ANTE EL DOLOR DE LA PARTIDA DE CARLITOS CARVAJAL, SOLO RECUERDOS.
sábado, 28 de agosto de 2021
ANTE EL DOLOR DE LA PARTIDA DE CARLITOS CARVAJAL, SOLO RECUERDOS.
jueves, 5 de agosto de 2021
Conversando con Arturo al cielo….
Por “buena o mala costumbre”, y siendo yo un eterno “colaborador” obligado, y que no niego que pongo caras de desagrado”, en medio de los impulsos adquisitivos de mi esposa, y comprendiendo a veces que las compras cotidianas y los “ofertones” de “Eduss” y otros locales “chinos”, atraen a cualquiera por lo barato (que cuesta “siempre más” caro), cada vez que vamos al centro de la ciudad nos estacionamos en el Anny Store, en Matta al llegar a Prat, y desde allí ella, la bella, toma distintas direcciones, hacia arriba o hacia abajo, hacia Matta o hacia el cerro, según haya leído o “enterado” de alguna oferta, y así, siempre agil y calladita, se mueve la “rubia” Carola, (“la que toca la vihuela en la Peña de la “U””), y se divierte recorriendo entusiasmada todos esos locales de rasgos orientales que le traen tanta emoción, diversión y hasta diría alegrías, y a pesar de que antes de su recorrido me dijera “iré a echar una miradita”, después de tediosas horas de espera, de aguantar controlando apenas el esfínter por el tema de la próstata, y más aún que ahora ni prestan el baño del estacionamiento por temor a los contagios, llega casi siempre, por no decir “siempre” con una bolsa plástica de esas que usan los “matuteros” que vienen desde Iquique, llenita de “cachureos” que nunca he entendido para qué sirven pero que siendo de “ofertas”, claro que tendrán alguna utilidad para el próximo año, las próximas navidades, el cercano 18 o quizás en la otra estación de año, o cuando pase la Pandemia y podamos utilizar los platos en un cocimiento campesino, en el disco a gas que tenemos y que brilla como “nuevecito de paquete”, pero que está desde mucho tiempo empolvado, puesto que fue una buena oferta pero hacer un cocimiento, sin medir que hoy somos tan pocos en casa, y un buen “Pulmay”, requiere buenas carnes, de cerdo, pollo, vacuno, chorizos, papitas, cebollas, zanahorias, pimentón y aliños tradicionales, más la justa porción de “vino blanco”, que le da ese sabor sabroso a la “sopa”, más los agregados de mariscos, de los que haya, choritos, piure, pescado, vino blanco, algunas alitas y hasta “patitas” de pollo, y todo lo que se te ocurra, pero que en verdad, estando ya en el mundo de los diabéticos, te pueden mandar a la morgue por un alta de azúcar, y entonces el “disco” se está oxidando, aunque en su oportunidad, sí que fue una buena oferta, que por única vez en la vida se me ocurrió comprarla y como no tenía acceso a crédito por tarjeta, (no uso tarjetas), apareció el infaltable amigo del carrete, Marco Guerrero, lo sacó a crédito y le pagué las mismas cuotas todos los meses, y tuvimos la inauguración del disco con los compadres de la pega, es decir debut y despedida, y desde allí hasta ahora, el disco se oxida y el regulador de gas, siento que se está derritiendo de desesperado y debo de vez en cuando rociarlo con Wd 40 para que huela a algo parecido y no se descomponga. El tema es que entre esas idas y venidas, en cierta oportunidad, viendo temas del folklore, me acerqué al “Pollo Spiedo2 y desde allí entonces, nunca más me quedé esperando somnoliento y aburrido en el estacionamiento pues en cada oportunidad que teníamos de salir a las ofertas, después de partir Doña Carola a visitar sus chinos o coreanos, mi tranco de viejo soldado, se dirigía entusiasmado, siempre respetando la disponibilidad de nuestro amigo Arturo, `para arreglar en rápidas jornadas de conversa el mundo del folklore y los proyectos y sueños de los cuales Arturo se alimentaba espiritualmente con un compromiso adquirido desde joven y que a sus años, se mantenían en su personalidad de hombre servicial y líder indiscutido, llenos de lozanía y como el mismo entusiasmo de hace 50 años, para reactivar cada sueño que estaba allí siempre en su mente y corazón, siempre pensando en dar un rostro de renovado brío y agrado al “Cofua Históricos”, pensando con entusiasmo las posibilidad de conseguir fondos y definir algún viaje a nuestra recordada ciudad de allende los Andes, Salta “La Linda”, como en aquellos años mozos, y /o continuar organizando alguna buena jornada de “teatro folklore”, con el auspicio de la Universidad en el Teatro