Día de nostalgias escondidas,
De tristezas
que nunca afloran
de recuerdos
pampinos en el alma,
de risas,
alegrías, o recuerdos que lloran.
De tenida
limpia para ir a misa
de zapatos
humildes, pero bien lustrados
evitando en
el camino el polvo de la brisa,
Para llegar
a conversar con el Cristo resucitado.
Día de vender “LA VOZ” en la puerta de la iglesia
O esperar la
tarde para ir a la retreta
a la magia
del odeón de nuestra plaza
mirando
enamoradas, a tantas parejas,
y buscar en
nuestros ojos inocentes de niño,
entre
tantas, que “ella” apareciera,
o quedarse
sentados en ese banco de cemento
a sentir los
sones marciales de trompetas,
y agitando
su batuta, el Maestro Guardia
que dirige
los compases de memoria
y la alegría
bullanguera de la tarde vespertina,
hasta los
gorriones, asustados, se despiertan.
Huelo el
polvo, que recorre como niebla
La calle
agreste que nace en los Molinos,
y nos
impregna de polvo salitrosos
esos sueños
que teníamos de niños.
Es domingo,
siempre hay nostalgias
La vida se
nos va, tenemos los recuerdos
Crecimos en
el paraíso de la tierra
Y quizás no
tuvimos tiempo para darnos cuenta.
Cada
cual escribió su propia historia
Con la pluma
de los rayos del sol incandescente
Con los
viejos remolinos que giraron a la gloria
Llevándose
los volantines hacia el cielo celeste.
Nunca
aspiramos a tener riquezas
La vida era
simple, como el agua
Y en el
sudor del trabajo
de las curtidas
manos de nuestros padres,
nos fuimos
envolviendo en esa magia
Que hoy con
tantos recuerdos nos alumbra
con los
faroles luminosos del alma…
Quizás
mañana no nos veamos
Tal vez
marchemos, - como tantos-
a la desconocida morada
hoy podemos regalarnos
sonrisas
Para honrar
a nuestra tierra amada,
Mañana,
quizás nuestros huesos se disuelvan
Y sirvan de abono
a la flor de la esperanza
y en las
noches la cruz del sur nos envuelva
y nos cubran
las silenciosas camanchacas
esas que se
quedaron para siempre en nuestra vida
y que aún
nos acarician con sus suaves manos blancas.
Hay que
afinar hoy más que nunca
los
instrumentos del alma
Los timbales
de nuestros corazones
Las venas de
nuestras guitarras
Para
seguir con nuestras canciones
Y en el tren
de la “una” agitando las palmas
Nos iremos
soñando con nuestros tiempos mejores
Sin dejar
nunca de amarnos,
Llevándonos
el tesoro de nuestros amores,
Y en esas
nubes de los sueños inmortales
encontrarnos
para abrazarnos,
alguna otra
y definitiva tarde….
Madrugada
del 03. MAY. 2020…
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