sábado, 28 de agosto de 2021

ANTE EL DOLOR DE LA PARTIDA DE CARLITOS CARVAJAL, SOLO RECUERDOS.

 ANTE EL DOLOR DE LA PARTIDA DE CARLITOS CARVAJAL, SOLO RECUERDOS.

Por un tema de salud personal (síndrome c de vértigos; de lo cual solo puedo contar horrores, no he publicado muchos temas en la red ni compartido como mi costumbre fotos ni notas de interés puesto que me ha traicionado el tema salud. Lo único que deseo hoy antes de terminar el día, es decir que - al igual que lo expresado por tantos “ESMERALDINOS” en las redes sociales, en los grupos y en sus propios grupos de amistad, es sin duda, que el alma se siente hoy acongojada y triste por la partida de un gran amigo, y mejor persona, como lo fue nuestro camarada Carlos Carvajal Alvarez, a quien el Señor ha llamado a su presencia, y quien, con su sencilla forma de ser, su profesionalismo ejemplar y su permanente preocupación por su trabajo, hicieron de él un gran militar, un excelente suboficial y un gran y servicial amigo, con virtudes y defectos como todos los que somos humanos y vestimos alguna vez el uniforme del Glorioso Ejército de Chile, pero que en medio del recuento de nuestra propias vidas y experiencias nos damos cuenta que de verdad mi Suboficial Carvajal, era y es muy querido, por sus virtudes humanas, por su cariño y su amor al servicio y al sentido delo deber, y todos quienes alguna vez conocieron de su servicio en sus distintas acciones como soldado.
En lo personal conocí a Carlitos Carvajal cuando éramos jóvenes estudiantes y vacacionábamos en Maria Elena. Allí compartíamos las emociones y alegrías del grupo Juvenil y era nuestra relación de buenos amigos y de grandes conversadores, puesto que Carlos, fue siempre un hombre muy culto, un excelente lector y poseedor de una cultura inmensa y de grandes conocimientos de todas las materias que pudiera conocer un hombre autodidacta, y muy claro en sus convicciones y pensamientos que lo hacían un ser distinto y ejemplar.
En esas tardes pampinas de tertulia y bailes juveniles, entablábamos amenas conversaciones y siempre teníamos algo que aprender de él y eso lo hizo para mí un ser admirable y caballero y como decía de gran acervo cultural y vastos conocimientos.
Quiso la Providencia Divina que nuevamente nos encontráramos cumpliendo el Servicio Militar como soldados el año 1974 en el Glorioso “Esmeralda” y surgiera entonces esa relación de soldados tan especial que a todos alguna vez nos ha causado alguna sincera emoción y sin duda Carvajal fue un gran soldado, en la época en que estuvimos con el “Chino” Cortés, el Leonardo Amaya, y varios ex soldados del “Esmeralda” conociéndonos todos profundamente de nuestros sentimientos y emociones. Más tarde, en esos cursos de emergencia que organizó el Ejército para poder cubrir las plazas de soldados y personal de Planta muy escaso y que debían cumplir tareas propias en esas circunstancias se hicieron cursos especiales y en tal sentido Carlitos Carvajal y varios otros amigos y camaradas de entonces, y tomando muy en serio su deseo y vocación de ser soldados y sin ninguna duda en decir un SI a Chile y un gran SI al “Esmeralda”, como su querida Unidad, la cual fue también su mayor motivación de vida, cultivando allí su sabiduría, seriedad y sentido de responsabilidad en el trabajo con su gran profesionalismo, sus bromas que nunca fueron ajenas para nadie y compartiendo con sus amigos de siempre al calor de una buena copa y/ o un buen pernil, pero sin jamás dejar de velar por el bienestar y preocupación por su familia.
