberto Siegele Kerber.                     Un ejemplo de reconocimiento y lealtad, de un gran SOM., a un gran general.


 

 


LA VIDA...SIMPLEMENTE

 

La vida….simplemente…

                Por esas cosas propias de la edad, y porque los años no pasan en vano, a todos nos suele ocurrir sentir que se van acumulando como fango pegajoso o sarro que se adhiere  en los escondrijos de la mente,  los más diversos recuerdos e historias personales , que permanecen silenciosas y pareciera que nadie pudiera haberlas vivido como nosotros, por cuanto son de nuestro acervo personal y  constituyen nuestro gran bagaje de lo que podemos conservar tan nuestro y  que tienen o no un especial significado  para nuestras propia existencia, como para la gratitud de esa etapa adquirida con los años y que después de vivirlas la llamamos experiencia.

                Cuando queremos recordar, basta un aroma, una canción, una palabra o cualquier elemento externo que gatille ese rápido encendido de “mecha corta” a la memoria, para que en pocos segundos estemos rebobinando el disco duro y sintiendo nuevamente esas emociones que creíamos dormidas y llenarnos de esos sentimientos que causaron en un momento u otro alguna emoción personal, profesional,  del servicio, o familiar.

                Nuestros recuerdos militares sobretodo, están inmersos en distintos escenarios, y todos  tenemos una memoria personal o colectiva que nos permiten sentirnos que estuvimos juntos compartiendo tal o cual emoción; Así entonces recordamos las campañas, la Compañía, la formación, la guardia, los amigos y sus personalidades tan distintas  y tantas cosas  que  otros también vivieron y que nos hacen sentirnos unidos en las grandes alegrías y también en las personales tristezas, en especial en estas fechas  en que alguna vez debimos pasar una navidad o una fiesta de fin de año, apostados en un punto  cualquiera de la guardia o de la noche en la frontera y  sentir en la bulla y la algarabía lejana  el sentimiento de encontrarse tan solos y  sabiendo que  tras nuestro sacrificio  se cumplía entonces con un sagrado deber, y eso pasa más que nada con los soldados de nuestro tiempo,  que dejaron muchas horas de juventud y sueños en esas interminables horas del servicio,  que afectó también a todos los escalones del mando en alguna u otra oportunidad.

                Entre esos recuerdos,  tuve hoy la alegría de contactarme con un soldado  conscripto:  Manuel Antonio Rivera, (alias el “Duarte” chico), por haber trabajado en ese entonces con el extinto SOF Adolfo Duarte Cerda,(Q.E.P.D.), recordando a  un  sencillo hombre de armas, un soldado conscripto de mi tiempo,  que cumplió su Servicio Militar en el Regimiento y del cual me referiré, con mucho agrado y emocionado también por su forma y experiencia de vida,  en estas próximas líneas.

                Aparte de los recuerdos que nos unen desde esos tiempos, y yo  de no  haber trabajado directamente con él, salió a la conversa con Manuel Rivera,  el tal “TORO POZO”, que tal vez muchos de ustedes recuerden con mejor memoria.

                Para mí, sin duda, fue una historia  sencilla y simple. Pero que como amante  de las cosas de nuestro Regimiento (y así como ustedes también tienen gratos momentos de sus propios  recuerdos), se me vino entonces a la memoria ese apellido: “TORO POZO”, y como mi mente aún mantiene esos óxidos del olvido, (el bien conocido “OXIPIC”, lenguaje empleado por los “Armeros” cuando nos revistaban las armas), y por pura curiosidad,  decidí entonces   llamar a Ovalle  y enlazar los detalles de este  tema con el Sr.  RUBÉN TORO POZO, para recordar sus tiempos de soldado.

