6 de enero 2022
Estimados amigos y vecinos de Antofagasta:
Hoy, bajando por la Avenida
Arturo Pérez Canto, al llegar al semáforo
con Avda. Pedro Aguirre Cerda,
justo en el momento de dar la vuelta hacia el norte, un individuo
moreno, me hizo una seña hacia el
neumático delantero derecho, indicándome que
“bailaba” con el movimiento y a
“punto de salirse la rueda”. Por supuesto que el pánico de sufrir un
accidente me hizo detenerme de inmediato, peligrosamente en medio de esa calle
que aún está en reparación con el correspondiente “pitear” de las
bocinas, de otros intransigentes conductores,
me bajé y vi nada anormal. Seguí
lentamente y a mitad de cuadra, otra persona me señaló lo mismo, que la “rueda”
se estaba saliendo, así que ya dos personas
distintas a distancia prudente y ambas en actividad como si iban
cruzando la calle, me hizo detenerme por segunda vez en la esquina de semáforo de la Calle Juan
Pablo II, casi al llegar a la casa de Retiro San José y de allí bajar a la
calle pavimentada donde un tercer individuo de buzo de trabajo de mecánico, me dijo: “Jefe, se le
está saliendo la rueda”, y me mostró y
pasó un trozo de resorte quebrado, un tanto
brilloso que no me convenció, pero me dijo: “Tuvo suerte, yo soy el “boliviano” tengo mi taller a la vuelta
y vamos para echarle una revisada,
Yo lo voy a AYUDAR”….
Por supuesto que agradecido
y aún
impactado por la situación “accidental”, y porque en ese momento iba muy
urgentemente al “centro” a tareas
familiares, me dijo: “A la vuelta tengo mi taller,” y al dar la vuelta, en
contra del tránsito, me dijo: ”Mire estaciónese allí frente al ómnibus, justo
donde venden huevos en un kiosko móvil.” Mientras tanto llamó por teléfono y le
dijo a otro individuo: “Llévame la cajita de herramientas por favor al frente del ómnibus”, y precisamente allí
estaba la cajita con otro ciudadano boliviano que me saludó muy amablemente y
me dijo si yo había ido alguna vez a
Bolivia, que era muy lindo….
A todo esto, mi mente más
calmada se acordó que en algunos años atrás leí en las redes un “MODUS
OPERANDI” similar para otro caso en la Avenida Rendic o Salvador Allende….
El buen mecánico, me dijo: “Suba al coche, corra
el motor, pero NO PUEDE SOLTAR EL FRENO……”
Y entonces con esa
“táctica” de no dejar de frenar me dijo:
“Espere, Aguante, “..…. y sentí unos grandes golpes en el carro con mucho movimiento inusual y luego me
dijo: “VENGA, deje allí el freno, el auto corriendo siempre…”.Y me
mostró un eje, quebrado, con las piezas deterioradas diciéndome: “Usted
tuvo suerte de no accidentarse o
volcarse, hay que cambiar
urgente este repuesto”.
Ya se imaginarán, solo sin
saber que hacer, pero con mi ojo agudizante
le dije…
“Muchas gracias “amigo”, se
pasó de buena voluntad; Pero ¿Cómo cambiamos la pieza?
“Páseme diez lucas para ir en
micro a ver el repuesto. Nosotros tenemos una concesionaria y allí podemos
conseguir el repuesto, en todo caso si usted quiere yo llamo y viene la
secretaria y lo trae”.
El otro “compañero” me decía
sarcástico: “La secretaria es muy bonita es venezolanita y muy buena moza jajajja”, a la vez que
trataba de hacerme entender que
quizás yo como viejo califa pudiera sentir algún atractivo especial por
tan distinguida dama, a las cuales por naturaleza respeto.
Así que le dije: “No, no tengo ni un peso, ni para la
bencina.” A lo que el buen
mecánico, me dijo: ”Entonces iré a averiguar el repuesto. Claro que lo ideal
sería cambiar “los dos lados” de la dirección, porque seguirá peligroso”.