Nuevamente quiso el destino que fuéramos vecinos en ese amado Block 2 de la Población Militar, donde aparte de buen vecino y amigos y junto a su esposa amada Nilda (gran colaboradora del Regimiento en las acciones de los Centros de Madres) y sus hijos, siempre fue un factor de liderazgo entre todos los que allí vivimos, organizando y siempre dirigiendo buenas acciones en bien de los demás.
Los “mejores” “Dieciochos de Septiembre”, las mejores Navidades, y las mejores reuniones sociales del block, los pasamos con gran alegría y amistad, hasta una ramada levantó la familia en el cancha del sector norte del Block para pasar esas fiestas inolvidables y únicas, junto a todos los queridos e inolvidables vecinos de nuestro block y por supuesto los invitados de siempre. Trabajaba sin descanso para brindar alegrías y servicio a sus vecinos, y sobre todo a los niños. Carlos y Nilda, eran especialistas en cultivar la amistad con sus buenos amigos y vecinos y no hay nadie que no los recuerde con cariño.
Por eso que no quiero terminar este día sábado, próximos al último domingo antes de cremar su cuerpo como decidiera su familia, y a Dios gracias, encontrarse su cuerpo presente en estos momentos en la “Capilla Militar” donde en justicia debieran ser velados los cuerpos de todos los ex militares de la guarnición y que los organismos como la Federación o el Círculo, debieran estipular a través de acuerdos con la Comandancia de Guarnición, para no pasar nunca más la vergüenza de que se le niegue el velatorio por una razón de desconocimiento comprensible, a un ex soldado, y cualquiera que, ligado al Ejército necesites de ese espacio espiritual para preparar el alma y la paz de la conciencia en la dolorosa despedida.
A Dios gracias el impasse producido se arregló y hubo la gran humildad de reconocer que fue un involuntario error, que de inmediato se pudo corregir y en eso valoramos el tema de la generosidad del sacerdote, pero debe haber una acuerdo entre la Comandancia de Guarnición para evitar esos bochornos que nos hacen sentirnos cada vez más abandonados sin siquiera darnos el tiemp0o a pensar todo lo que dimos en su oportunidad en el servicio desinteresado a Chile y su Ejército y que sean negados nuestros justos honores.
Con respecto a la Capilla Militar, no podemos desconocer la gran labor que desarrolló Carlitos Carvajal en los tempos que tuvimos la presencia del Padre Oscar. Carlos formó el Primer Grupo Scout en la Capilla Militar y fue un entusiasta director, jefes y organizador de esa instancia que reunió a muchos niños y jóvenes que hoy que lo recuerdan con cariño, luchando siempre por los inconvenientes de los que nunca cooperan o hacen de todo una crítica y los que siempre frenan los esfuerzos por hacer el bien y quieren solo vivir para ellos y en eso nuestro amigo dio muchos largos fines de semana, sábados, y domingos desde muy temprano, para enseñar a nuestros jóvenes niños, hijos de civiles y militares sin distinción, a quienes les enseño el estar SIEMPRE LISTOS, para ayudar al prójimo y servir en lo mejor de su servicio como Scouts.