                Me encontré entonces con un agradable ex soldado,  respetable  ciudadano y ejemplar reservista,  padre de cuatro hijos,  y un hombre dedicado entre otras cosas, a cultivar la disciplina deportiva del ciclismo, y en ese breve conversar, y presentarme  como corresponde a un caballero que inicia una conversa,  vino ese mágico “click” que les contaba al inicio de esta nota, afectando directamente al “disco duro”, y entonces,  se me llenó la cabeza de recuerdos y ¡Claro! ¡¡Rubén Toro Pozo!!,  el soldado que me ayudó a pintar unas letras en el frontis de la entrada del cuartel con los versos del himno  “ADIÓS AL SÉPTIMO DE LÍNEA”; el que estuvo cumpliendo su Servicio Militar  en los tiempos de mando del  coronel Jorge Romero Campos y que en ese entonces, el joven conscripto Rubén Toro, era un joven adolescente, servicial y entusiasta, humilde y de corazón grande y bueno. Alguna vez, lo recordamos en nuestra charla amena, en un fin de semana, me ayudó con un foco de iluminación en mano, y  con tenida “de corbata”,  a filmar un matrimonio de un familiar del entonces Teniente Ly, el odontólogo de la Unidad,  trabajando entusiastas en conseguir las mejores imágenes  de ese evento personal y familiar, al cual concurrimos como todas nuestras actividades extras de fin de semana cuando había disponibilidad, en forma “voluntaria”, habiendo tenido también la oportunidad en ese entonces de ser “considerados”, después del trabajo, aunque haya sido en el rincón de la cocina,  con  esa deliciosa cena, paseándose por nuestras narices los mejore  aromas y ricos manjares de los expertos de cocina  “china” preparados para la ocasión con tanta dedicación y siendo agasajados  también por ese evento del cual solo teníamos la misión de guardar las imágenes de una sencilla filmación en esas cámaras de Video 8, populares en ese entonces, y cumplir de la mejor forma nuestro cometido.

¡¡Tantas cosas que afloran en las conversas!! Y nos permiten reírnos  en esa corta y grata conversa telefónica, suficientemente contundente para que afloraran frescos nuestros recuerdos, que salieron luminosos y empapados de sonrisas de los oscuros rincones del pasado.

                Este “Toro Pozo”, ustedes “Esmeraldinos” de ese tiempo,  lo deben recordar muy bien, pues era un hombre de una especial personalidad, silenciosa, amable  y  servicial, pequeño pero grande de corazón y voluntad,  y que alguna vez reemplazó a Juanito Solís, en su trabajo de  peluquero “oficial” de la Unidad.

                A propósito de ello,  “Toro Pozo”, se inició en el  tan necesario  oficio de peluquero “militar”, primeramente con los soldados de su Compañía de Plana Mayor,  luego fue dándose a conocer por su  sencillez y óptimo servicio, haciendo ya, por la confianza que entregaba con su trabajo, algunos  reemplazos exclusivos para el personal  de Planta , y ganándose el aprecio, afecto y cariño de sus amigos, camaradas, superiores, e instructores, sirviendo definitivamente, aparte de sus funciones como miembro de su Compañía,  como peluquero del personal del Regimiento, en ese rincón característico, ubicado  “atrás” de la Guardia de nuestro recordado Cuartel, efectuando el corte de tantas cabellos, y participando silenciosamente,  para no abandonar su serio trabajo,  de las  amenas  conversas y  meticulosas “desvelladas” que se efectúan en esa peluquería militar, acumulando en cada jornada de día de trabajo, (y a veces en las grandes actividades de formaciones, donde el corte militar es obligatorio y producto de duras sanciones,) permaneciendo de pie junto a sus máquinas que ya “arden” hasta más de 24 hrs. para dar abasto a la demanda, y reuniendo esos esponjosos cojines de cabellos rasurados, arrastrados con  esas maniobras de  palas y escobas, que llenaron muchas veces el basurero militar de la peluquería,  que en las labores de higiene del final del día, se incineraban con los papeles viejos en un fogón circunstancial en  la cantera.

                Y entonces seguimos recordando en nuestra charla telefónica, con Toro Pozo y me decía también como yo, emocionado: - “Mi” cabo Garcia. ¡Claro que me acuerdo de usted!   Y también para él, salieron a flote sus más frescos recuerdos, y  entonces descubrí que  ese humilde,  servicial, esforzado, querido, respetado, y  soldado “ejemplar”, que llegó con 8vo básico de escolaridad al Regimiento, como parte de ese contingente tan siempre bienvenido  y considerado como de gran eficiencia, como lo ha sido por muchos años el contingente de Ovalle,  y sin desmerecer el de otras ciudades a quienes hemos tenido el gusto de conocer, incluyendo en ellos al contingente de Antofagasta, de Puerto Montt, de Lautaro, de las pampas salitreras, de Tocopilla y Calama y otros,  (siempre serviciales, buenos para el trabajo y comprometidos con el deber), que me refrescó la  memoria, y a quién nunca pensé ver o contactar, me reiteraba su gratitud al Ejército y  me decía: - “Yo, al igual que muchos soldados que pasan por el Ejército, soy un muy agradecido ciudadano  de mi “Servicio Militar”, y sobretodo de mi Regimiento “Esmeralda”, pues allí aprendí este oficio de peluquero que me permitió formar una familia, criar a  cuatro hijos, tener mi casa, mi auto,  educar a mis hijos, entre ellos mi niña mayor  que es toda una ingeniero  que trabaja en faenas mineras  en Calama, y  gracias eso tener desde hace muchos años mi “propia” peluquería en este Ovalle tan hermoso, tan acogedor, tan  de buena vida, y a la cual  bauticé como “PELUQUERIA ESMERALDA” sintiendo con ese gesto el  agradecimiento por mi Unidad, mis instructores y muchas situaciones favorables para mí, y que viví en mi querido e inolvidable Regimiento “Esmeralda”.