Al rato el hombre se fue,
supuestamente a “averiguar” el repuesto
y el que se quedó conmigo me hablaba
maravillas de Bolivia y me dijo si usted
quiere anote mi número para que le podamos cambiar las dos piezas más
adelante”.
Le dije: “¿Sabe? No tengo ni
para agua, así que deme su número, y
lo contacto y lo tendré en mis memorias
del celular….”
Al rato llegó un “tercer
individuo” (pero sin secretaria,) con
una bolsa de repuestos NUEVA 0(NUEVECITA DE PAQUETE) , y unos fierros cruditos
forrados con nylon y me dijo: “Don
CHARLY, aquí le traigo el repuesto , me mandó el dueño y me dijo que es el único que le queda para su modelo de
auto.”
Mmmm- le dije- ¿ Y cuánto vale?
Bueno en realidad este puro
eje es la mitad de la pieza le vale 150,
pero como completo sale sobre 300, con las “gomas nuevas”.
Insistí: “Pero yo no tengo ni
un peso”
“Pero mire - me dijo- la otra opción es se lo cambiamos y vamos al “cajero”, usted nos hace la transferencia y listo”.
Nuevamente dije: “Pero si yo
no tengo cajero y si no tengo lucas menos tengo en tarjetas. No me manejo en esas tecnologías de tarjetas”.
“Pero algo debe tener”. “Sabe-
insistió- ”El dueño de la casa de repuestos no sabe que traje las dos piezas.
Deme 150, lo cambiamos y quedamos como amigos”.
“NO tengo plata amigo
estoy MUY AGRADECIDO DE LA TREMENDA
BONDAD DE USTEDES AL DARSE LA MOLESTIA DE AYUDARME EN ESTE CASO TAN
DESGRACIADO….
Pero quiero que sepan además
que yo “SOY MUY DESCONFIADO”, Y entonces
enojado me dijo el hombre del repuesto:
“Ah es desconfiado? Entonces no
podemos hacer negocios…”
“Precisamente- le respondí, no
podemos hacer negocios, aparte que esta "cagá" de auto no es ni mío
me lo prestaron recién y no voy a estar pagando repuestos que debe pagar el
dueño (“mentirita” piadoso mía).
Mmmm entonces sabe? No hagamos nada y quédese con el auto malo…
El otro, el “mecánico
bueno” me dijo, sabe? Le armaré la misma pieza pero
debe levarlo al mecánico.
Me llamó la atención todos de
buzo de trabajo de mecánico.
El de la “cajita de
herramientas” estaba parado en esa esquina con la cajita vacía y seguro adentro
tenía el repuesto malo que me mostraron…
El tercer hombre era más
violento, convencido que yo le pagaría.
Al irme le dije: “¿Sabe? estoy
muy agradecido pero debo ir a ver a mi madre “enferma:” Si yo tuviera diez
“lucas”, se las regalo por toda su “molestia”.
“Si. me dijo- le agradezco también, “el mundo está tan malo
hoy” que es natural ser desconfiado”.
Le pregunté: “¿Cree usted que
llegaré a casa con el auto así de malo?
“Si - me dijo - Vaya tranquilo
lo “DEJÉ BIEN AJUSTADO”
Así que me vine despacito a mi
casa, guardé el auto, y al pasar por ese templo evangélico frente a la Panadería
Sissy, antes de llegar a Pérez Canto sentado en sus escalas de acceso al
templo, estaban tres de los
protagonistas, conversando y echando en una bolsa el repuesto nuevo, quizás
masticándose la mala cueva de no haberme
hecho caer, con el “cuento del Tío”.
Punto aparte:
Debo reconocer: ¡¡Excelentes
actores!! Protagonistas principales y un
gran reparto, gran producción y casi me convencieron que me habrían
desarmado el auto en tres minutos y me mostraran la pieza dañada.
Para que tengan cuidado.....