En lo familiar, que es muy personal, nada puedo decir. Su familia sabe perfectamente la grandeza del padre de familia, el esposo y el amigo. Un ser excepcional en su forma de ser, comunicador ejemplar, educador por excelencia, amoroso, como buen padre, buen hijo, buen hermano, buen esposo buen amigo, “Mi” buen suboficial; excelente abuelo, y dueño de toda su propia cultura basada en la propia lectura de todo lo que llegaba a su manos lo devoraba ávido de conocimientos y deseos de aprender en forma permanente. Un verdadero “Libro Abierto”, y de gran sabiduría.
Nuestras últimas conversaciones , esas que uno nunca olvida y que toman el valor de lo más importante, fue a través de un correo de hace pocos días recibí, en el que me confiaba algunas letras de un libro que estuvo escribiendo de su propia vida, y que no tuve la oportunidad de cerrar las ideas para sugerencias o apoyos, pero que está aún allí abierto para que continuemos con la familia en ese impulso de este gran soldados que además tenía grandes dotes de escritor, sufrido, soñador pero dueño de una alma inmensa y llena de ilusiones de un siempre mejor mañana.
En el arte culinario, un maestro en todo lo que fuera su mejor deporte, la cocina, y hacer de esa virtud su mejor empresa y emprendimiento para luchar por la vida en los momentos del retiro, cuando tenemos que ingeniárnosla y reinventarnos para seguir viviendo y luchando.
Nunca olvidaré esos rollos de “Cabañas” aceitosos y condimentados que nos convidaba a los vecinos cuando la pesca había sido “abundante”, y casi “milagrosa” y nos enseñaba a aprovechar eso pescados nutritivos de la forma que él los preparaba “al vapor”, enrollados y con condimentos y que causaban gran sensación de placer en el paladar.
De eso habrá que escribir un libro, un nuevo libro, por todo lo que nos enseñaba y hacía en su propia vida y casa y que sin duda fueron también lo mejor de su generosidad , disfrutando siempre de la vida y las bondades del mar el cual lo disfrutó en plenitud, sin dejar de brindar con el vino de la amistad sintiendo siempre la alegría de vivir y ser feliz con los regalos que Dios y la vida le entregaron, sobretodo el de su amada Nilda, su amada Carla y Paolito que son en realidad con quienes nos criamos juntos en ese inolvidable barrio de la población militar donde aún circundan nuestras conversaciones e inolvidables recuerdos.
No quiero ser tan extensivo, pero me faltaría mucho que decir, pero ya eso ha sido comentado por todos ustedes en los diferentes comentarios de las redes.
Solamente me resta saludar al amigo y camarada y desear que en la vida junto al Señor, mantenga ese entusiasmo por servir y desde ese lejano lugar, velar por su familia que tanto amó y mantener en nuestros corazones su eterno recuerdo junto a tantos “Esmeraldinos” que han partido y que poco a poco nos dirigimos a ese lugar desde donde nunca más podremos volver pero que sabremos que será mejor.
A su esposa Nilda y sus hijos nuestros abrazos, gracias por la amistad y por todas esas lindas personas, amigos y familiares que han orado en estos días acercándonos a Dios y mitigando con ellos los dolores que causan una inesperada partida de uno de los nuestros que vivirá por siempre en nuestros corazones.
Descansa en paz amigo y camarada CARLOS CARVAJAL ALVAREZ, y que brille para Tí la luz perpetua…..Adiós “Esmeraldino de Corazón”.