Municipal, contando siempre con la participación activa de los que la “llevan” en lo que a sabiduría musical o de danza se destacan, gracias a sus propias experiencias, entusiasmo y valioso bagaje de conocimientos adquirido en el gran tiempo recorrido lo cual les da un valor agregado indiscutible, y surgían entonces los temas de continuar con ese entusiasmo, cultivando lo nuestro y soñando con ese mañana que nunca esperamos que termine, y así al final de la conversa, entre el aroma embriagador de los pollos asados que giraban sus cuerpos grasosos dorándose al calor del carbón oloroso, nuestra tertulia de “trabajo” y gratuita conversa se hacía poca, puesto que había que cumplir con la “pega”, y definitivamente quedar con el o los proyectos a “medias” para continuar “la otra semana”. En la seguridad que la Carola se le ocurriría ir a buscar las ofertas del “Todo a 500” que me tiene los estantes llenos de “weas” plásticas Made in China que no sirven para nada pero que han sido adquiridas como ofertones irrenunciables y que nunca habrían estado “más baratos” que ese día, aprovechando que esa oportunidad que ella ha tenido ha sido imperdible y un tremendo buen negocio acumulando esa “sarta” de elementos que nunca ocupamos y que cuando se nos ocurre emplear el que sea, se rompe, se daña o se muere con el claro concepto de que las “weas” chinas, valen Hongo…..
Bueno. Hoy nuevamente en ese
caminar de la vida y ya casi a días del “Día del Niño”, nuevamente fuimos al
Eduss de calle Prat, y confieso con la
amistad y confianza de “familia” que nos une, por primera vez me sentí solo, no
porque mi esposa no me acompañe, sino que en esa espera, me había acostumbrado a
estar algún tiempo charlando con nuestro
querido amigo Arturo, que hoy está ausente
físicamente pero que me permitió
analizar lo frágil de la vida y que
hoy estamos y mañana no, y que
todo lo que amamos se va en un segundo, como los amigos, los sueños, los
hijos, los padres y todo lo que queremos
conservar por siempre a nuestro lado. No es fácil soportar o entender ese misterio insondable, que “se nos viene” silencioso con la guadaña por
esos caminos que desconocemos pero que encuentran algún consuelo en la
esperanza y en la fe.
Hoy me dediqué a oír música de
folklore, para mitigar la pena. Y en ese recordar salieron del pendrive las hermosas melodías y
canciones chilenas, que me grabara el amigo
y ex vecino de la calle Prat, Juan Antonio Marrodán y que dura más de dos
horas, con canciones de Chiloé, otras del norte con hermosos villancicos, cuecas y tonadas y todos
los estilos conocidos, y me llené de recuerdos nostálgicos cuando estábamos en
la Peña de la “U”, con el Nano en plena construcción de mesas para la Peña, y me enseñaba a usar el martillo con certeros clavos de 4x4, para adosar las
patas a las ruedas de carretes de Madeco que conseguia el “Guatón Monroy
(Q.E.P.D.) y el “otro” viejo
flaco, que era el constructor y que levantaba
poco a poco esa casa tan anhelada del folklore tan tradicional y que marcó
historia en esa calle Maipú, donde las
noches de los fines de semana, se volcaban los amantes de nuestras tradiciones
a ver y oír los “cuadros folklóricos
por zonas” preparados con tanto cariño y
entusiasmo, y mientras bailaba un grupo
las danzas del norte, los que tenían que actuar en el cuadro del sur,
atendían las mesas y en la cocina encendíamos los fogones para calentar el
fondo con el “vino navegado”, endulzado
con azúcar, con las cascaritas y jugo de naranjas y el aromático clavo de olor
y canela y los que aún no nos vestíamos
ni de “huasos” ni de “gañan” hacíamos “mérito” para trabajar con ahínco para que el equipo dirigente comprobara en el tiempo y el esfuerzo, que lo nuestro era voluntad y vocación de amor
al folklore y costaba un mundo, para que te autorizaran a usar ojotas de
campesino, y después con el tiempo,
(“bastante” tiempo), tener el
gran honor de integrar el equipo de los huasos, porque era todo un
sistema de “ascenso” que no molestaba, sino que nos hacía sentir
que teníamos que hacer “mérito” porque no cualquiera podía pertenecer al “Cofua”
sin demostrar que lo que nos unía era el respeto y el amor a cultivar lo
nuestro pues el prestigio, la
responsabilidad, el cariño y la voluntad, eran medidas que se medía con gran
detalle para abrirnos o cerrarnos las
puertas a ese selecto grupo de maravillosas personas que tuvimos el gusto de
conocer.