                Entre tantas cosas que conversamos me decía: - “Yo actualmente vivo aquí en Ovalle,  muy cerca del recordado  militar, al que llamaban cariñosamente  el “GATO” CÁCERES. No se imagina usted, cuántas veces lo he tenido que gustosamente ayudar y trasladarlo a urgencias médicas al hospital, y siempre mantengo  contacto con la hija y con mi Suboficial,  que en más de alguna oportunidad, estando  como conscripto, me llevó a su casa en  el block 10 de la Población Militar allá en Antofagasta”.

                “Aún mantengo mi deseo de hacer ejercicios y estoy en un club de ciclismo aquí en Ovalle y pertenezco a la reserva del Regimiento Nº 21 “Arica” de La Serena y en esa Unidad he participado en muchos ejercicios  como reservista y he sido hasta premiado también por mi desempeño.”

                Hubiéramos  querido tener más tiempo para conversar en esta oportunidad. Por esta vez,  conversamos  bastante rato,  pero sus  entrenamientos de ciclista le obligaron a cortar la comunicación y seguramente al final del día, seguir con su trabajo de peluquero, en “su peluquería” llamada “Esmeralda”, donde si alguna vez usted mi querido lector desea pasar y cortarse el pelo, allí estará como en sus mejores años, servicial y atento el ex soldado  RAÚL TORO SOTO, trabajando, educando y viviendo con sanas nostalgias con el recuerdo de su inolvidable Regimiento “Esmeralda”, que palpita en los compases marciales con que inicia cada día, al ritmo acompasado de su corazón.

                Sin duda, es fue y será siempre un gran soldado y ciudadano este desconocido Raúl Soto Pozo, de buena cepa, de vino generoso, de “campo” y  que en su optimismo y alegría, aun  en esa aciaga ocasión que estuvo  a “punto” de morir en un lamentable accidente deportivo , del cual pudo repuntar y nuevamente crecer con ese ímpetu de hombre lleno de fortalezas y con esos aires propios de un hombre de bien, forjado en el Glorioso Regimiento “Esmeralda”,  habiendo sido siempre, como muchos otros  soldados que hemos tenido el honor de conocer,  un “guerrero” auténtico de la vida,  acrecentando en su conducta siempre el amor a su familia, sus hijos, sin jamás olvidar sus  orígenes de soldado humilde, porque en eso, todos los que hemos vestido el uniforme de soldado lo sabemos, que nunca nuestra acción o trabajo ha estado ligado a pretender riquezas u homenajes o al legítimo deseo de aumentar alguna condición material para “tranquilidad” de la vida,  todo lo  contrario, solamente servir con un sentido de amor espiritual comprometido con el amor a Chile, y que en esta tarde de conversa amena, nos refrescó el alma, así como muchas veces sentimos esos aires frescos del ambiente de ese bello Ovalle.

                Quizás en este homenaje, pudiera involucrar a tantos soldados desconocidos que han hecho de su vida personal  una  ejemplar entrega a sus trabajos, a sus familias, a sus propios intereses, sin olvidar jamás las enseñanzas recibidas, y no esas propias de nuestra función como lo es el entrenamiento  para esa supuesta e implacable guerra  que a veces pareciera cernirse sobre las historia de las naciones, sino más bien, a esa lucha que requiere de soldados entrenados para la propia vida y quizás por eso nos enorgullecemos de conocer y dar a conocer estas historias ocultas, como la de  Toro Pozo que hablan de la grandeza de las buenas personas.

                Es así la vida simplemente,  y  como llega, se nos va.

                Eso lo escribí ayer, 24 de diciembre, y se lo envié al amigo Toro, y hoy día de Navidad, recibo un mensaje en estas redes modernas, tan simple, tan elocuente:

                "Feliz navidad amigo Carlos y a toda su familia igualmente emocionado aún por sus bonitas palabras muchas gracias por tan bonito gesto y espero volver algún día a nuestro glorioso Regimiento "Esmeralda".

                Le adjunto algunas fotos  para el recuerdo,  (y para el saludo a todos los "Esmeraldinos" de todos los tiempos, que han escrito sus propias historias.)

SOM. Carlos Garcia Banda















UN CUENTO DEL TIO

6 de enero 2022 Estimados amigos y vecinos de Antofagasta: Hoy, bajando por la Avenida Arturo Pérez Canto, al llegar al semáforo   con A...