jueves, 5 de agosto de 2021

Conversando con Arturo al cielo….

Por “buena o mala costumbre”, y siendo yo un eterno “colaborador” obligado, y que no niego que pongo caras de desagrado”, en medio de los impulsos adquisitivos de mi esposa, y comprendiendo a veces que las compras   cotidianas  y los “ofertones” de “Eduss” y otros locales “chinos”,  atraen a cualquiera por lo barato (que cuesta “siempre más” caro),  cada vez que vamos al centro de la ciudad nos estacionamos en el Anny Store,  en Matta  al llegar a Prat,  y desde allí  ella, la bella, toma distintas direcciones, hacia arriba o hacia abajo, hacia Matta o hacia el cerro, según haya leído o “enterado” de alguna oferta, y así, siempre agil y calladita, se mueve la “rubia” Carola, (“la que toca la  vihuela en la Peña de la “U””),  y se divierte recorriendo entusiasmada todos esos locales de rasgos orientales que le traen tanta emoción, diversión y hasta diría alegrías,  y a pesar  de que antes de su recorrido me dijera   “iré a echar una miradita”, después de tediosas horas de espera, de aguantar controlando apenas el esfínter por el tema de la próstata, y más aún que ahora ni prestan el baño del estacionamiento por temor a los contagios,  llega casi siempre, por no decir “siempre” con una bolsa plástica de esas que usan los “matuteros” que vienen desde Iquique,  llenita de  “cachureos” que nunca he entendido para qué sirven pero que siendo de “ofertas”, claro que tendrán alguna utilidad para el próximo año, las próximas navidades, el cercano 18  o quizás en la otra estación de año, o cuando pase la Pandemia y podamos utilizar los platos en un cocimiento campesino, en el disco a gas que tenemos y que brilla como “nuevecito  de paquete”, pero que está desde mucho tiempo empolvado, puesto que fue una buena oferta pero hacer un cocimiento, sin medir que  hoy somos tan pocos en casa,  y  un buen “Pulmay”, requiere buenas carnes, de cerdo, pollo, vacuno, chorizos, papitas, cebollas, zanahorias, pimentón y aliños tradicionales, más la justa porción de “vino blanco”,  que le da ese sabor sabroso a la “sopa”, más los agregados de mariscos,  de los que haya, choritos, piure,  pescado, vino blanco, algunas  alitas y hasta “patitas” de pollo,  y todo lo que se te ocurra, pero que en verdad, estando ya en el mundo de los diabéticos, te pueden  mandar  a la morgue por un alta de azúcar, y entonces el “disco” se está oxidando, aunque en su oportunidad, sí que fue una buena oferta, que por única vez en la vida se me ocurrió comprarla y como no tenía acceso a crédito por tarjeta, (no uso tarjetas), apareció el infaltable amigo del carrete, Marco Guerrero,  lo sacó a crédito y le pagué las mismas cuotas todos los meses, y  tuvimos la inauguración del disco con los compadres de la pega,  es decir debut y despedida, y desde allí hasta ahora, el disco se oxida y el regulador de gas, siento que se está derritiendo de desesperado y debo de vez en cuando rociarlo con Wd 40 para que huela a algo parecido y no se descomponga.  El tema es que  entre esas idas y venidas, en cierta oportunidad, viendo temas del folklore, me acerqué al “Pollo Spiedo2 y desde allí entonces, nunca más me quedé esperando somnoliento y aburrido en el estacionamiento pues en cada oportunidad que teníamos de salir a las ofertas,  después de partir Doña Carola a visitar sus chinos o coreanos,   mi tranco de viejo soldado,  se dirigía entusiasmado, siempre respetando la disponibilidad de  nuestro amigo Arturo, `para  arreglar  en rápidas jornadas de conversa el mundo del folklore y los proyectos  y sueños de los cuales Arturo se alimentaba espiritualmente con un compromiso adquirido desde joven y que a sus años, se mantenían en su personalidad de hombre servicial y líder indiscutido, llenos de  lozanía y  como  el mismo entusiasmo de hace 50 años, para  reactivar cada sueño que estaba allí siempre en su mente y corazón, siempre pensando en dar un rostro de renovado brío y agrado al “Cofua Históricos”, pensando con entusiasmo  las posibilidad de conseguir fondos y   definir  algún viaje a nuestra recordada ciudad de allende los Andes, Salta “La Linda”,  como en aquellos años mozos, y /o  continuar organizando alguna buena jornada de  “teatro folklore”, con el  auspicio de la Universidad en  el  Teatro Municipal, contando siempre con la participación activa de los que la  “llevan” en lo que a  sabiduría musical o de danza  se destacan, gracias a sus propias experiencias, entusiasmo  y valioso bagaje de conocimientos adquirido en el gran tiempo recorrido lo cual les da un valor agregado indiscutible,  y surgían entonces los temas de continuar con ese entusiasmo,  cultivando lo nuestro y soñando con ese mañana que nunca esperamos que termine, y  así al final de la conversa, entre el aroma  embriagador de los pollos asados que giraban sus cuerpos  grasosos dorándose al calor del carbón oloroso,  nuestra tertulia de “trabajo” y  gratuita conversa se hacía poca, puesto que había que cumplir con la “pega”, y  definitivamente  quedar con el o los proyectos a  “medias” para continuar “la otra semana”. En la seguridad que la Carola se le ocurriría ir a buscar las ofertas del  “Todo a 500” que me tiene los estantes llenos de “weas” plásticas Made in China que no sirven para nada pero que han sido adquiridas como ofertones irrenunciables y que nunca habrían estado “más baratos” que ese día,  aprovechando que esa oportunidad que ella ha tenido ha sido imperdible y un tremendo buen negocio  acumulando  esa “sarta” de  elementos que nunca ocupamos y que cuando se nos ocurre emplear el que sea, se rompe, se daña o se muere con el  claro concepto de que las “weas” chinas, valen Hongo…..