Es cierto que yo fui siempre más
que un artista un “trabajador”,
limpiador de mesas y lavador de vasos, y entre los elencos de “artistas” estaban los
más consagrados puesto que si bien algo sabía de tocar guitarra, más útil era
encerrado arriba con el Villafaña a
cargo de los micrófonos y los audios con
que trabajábamos cada sesión de Peñas
ocultos arriba en la caseta sobre el escenario, para trabajar
en los set de luces de colores que se cambiaban en los actos y cuadros que se
presentaban y que era para nosotros todo un servicio de apoyo para nuestros elencos de artistas de
“primera línea”, (jajaja como suelo recordar), nosotros los menos elocuentes para el baile o el
canto, ocupábamos nuestro
espíritu de trabajo en servir a
las grandes causas, y de verdad eso nos hacía ser felices en el servicio, y entre
tanto ir y venir llegaban los “pololos” en las tardes de la “U” para ensayar,
y allí estaban siempre la Isabel
Villalobos, seria y morena y muy buena
cantora, los Rauld que son parte de la tradiciones del folklore del Cofua, los Néstor, los Kike, la Norma y el Rolo, los
Peralta, y las niñas lindas que bailaban Chiloé y tanto amigo y compadre
que nos deleitaban con sus gracias y
bailes, y todo lo que significaba ver desfilar en el escenario a los mismos repitiéndose en los cuadros, en
los grupos de quintetos, o sextetos o
solistas, y llegaban entonces la “Pacarisca” Nelly Lemus con su valet folklórico
de danzas de niños, o llegaban los “Chepo” Sepúlveda, los Mabrakis, con sus
grupos, y sin duda “Los Pirquineros”,
elenco estable de cada fin de semana, y nosotros los jóvenes de entonces trabajábamos
y en las tardes después de la pega o los
fines de semana cuando se podía, nos entregábamos por entero a lo que fue hacer
vida y el proyectar lo nuestro. Recuerdo
al Benito Alderete, a Matamoros, al Grupo “Wankara”,
al “Cabezón” Aguirre, que con su característica “seriedad”, nos contaba
muchas historias. Ni decir la Carmela,
en su personajes de “La Pincoya”, y
Ricardo Vera, hombre múltiple, y todos los que conformaban ese Cofúa de
entonces, que no caben en mi mente
tantos recuerdos de felicidad y gratos
momentos, las hermanas Barraza, tremendas de colaboradoras y especiales, el flaco Luza, la “Tere”, la Nina y el Nano, nosotros “Los Carolos”, lanzados a la fama por
el querido Oscar Olivares “El Rotito de
la Rinconá”, varios flacos, el “Viejo Flaco ”, y el flaco
Peralta y su bella María Inés,
que siempre ha estado allí con su
característica sonrisa y personalidad, la linda Margarita Canihuante, y
todos los que estábamos en esas noches largas de folklore, que terminábamos de
madrugada, para cerrar los portones gruesos y
arrancar por las calles que sin
tener muchos parroquianos olían a soledad
y a temores, dado que a veces no pasaban las “micros” o “Liebres” para
la Coviefi y como buen pololo yo debía acompañar a la Carola y a veces las “liebres” llegaban
solo hasta la “Norte” y había que subir el cerro para llegar al fondo de la
Coviefi más allá de lo que hoy es el Supermercado y venirme en medio de la soledad de la noche más
tiritón que “canasto de guatitas” y temeroso a la aventura que hasta me podía
costar la integridad, por “califa” y enamorado pero mi deber de caballero, era
dejar la “damisela” en “su” casa sin importar lo que pudiera ocurrirme y a
veces descubrirme “pato”, sin ni una moneda en el bolsillo para la micro, pero
feliz de haber trabajado cada fin de semana en esas inolvidables
tertulias que quedaron grabadas en nuestro corazón y en los recuerdos…..
Hay también épocas de dolores que
vivimos; el primero fue la partida de
Isabel Villalobos, con la que, sin ser
grandes amigos, nos unía su talento, ejemplo y seriedad y
compromiso de hacer las “cosas”
bien. Con el tiempo se nos fue en un trágico accidente el “Cabezón”
Aguirre.
