miércoles, 19 de agosto de 2020

Oh Dios....

 

Oh Dios cómo quisiéramos vivir eternamente,

Y soñar con ver grandes a los hijos y los nietos

Y acompañarlos toda su vida, alegremente

Y disfrutar con ellos todo el tiempo.

Cada día que comienza nos trae esperanzas

Y cada noche es ya un día menos de vida

Y con las estrellas se encienden los sueños

Que se escriben en nuestras grandes melancolías.

Señor que no sea hoy la partida, quizás mañana,

Cuando ya no tenga  pinceles ni pintura

Para escribir con ilusión nuestros deseos

Y soñar con cantar esas nuevas partituras

Que se escriben en el día a día de la vida

Y que se consumen en las horas

Que  son intensamente vividas.

Anoche en mi descanso navegaba

Por mares agitados y violentos

Y las olas me arrastraban sin piedad

Enredándome en tantos tormentos

Y buscando roca firme para aferrarme

Y esperar despertar en la esperanza

Que solo fue un mal dormir todo aquello.

Mis síndromes de vértigos mis giros nocturnos

Mi mente inútil,  atribulada y compleja

Mi temor a no despertar de mañana

Y la tonta  angustia que enciende mis tristezas

No porque sea hombre triste, sin alegrías,

No porque tenga una fe con poca certeza

No porque no esté preparado

No porque no crea mi conciencia

Pero cuesta tanto desapegarse de los días

Soleados, hermosos, de vientos, de estepas

Sembradas como en el campo verde

O inhóspitas llanuras desiertas.

Cuesta tanto desapegarnos de la vida

Y de verdad que morir no queremos

Más aún si los campos sembrados no florecen

Y esperamos con ansias las cosechas,

Pero eres el dueño del campo

El que nos brinda la copa llena

Que nos quita la sed de los sueños

O nos ilumina en la oscura ceguera

De no querer entender que el mundo

Continúa sin nuestra presencia.

Dame fe Señor, perdona mi soberbia

Dame paz, que espere el nuevo amanecer de la vida

Y pueda descansar de mis temores

Y encuentre paz en  aguas removidas

De ese mar de inquietudes que no cesan

Y que  arrastran en corrientes desconocidas

Espero siempre y cada día

Que sea solo tu voluntad eterna

Me iré al descanso de esta noche

Ojala pueda despertar

En el amanecer de nuevas primaveras

De esas floridas coloridas y doradas

Que se dan tan plenamente en tus celestiales tierras

Buenas noches Señor, me duermo entre tus brazos

Haz de mi lo mejor que te parezca

Y ese día que tú quieras

Se calmarán dolores, y no habrá lágrimas ni tristezas

Ya no habrá mariposas aleteando en mis flores

Solo miradas, sin sentido, sin conciencia

Porque en verdad se nos queda acá la música

La lucha, el amor y la esperanza

Y allá sólo habrá sonrisas

Y ya no habrá inviernos ni noches largas

Que se haga tu santa voluntad aquí y ahora

Y canten mis labios a tu amor Señor

Que me acompañó en las malas y en las buenas.

 Arrúllame María en tus brazos

Y  calme en mí la tristeza

Que sienta que renazco a una vida nueva

  Y que viva siempre en la santa alegría

de haberte conocido en esta tierra

y que viva el sueño de mi noche

y que me extinga como silenciosa estrella,

y que de lejos permanezca sin brillo,  como dormida….

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