Bueno. Hoy nuevamente en ese caminar de la vida y ya casi a días del “Día del Niño”, nuevamente fuimos al Eduss de calle Prat, y  confieso con la amistad y confianza de “familia” que nos une, por primera vez me sentí solo, no porque mi esposa no me acompañe, sino que en esa espera, me había acostumbrado a estar  algún tiempo charlando con nuestro querido amigo Arturo, que  hoy está ausente físicamente pero que me permitió  analizar lo frágil de la vida y que  hoy estamos y mañana no, y que  todo lo que amamos se va en un segundo, como los amigos, los sueños, los hijos, los padres y todo lo que  queremos  conservar por siempre a nuestro lado. No es fácil soportar o entender  ese misterio insondable, que  “se nos viene” silencioso con la guadaña por esos caminos que desconocemos pero que encuentran algún consuelo en la esperanza y en la fe.

Hoy me dediqué a oír música de folklore, para mitigar la pena. Y en ese recordar salieron  del pendrive las hermosas melodías y canciones chilenas, que me  grabara el amigo y ex vecino de  la calle Prat,  Juan Antonio Marrodán y que dura más de dos horas, con canciones de Chiloé, otras del norte con hermosos  villancicos,  cuecas y tonadas  y  todos los estilos conocidos, y me llené de recuerdos nostálgicos cuando estábamos en la Peña de la “U”, con el Nano en plena construcción de mesas para la  Peña, y me enseñaba a usar el martillo  con certeros clavos de 4x4, para adosar las patas a las ruedas de carretes de Madeco que conseguia el “Guatón Monroy (Q.E.P.D.) y el   “otro” viejo flaco,  que era el constructor y que levantaba poco a poco esa casa tan anhelada del folklore tan tradicional y que marcó historia en esa calle Maipú,  donde las noches de los fines de semana, se volcaban los amantes de nuestras tradiciones a   ver y oír los “cuadros folklóricos por zonas”  preparados con tanto cariño y entusiasmo, y mientras bailaba un grupo   las danzas del norte, los que tenían que actuar en el cuadro del sur, atendían las mesas y  en la cocina  encendíamos los fogones para calentar el fondo con el  “vino navegado”, endulzado con azúcar, con las cascaritas y jugo de naranjas y el aromático clavo de olor y canela y   los que aún no nos vestíamos ni de “huasos” ni de “gañan” hacíamos “mérito” para trabajar  con ahínco para  que el equipo dirigente  comprobara en el tiempo y el esfuerzo,  que lo nuestro era voluntad y vocación de amor al folklore y costaba un mundo, para que te autorizaran a usar ojotas de campesino, y después con  el tiempo, (“bastante”  tiempo),  tener el  gran honor de integrar el equipo de los huasos, porque era todo un sistema de  “ascenso”  que no molestaba, sino que nos hacía sentir que teníamos que hacer “mérito” porque no cualquiera podía pertenecer al “Cofua” sin demostrar que lo que nos unía era el respeto y el amor a cultivar lo nuestro pues el  prestigio, la responsabilidad, el cariño y la voluntad, eran medidas que se medía con gran detalle  para abrirnos o cerrarnos las puertas a ese selecto grupo de maravillosas personas que tuvimos el gusto de conocer.  