Luego por allí vinieron esos
encuentros con los hermanos de Salta, que
venían llenos de entusiasmo a participar de nuestras Peñas. (En la delegación
de argentinos venía una cantante que se
llamaba Rosalía Navarro, y los hermanos Salteños la llamanan jocosamene “NOSALÍA
DEL BARRO”, y nos reñíamos de sus simpatías
y aciertos. Los “Cahuales” que bailaban
malambo, y muchos artistas de renombre, teníamos tanto que hacer por y para
ellos y los que organizaban entre ellos el especial amigo Arturo Guerra, “los” Vera, los Peralta y todos
aquellos que siempre han sido los que llamamos lo “movidos”, se “descrestaban”
por hacer las cosas bien y tener siempre
el contacto con la Intendencia, la Municipalidad y la Universidad. Recuerdo con agrado las presencia en nuestras
Peñas del entonces Rector Dn. Rubén
Bustos Lynch y/o Dn. Hugo Vivanco, ambos
muy conocidos para nosotros y grandes
colaboradores que permitieron la vida
del “Cofua” y a quienes siempre los tenemos
presente como un reconocimiento y
homenaje de gratitud y a tantas personas
que siempre fueron parte de nuestra vida, entre ellos los padres de nuestros integrantes, que estaban allí cada sábado en la Peña, y que eran los primeros en cooperar y
aplaudir la presencia de sus hijos en el escenario.
En el terreno donde construimos
la Peña de la “U”, funcionaba también la imprenta y grandes colaboradores
tuvimos allí como lo fueron el amigo
Blas, y con un par de personajes de la imprenta inolvidables, y que siempre estaban colaborando y participando como espectadores los fines de
semana, y en tantas actividades del COFUA
de ese entonces.
A propósito de Blas, una vez fue
invitado a participar de nuestras peñas un
robusto campesino, hombre oriundo del sur de Chile, que andaba por este
norte conociendo y mostrando su arte, el cual se presentaba con nombre artístico de “BLAS
ERNESTO”, y que en verdad tenía un gran
carisma y temple para contar sus versos y
una “pinta” de campesino “bueno pal diente”, nos
provocaba una suerte de simpatía y como artista se hizo “infaltable” de nuestras peñas, pero como todo
artista, era bien “Tony” y parece que se acostumbró a vivir embaucando a los más pájaros que encontraba en el camino. Nos
hicimos muy amigos, hasta que me salió
con el chiste de que debía viajar con urgencia a la Capital, que tenía
un grave problema pero que sería sólo
por una semana y volvería a saldar sus deudas, así que preocupado de su integridad
y solidario como nadie, siguiendo
su petición de “apoyo”, dado que no tenía
recursos, caí redondito con la compra de
un boleto de avión, que en ese tiempo no era nada de barato y que me tuvo
pagando como dos años el préstamo que
saque de famoso “Morgan Finanza”, y que
le concedí completo para que viajara
cómodamente y le quedara algo para el bolsillo.
Por esas cosas de que Chile es
muy pequeño, muchos años después fui a una Peña en Santiago, donde actuaba Jorge Yañez, y en le
“plato de fondo” tenían como invitado a ese tal Blas Ernesto, pero como
ya me había “cagado”, pensé que no
sería prudente acercarme o contarle que
el mundo era tan chico como un pañuelo y
que estaba frente a frente a su víctima. Así que me mandé saludos a mí mismo
y su nombre quedó para mí marcado por su calidad artística, que era
bastante buena, pero por el otro lado…bueno…Es la vida….
Ni decir en estos recuerdos de
esas Ramadas, en que me perdí de casa
por semanas completas y sin cambiarme ni calcetines ni calzoncillos trabajaba toda
la semana y dormíamos cubiertos con cartones y diarios abajo del improvisado bar entre “chuicos” y garrafas y restos de chicha que quedaban en
esos lugares donde lo único que nos mantenía vivos era la “Cueca”, (entre ellas esa hermosa que decía. “CORAZÓN SIN
EXPERIENCIA…..” y esas grandes tareas de
pala y picota, para hacer el hoyo del
“pozo negro”, pintar las rejas
blancas, cerrar con ruedas de carretes del bendito “Madeco” y tener discusiones de amigos bien “caldeadas” a veces, en las que se cuestionaban la presencia del “Papi”
Torres, que más que mal se preocupaba de lo que era el ”Comistrajo” y venta de alimentos en la Ramada, pero que también se
ganaba un pedazo de la torta, pero que hoy con el tiempo debemos entender que
sin el valor que ellos ponían a su trabajo nunca habríamos tenido mejor opción que
contar con su trabajo y dedicarnos de lleno a otras tareas y en sentido de justicia dividir
también las ganancias, aunque siempre nuestro trabajo fuera gratuito.
