Una historia que no debemos olvidar……
El dirigente estudiantil "Churro" De La Vega, corona a CECILIA I, Reina "Carruncha" en los actos de Aniversario en Abril de 1972.
El año 1972, tuvimos la tradicional celebración de elección de la Reina “Carruncha”, actividad que era muy esperada en la celebración del Aniversario, por cuanto se programaban fogatas, paseos, concursos, fiestas en los salones, mucho deporte competitivo entre las especialidades, y las tradicionales “bromas “ mechonas que llevaron muchas veces a sobrepasar los límites, pero que tomados con buen sentido de humor, permitían conquistar la aceptación y sonrisa de quienes se veían afectados por algún “rescate” de vehículos, placas de colegios o instituciones, y hasta allí el célebre y recordado, (anunciado hasta en la prensa) “robo” del León de la Plaza de Armas de Antofagasta, y de lo cual algunos de nuestros compañeros nos pueden relatar o contar con bastante conocimiento, pues muchos actuaron directamente en esta acción que no tenía otro objetivo que hacer esas tradicionales “bromas mechonas”.
La
cualidad principal de estas actividades escolares, era que nosotros, los mismos
alumnos, integrando las directivas de los cursos, la Federación de Estudiantes
(FETEPRO) y con el pleno apoyo y compromiso de nuestros profesores,
dictábamos nuestras propias normas para
ejecutar con entusiasmo y transparencia estas actividades, en las cuales
también considerábamos los tradicionales “Juegos Jocosos” en el centro de la
ciudad, y los muy esperados desfiles de “Carros Alegóricos” de los cuales
tenemos mucho que comentar.
Pero este recuerdo específico de hoy,
se refiere a la elección de Reina “Carruncha”, en la cual todas las
especialidades se empleaban con grandes muestras de esfuerzos y sacrificios
para sumar el máximo de puntos a sus candidatas cumpliendo diferentes tareas y
pruebas.
Pero hubo
un gran detalle que me gustaría recordar por el hecho que debió ser ejecutado
con mucha destreza, velocidad, entrega y decisión.
El Jurado,
formado por profesores, debía realizar los cómputos finales de los puntajes
acumulados, y conforme a las cláusulas que
definían las candidaturas, había una muy difícil situación que se
pudiera presentar, pero que estaba en los cálculos de la posibilidad más
probable, y que definía en caso de “empate” entre dos grupos de diferentes
especialidades (hoy les llaman alianzas”), emplear una acción que era definitiva pues el puntaje que ello
representaba era bastante elevado y permitía a pesar del empate, un solo ganador
y esta acción debía ser ejecutada a
través de una prueba final, que se entregaba a un apoderado de la
candidata que representaba a la
especialidad, considerando en sobre sellado, a lo cual le llamamos el “Comité
creativo”, la “Misión Imposible”,
desconociendo todos nosotros cual sería la tarea o misión que en libre
deliberación acordaran los profesores miembros del Jurado. Esto era
estrictamente secreto pero una vez acordado,
se ponía por escrito en un sobre
sellado para cada uno de las especialidades empatadas, considerando un tiempo
de no más de 20 minutos, y cumplir esa misión y llegar al escenario del Teatro Nacional
con la tarea cumplida. El primero que llegara, sería sin duda el ganador.
Sé que en
esa ocasión nuestro representante y apoderado de la candidatura de nuestra
hermosa CANDIDATA A REINA, CECILIA
HERNÁNDEZ, era el alumno y compañero de
curso, Sergio Espinoza Maturana, y no recuerdo, lamentablemente, los apoderados
de las otras candidaturas y especialidades.
Casi
mediodía en la ciudad, en el Teatro Nacional había una gran expectación. Todos
los alumnos siguiendo el show preparado con mucho ensayo y con los mejores
talentos. Cantamos y disfrutamos de una presentación en la cual estuvo Luis y
Gabriel Flores, Ramón Lazo, Gaytán y el Pato Valenzuela, con su conjunto
electrónico, y cantantes que nos
deleitaron son su música.
Teníamos
preparada una sorpresa en la que me pidieron que cantara la canción “El patito
chiquito no quiere ir al mar…” (Danilo
Aguilar se sabe esa anécdota), y que era una muy clara broma para nuestros
profesores, y que en los momentos previos de mi debut artístico uno de los
maestros, me pidió que por favor, no cantara esas canciones que eran verdaderas acusaciones éticas de los
profesores, como por ejemplo decir que el profesor “x”, era bueno pal copete y
que el Patito le cantara: “TÓMESE ESA COPA ESA COPA DE VINO”… lo cual afectaba
a sus honras y familias, que podrían herir
susceptibilidades y, en verdad, esa
canción larga y ensayada tenia varios versos acusadores, que podrían haber
causado daño. Así que el querido profesor
“Picadillo” González, me dijo que era
mejor obviar ese eventual daño a la
imagen de los maestros y como además de profesores y alumnos, éramos muy unidos
a ellos, y hasta en las salidas de escuela
nos íbamos alumnos y maestros, todos juntos (por supuesto que
“invitados” por ellos), a tomarnos un refresco o algún aperitivo en “Las Cantaciones”, donde jugábamos al sapo, al cacho y dominó y pasábamos tardes
muy agradables de amistad y respetuosa fraternidad. Sin dudarlo dos veces, por
supuesto que entendí a mi profesor, y accedí a no cantar esa canción
comprometedora.
Hecho
esto, el show continuó.
En esa
oportunidad, cantó y tocó guitarra, mi pequeña hermana de no más de 10 años, Ximena
Garcia, que se iniciaba en ese tiempo en los campos de la música, sobre todo en
ser ejecutora de instrumentos y fue muy
linda esa mañana de aniversario en el
Teatro Nacional, hasta que llegó el
momento de la verdad.