Es cierto que yo fui siempre más que un artista un  “trabajador”, limpiador  de mesas y lavador de vasos,  y entre los elencos de “artistas” estaban los más consagrados puesto que si bien algo sabía de tocar guitarra, más útil era encerrado arriba con el  Villafaña a cargo de los micrófonos y los audios  con que  trabajábamos cada sesión de Peñas ocultos arriba en la caseta sobre el escenario,  para  trabajar en los set de luces de colores que se cambiaban en los actos y cuadros que se presentaban y que era para nosotros todo un servicio  de apoyo para nuestros elencos de artistas de “primera línea”, (jajaja como suelo recordar), nosotros los   menos elocuentes para el baile o el canto,  ocupábamos  nuestro  espíritu de trabajo en  servir a las grandes causas, y de verdad eso nos hacía ser felices en el servicio, y entre tanto ir y venir llegaban los “pololos” en las tardes de la “U” para ensayar, y  allí estaban siempre la Isabel Villalobos, seria y morena y  muy buena cantora,  los Rauld que son parte de  la tradiciones del folklore del Cofua,  los Néstor, los Kike, la Norma y el Rolo, los Peralta, y las niñas lindas que bailaban Chiloé y tanto amigo y compadre que  nos deleitaban con sus gracias y bailes, y todo lo que significaba ver desfilar en el escenario a  los mismos repitiéndose en los cuadros, en los grupos   de quintetos, o sextetos o solistas, y llegaban entonces la “Pacarisca” Nelly Lemus con su valet folklórico de danzas de niños, o llegaban los “Chepo” Sepúlveda, los Mabrakis, con sus grupos, y  sin duda “Los Pirquineros”, elenco estable de cada fin de semana, y nosotros los jóvenes de entonces trabajábamos y en las tardes  después de la pega o los fines de semana cuando se podía, nos entregábamos por entero a lo que fue hacer vida  y el proyectar lo nuestro. Recuerdo al Benito Alderete, a Matamoros,  al Grupo  “Wankara”,  al “Cabezón” Aguirre, que con su característica “seriedad”, nos contaba muchas historias. Ni decir la  Carmela, en su personajes de “La Pincoya”,  y Ricardo Vera, hombre múltiple,  y  todos los que conformaban ese Cofúa de entonces,  que no caben en mi mente tantos recuerdos de felicidad y  gratos momentos, las  hermanas Barraza,  tremendas de colaboradoras y especiales,  el flaco Luza, la “Tere”, la Nina y el Nano,  nosotros “Los Carolos”, lanzados a la fama por el querido  Oscar Olivares “El Rotito de la Rinconá”, varios flacos, el “Viejo Flaco ”, y  el flaco  Peralta  y su bella María Inés, que siempre  ha estado allí con su característica sonrisa y personalidad, la linda Margarita Canihuante,   y todos los que estábamos en esas noches largas de folklore, que terminábamos de madrugada, para cerrar los portones gruesos y  arrancar por las calles  que sin tener muchos parroquianos olían a soledad  y a temores, dado que a veces no pasaban las “micros” o “Liebres” para la Coviefi y como buen pololo yo debía acompañar  a la Carola y a veces las “liebres” llegaban solo hasta la “Norte” y había que subir el cerro para llegar al fondo de la Coviefi más allá de lo que hoy es el Supermercado y  venirme en medio de la soledad de la noche más tiritón que “canasto de guatitas” y temeroso a la aventura que hasta me podía costar la integridad, por “califa” y enamorado pero mi deber de caballero, era dejar la “damisela” en “su” casa sin importar lo que pudiera ocurrirme y a veces descubrirme “pato”, sin ni una moneda en el bolsillo para la  micro, pero  feliz de haber trabajado cada fin de semana en esas inolvidables tertulias que quedaron grabadas en nuestro corazón y en los recuerdos…..

Hay también épocas de dolores que vivimos;  el primero fue la partida de Isabel Villalobos, con la que,  sin ser grandes amigos, nos unía su talento, ejemplo y  seriedad y  compromiso de hacer las “cosas”  bien. Con el tiempo se nos fue en un trágico accidente el “Cabezón” Aguirre.

Luego por allí vinieron esos encuentros con los hermanos de Salta, que  venían llenos de entusiasmo a participar de nuestras Peñas. (En la delegación de argentinos venía una cantante  que se llamaba Rosalía Navarro, y los hermanos Salteños la llamanan jocosamene “NOSALÍA DEL BARRO”,  y nos reñíamos de sus simpatías y aciertos. Los “Cahuales”  que bailaban malambo, y muchos artistas de renombre, teníamos tanto que hacer por y para ellos y los que organizaban entre ellos el especial amigo  Arturo Guerra, “los” Vera, los Peralta y todos aquellos que siempre han sido los que llamamos lo “movidos”, se “descrestaban” por hacer las cosas bien y tener siempre  el contacto con la Intendencia, la Municipalidad y la Universidad.  Recuerdo con agrado las presencia en nuestras Peñas del entonces  Rector Dn. Rubén Bustos Lynch  y/o Dn. Hugo Vivanco, ambos muy  conocidos para nosotros y grandes colaboradores que permitieron  la vida del “Cofua” y a quienes siempre los tenemos  presente  como un reconocimiento y homenaje de gratitud y a tantas personas  que siempre fueron parte de nuestra vida, entre ellos los  padres de nuestros integrantes, que  estaban allí cada sábado en la Peña,  y que eran los primeros en cooperar y aplaudir la presencia de sus hijos en el escenario.  