Hoy día, comenzando este Agosto que nos pone
nerviosos, en esa “larga” espera de mi Carola
comprando esas “ofertas” baratas que nunca ocupamos, me sentí enriquecido en el silencio de la espera, puesto que allí estuve
espiritualmente conversando como tantas veces con Arturo Guerra, pero dirigiendo
mi mirada al “infinito” y contándole que aquí aún estamos tristes por su
partida, pero que sabemos que estará en la “Peña” eterna con la Carmen Naveas,
la Isabel Villalobos, la Carmen Godoy, el
“Cabezón” Aguirre, el Néstor Zepeda, el
inolvidable “Corderito” y tantos otro que
partieron y cuyos nombres no recuerdo, y
que esperamos que nos esperen porque más temprano que tarde, tendremos
que partir con lo mejor de nuestros recuerdos en el alma y cantando nuestras
canciones chilenas y viviendo de la
emociones de hacer tanto con tan poco y vivir sacrificando lo mejor que tenemos
el tiempo y los años de la vida para
cultivar lo nuestro.
La partida de Arturo de hace pocos días fue emotiva y llena de sentimientos y de gran
amor y reconocimiento. No hubo tiempo para el llanto, todo lo contrario, las cuecas
y tonadas y la presencia de los grandes artistas
del elenco de siempre, estuvieron allí animando con su estilo y voluntad , haciendo
“presencia” por los que quisieron estar y no pudieron, por no estar en la
ciudad, como muchos se excusaron, pero no faltó el momento para la alegría, para el
recuerdo, para el aplauso para la emoción y también en nuestro corazón sentir
que las ausencias nos acercan cada día más al destino ineludible que tenemos que enfrentar y seguir con nuestra vida disfrutando el cada día a “concho”, porque no
sabemos hasta cuando se terminará el tañer de las cuecas o hasta cuándo durará la cuerda, pues decía por allí, a veces creemos que todo es interminable, pero estos golpes como el
recientes que vivimos, nos dejan así pensativos, como “pa adentro” y te
convierten en un pensador y analista de
que no vale la pena pelear ni amargarse por desacuerdos y el perdón debe ser
nuestro mejor arma para vivir todos felices y amándonos como hermanos y
entendiendo que la vida es tan corta, que quizás mañana emprendamos ese otro
camino y quizás allá tengamos más “tiempo”
para seguir esta nostálgica y mágica conversa.
La vida es sin duda el mejor
regalo del creador y vivirla significa haber estado todos esos años cumpliendo sueños y soñando proyectos.
Cuando les miro como mero espectador
a todos ustedes integrantes y “familia” del COFUA, de todas las generaciones,
quizás algunas que yo no tuve el gusto de compartir, pero veo en todos a esos jóvenes
niños de ayer, que siguen con sus
sonrisas, con su entusiasmo, con su voluntad, con su amor a flor de labios,
cultivando el cada día de la vida que tenemos, en el trabajo, en las ideas, en
los proyectos, en la difícil lucha por la subsistencia y en medio de todo como
corolario esta mierda de pandemia que
esperamos pase alguna tarde, para seguir abrazándonos cada fin de semana
y en esos encuentros serios porque queremos que las cosas sean bien hechas no nos
falte ese minuto de alegría y compañerismo, que es lo mejor que podemos tener,
puesto que ya ni siquiera importa actuar
o cantar bien, siendo lo más importante reírnos de lo que hacemos y en eso está la riqueza de nuestras vidas, y en medio
de esos caminos de cada cual, nuestra real punto de unión entre nosotros, el de
la amistad, el compañerismo y nuestros
mutuos y sinceros afectos, con defectos y virtudes.
Cuando terminaba este relato anecdótico, me llegó en estas redes el
siguiente mensaje:
“La vida sobre la tierra es pasajera.
El amor es un espejo, pero
la amistad es un hilo de oro
que no se corta con la muerte.
¿Sabes? La infancia pasa,
la juventud pasa, la vejez
la reemplaza y luego la muerte
nos lleva.
La flor más bella del mundo
pierde su belleza, pero una
amistad leal dura
hasta la eternidad
Vivir sin amigos es morir
sin testigos”….
Que el buen Dios nos bendiga a todos y siempre haya tiempo para querernos y ser amigos….
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