Se sacaron
los cálculos de puntaje y la sumatoria, daba
claramente un EMPATE, entre dos especialidades, lo cual era imposible de
definir, salvo por esa inteligente
decisión de tener, “por si acaso”, esa prueba que seria definida por los
profesores como Jurados y entregada simultáneamente en sobre sellado a los apoderados de las candidatas de las dos más altas mayorías.
Nadie sabía
cuál sería la prueba y entonces el sobre
fue entregado. Debían leerlo, analizarlo rápidamente, y se tocaba un pito de
inicio y esos alumnos, debían salir corriendo a buscar lo que pedía la “Misión Imposible”,
y todos nosotros esperar expectantes la llegada del ganador de la prueba.
Nunca
pensamos que pudiera haber alguna mala
intención de detener la marcha o de
buscar la forma de accidentar a uno u otro apoderado, por que no pensamos que eso podría ser posible, pero
en todo tiempo ha habido exaltados que
se salen de las casillas y que desean conseguir las cosas a la mala, así que
leído el sobre, los alumnos esperaron el
pito de partida y salieron
corriendo a las calles a cumplir la Misión encomendada.
Ahora que
el tiempo ya pasó, puedo decir que los profesores, dijeron en forma escrita,
que deseaban que a esa hora de mucho calor,
llegaran los alumnos con una bandeja, seis vasos, destapador y seis cervezas, para refrescarse en medio de
la agitada mañana.
Nuestro “Mono”
Curuta, ágil y rápido de mente representando a la especialidad de Electricidad,
y el otro apoderado que lamentablemente no recuerdo, esperaron el turno y
salieron corriendo por los pasillos del teatro hacia la calle, y todos ignorábamos
cual sería la misión.
Pero
algunos nerviosos y exaltados, se
levantaron de sus asientos y se fueron a
la entrada para impedir y obstaculizar el libre acceso del “rival” que llegara
primero, y como eran dos especialidades, se sumaron alumnos de ambos equipos y en la puerta esperaron a ver que era la
misión imposible…
Mañana de
agitación, de nervios, desesperación, se definía la Reina “Carrunchita”, y por
la calle Sucre, viniendo desde cerro a mar, aparece como una gacela ágil y
sudoroso, el ”Mono” Curuta corriendo, con una bandeja de aluminio, los
seis vasos, el destapador y las seis cervezas, y era sin duda el primero, el
otro competidor no se veía llegar.
Entonces la
turba adversaria, los “mala leche” de siempre, corrieron a la calle de la
entrada del teatro a impedir por la fuerza la entrada del que venía como
ganador, siendo apoyado también con
fuerza por los simpatizantes del “Mono”, y éste que venia corriendo con el trofeo de
las cervezas y los vasos, a patadas y combos fue recibido y a patadas y combos el
Mono con fuerza rechazaba la detención y
en el arrancar hacia el escenario, los exaltados le tiraban su ropa, le
desgarraron, convirtiéndola en harapos,
su chaqueta, le rompieron su
chaleco manga corta de terciopelo café,
hecho de una tela que en ese tiempo era muy cara, rasgaron su camisa, le hacían
zancadillas, lo golpeaban, y en la
fuerza que empleaba el Mono para desprenderse de
esa energía que detenía su camino, se fue quedando sin chaqueta, sin
chaleco, sin camisa y rasgados sus
pantalones, peleando, luchando y al final, en medio de una algarabía y tremenda ovación y trifulca, llegó victorioso al escenario, entregó el sobre de la "Misión
Imposible" y los elementos solicitados, llegando en primer lugar, pese a todos los intentos de derribarlo y
botarle su preciada carga.
No pudieron con la energía, entereza y valor
del Mono, no lograron doblegarlo ni vencerlo, el Monito transpiraba y agitado
llegó entonces al escenario y el jurado definió de inmediato quien era la
especialidad ganadora, en este caso Electricidad y, en medio de tanto dolor, golpes y sin ropa el pobre Mono saltaba de alegría, de
emoción y de contento, por allí le pasaron algún chaleco para cubrirse, y vino entonces la Ceremonia de Coronación por
parte de uno de los Directivos de la Federación de Estudiantes, conocido por todos
nosotros el “Churro” de la Vega, y fue coronada nuestra flamante, hermosa, siempre
sonriente, la más bella morena, la más linda de las damas que hayamos tenido en
nuestro colegio, la amada, admirada y
querida “CECILIA I”, que se ganó el afecto, el aplauso, el cariño y todas esas bellas cosas que provocó
su PRIMER LUGAR y que en definitiva fue
la que presidió todos los actos siguientes del aniversario, y a la cual hasta
el día de hoy, recordamos con mucho cariño y a quien le dedicamos esta nota que
es una crónica pequeña del recuerdo de su candidatura y coronación como la “Reina
Carruncha” de ese año 1972.
Y a
nuestro querido amigo el “Mono” Curuta, que precisamente hoy 25 de
Febrero de 2023 lo fuimos a dejar a su descanso eterno al cementerio de Antofagasta,
le agradecemos, con este recuerdo, su valentía, su entereza, su vitalidad, su
fuerza y su decisión de no dejarse amedrentar y salir a golpes de combos y
patadas defendiendo su honor pues en medio del
duro bregar de esa decisiva acción,
pudo cumplir fielmente,
valientemente, y como siempre muy sonriente, esa difícil, por no decir
Imposible Misión.
¡¡¡Viva la
Reina!!!, y viva siempre en nosotros este inolvidable recuerdo del ayer.
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