En el terreno donde construimos la Peña de la “U”, funcionaba también la imprenta y grandes colaboradores tuvimos allí como lo fueron  el amigo Blas, y con un par de personajes de la imprenta inolvidables,  y que siempre estaban colaborando y  participando como espectadores los fines de semana, y  en tantas actividades del COFUA de ese entonces.

A propósito de Blas, una vez fue invitado a participar de nuestras peñas un  robusto campesino, hombre oriundo del sur de Chile, que andaba por este norte conociendo y mostrando su arte, el cual  se presentaba con nombre artístico de “BLAS ERNESTO”,  y que en verdad tenía un gran carisma y temple para contar sus versos y  una “pinta” de campesino “bueno pal diente”,   nos provocaba una suerte  de simpatía y  como artista se hizo  “infaltable” de nuestras peñas, pero como todo artista, era bien “Tony” y parece que se acostumbró a vivir embaucando a  los más pájaros que encontraba en el camino. Nos hicimos muy amigos, hasta que  me salió con el chiste de que debía viajar con urgencia a la Capital,  que  tenía un grave problema pero que  sería sólo por una semana y volvería a saldar sus deudas, así que preocupado de su integridad y solidario como nadie,  siguiendo su  petición de “apoyo”, dado que no tenía recursos,  caí redondito con la compra de un boleto de avión, que en ese tiempo no era nada de barato y que me tuvo pagando  como dos años el préstamo que saque de  famoso “Morgan Finanza”, y que le  concedí completo para que viajara cómodamente y le quedara algo para el bolsillo.

Por esas cosas de que Chile es muy pequeño,  muchos años después  fui a una Peña en Santiago, donde  actuaba Jorge Yañez,  y en le  “plato de fondo” tenían como invitado a ese tal Blas Ernesto,  pero como  ya me había “cagado”,  pensé que no sería prudente  acercarme o contarle que el mundo era tan chico como un pañuelo  y que estaba frente a frente a su víctima. Así que me mandé saludos a mí mismo y  su nombre quedó para mí  marcado por su calidad artística, que era bastante buena, pero por el otro lado…bueno…Es la vida….

 

Ni decir en estos recuerdos de esas Ramadas,  en que me perdí de casa por semanas completas y sin cambiarme ni calcetines ni calzoncillos trabajaba toda la semana y dormíamos cubiertos con cartones y diarios abajo del  improvisado bar entre “chuicos” y  garrafas y restos de chicha que quedaban en esos lugares  donde  lo único que nos mantenía vivos era la  “Cueca”, (entre ellas  esa hermosa que decía. “CORAZÓN SIN EXPERIENCIA…..” y  esas grandes tareas de pala y picota, para hacer  el hoyo del “pozo negro”,    pintar las rejas blancas, cerrar con ruedas de carretes del bendito “Madeco” y   tener discusiones de amigos  bien “caldeadas” a veces,  en las que se cuestionaban la presencia del “Papi” Torres, que más que mal se preocupaba de  lo que era el ”Comistrajo” y venta de  alimentos en la Ramada, pero que también se ganaba un pedazo de la torta, pero que hoy con el tiempo debemos entender que sin el valor que ellos ponían a su trabajo nunca habríamos tenido mejor opción que contar con su trabajo y dedicarnos de lleno a otras  tareas y en sentido de justicia dividir también las ganancias, aunque siempre nuestro trabajo fuera gratuito.

 Hoy día, comenzando este Agosto que nos pone nerviosos,  en esa “larga” espera de mi Carola comprando esas “ofertas” baratas que nunca ocupamos,  me sentí enriquecido en  el silencio de la espera, puesto que allí estuve espiritualmente conversando como tantas veces con Arturo Guerra, pero dirigiendo mi mirada al “infinito” y contándole que aquí aún estamos tristes por su partida, pero que sabemos que estará en la “Peña” eterna con la Carmen Naveas, la Isabel Villalobos, la Carmen Godoy,  el “Cabezón” Aguirre, el Néstor Zepeda,  el inolvidable  “Corderito” y tantos otro que partieron y cuyos nombres no recuerdo, y  que esperamos que nos esperen porque más temprano que tarde, tendremos que partir con lo mejor de nuestros recuerdos en el alma y cantando nuestras canciones chilenas y  viviendo de la emociones de hacer tanto con tan poco y vivir sacrificando lo mejor que tenemos el tiempo y los años de la  vida para cultivar lo nuestro.

La partida de Arturo  de hace pocos días  fue emotiva y llena de sentimientos y de gran amor y reconocimiento. No hubo tiempo para el llanto, todo lo contrario, las cuecas y tonadas y  la presencia de los grandes artistas del elenco de siempre, estuvieron allí animando  con su estilo y voluntad , haciendo “presencia” por los que quisieron estar y no pudieron, por no estar en la ciudad, como muchos se excusaron, pero no  faltó el momento para la alegría, para el recuerdo, para el aplauso para la emoción y también en nuestro corazón sentir que las ausencias nos acercan cada día más al destino  ineludible que tenemos que  enfrentar y seguir  con nuestra vida  disfrutando el cada día a “concho”, porque no sabemos hasta cuando se terminará el tañer de las cuecas o  hasta cuándo durará la cuerda, pues  decía por allí, a veces creemos que todo   es interminable, pero estos golpes como el recientes que vivimos,   nos dejan así  pensativos, como “pa adentro”  y  te convierten  en un pensador y analista de que no vale la pena pelear ni amargarse por desacuerdos y el perdón debe ser nuestro mejor arma para vivir todos felices y amándonos como hermanos y entendiendo que la vida es tan corta, que quizás mañana emprendamos ese otro camino y  quizás allá tengamos más “tiempo” para seguir esta nostálgica y  mágica conversa.

La vida es sin duda el mejor regalo del creador y vivirla significa haber estado todos esos años  cumpliendo sueños y soñando proyectos.

Cuando les miro como mero espectador a todos ustedes integrantes y “familia” del COFUA, de todas las generaciones, quizás algunas que yo no tuve el gusto de compartir, pero veo en todos a esos jóvenes niños de ayer, que  siguen con sus sonrisas, con su entusiasmo, con su voluntad, con su amor a flor de labios, cultivando el cada día de la vida que tenemos, en el trabajo, en las ideas, en los proyectos, en la difícil lucha por la subsistencia y en medio de todo como corolario esta mierda de pandemia que  esperamos pase alguna tarde, para seguir abrazándonos cada fin de semana y  en esos encuentros  serios porque  queremos que las cosas sean bien hechas no nos falte ese minuto de alegría y compañerismo, que es lo mejor que podemos tener, puesto que  ya ni siquiera importa actuar o cantar bien, siendo lo más importante reírnos de lo que hacemos y en eso  está la riqueza de nuestras vidas, y en medio de esos caminos de cada cual, nuestra real punto de unión entre nosotros, el de la amistad, el compañerismo  y nuestros mutuos y sinceros afectos, con defectos y virtudes.

Cuando terminaba este relato anecdótico, me llegó en estas redes el siguiente mensaje:

 

“La vida sobre la tierra es pasajera.

El amor es un espejo, pero

la amistad es un hilo de oro

que no se corta con la muerte.

¿Sabes?  La infancia pasa,

la juventud pasa, la vejez

la reemplaza y luego la muerte

nos lleva.

La flor más bella del mundo

pierde su belleza, pero una

amistad leal dura

hasta la eternidad

Vivir sin amigos es morir

sin testigos”….

 

Que el buen Dios nos bendiga a todos y  siempre haya  tiempo para querernos y ser amigos….



































UN CUENTO DEL TIO

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