Querida Carolita, eras tan pequeñita, la vecina
"chica" del barrio y la Sra.
Gilda estaba tan feliz de tenerte tan
cerca, era la edad dulce de la inocencia, de los paseos, de los juegos, de los
abuelitos, de los tíos, de tus primos, de esa hermosa y numerosa familia que vivió en nuestro barrio de calle
Prat, nuestros vecinos, que tenían esa
hermosa casa de dos pisos gigante, con
esos balcones que veíamos solo en los cines y que colindaban en los patios,
entre esos cierres de madera y muros,
con esos árboles gigantes que se cargaban de granadas olorosas los
veranos y con frondosa higueras que nos
regalaban sus frutos en las tardes.
Allí te
conocimos, allí vivimos cercanos a esa gran familia, Nos acordamos de tu
abuela, tan dama, tan seria, tan señora, que nos sonreía un poco seria o desconfiada
.
De tu abuelo, un caballero de terno y corbata,
de pelo cano y siempre bien peinado, conocedor de la vida y un gentleman, modelo
Inglés, de guantes finos, de sombrero
elegante y que era todo un distinguido personaje de nuestra niñez. Tus tíos y tías,
y de todos quienes fueron como el centro
de la vida de ese corazón de nuestra calle Prat de Antofagasta.
Tenemos muy
gratos recuerdos de ti, de tus tiempos de colegio, con bolso y uniforme escolar
y de la gran familia que eran ustedes.
Mi madre
tiene ya 94 años. Está postrada, pero
seguramente se acordará de ella porque mi madre mantiene su memorias y
miradas lúcidas. Toda nuestra vida ligada a tu familia, aunque las distancias
nos separaran.
Las ventas
necesarias de nuestros inmuebles para una
"mejor calidad de vida" sin saber que era la vida de mejor
calidad que podíamos tener, pero la necesidad de buscar nuestros destinos, tan
inseguros e inciertos, tan llenos de ilusiones, en fin. Pero la recordamos con
cariño y respeto. Conocimos a tu papito y
sabemos que estaban felices de compartir con ellos la alegría de tan
hermoso regalo de la vida.
Nunca más supimos de los destinos de cada cual, pero nunca nos olvidamos de ese gran
"Clan" de los "Pastenes", que vivió a nuestro lado o nos recibió, un poco nerviosos los primeros
años de nuestra infancia, acostumbrados ellos a tener vecinos más serios o de
mayores años y espíritu de reposo, cuando interrumpimos desde María Elena ese
"circo" de hermanos Garcia y que
alguna tarde recibimos algún reto por alterar la paz de ustedes, con nuestros
juegos cercanos a las ventanas, de grandes cortinajes, que siempre estaban con un mundo interior de
reposo y tranquilidad que era interrumpido
con ese inusual bullicio externo de nuestros juegos callejeros que les alteraban sus descansos y su paz,
pero era la vida, fue la vida y aun hoy, aunque no exista ni un piedra o bloque
de nuestras casas, que dieron paso en el caso de ustedes a un moderno edificio
y la mía se mantuvo hasta hoy como
"Casa de Huéspedes" del Servicio de Salud, por tener que venderla de
emergencia a un precio ridículo por necesidades laborales de mi padre. Creo que
fueron los peores "negocios" que pudieron y emprendieron nuestros
inocentes padres.
Sin duda que
la partida de la Sra. Gilda, tu gran Madre y Amiga que respondió con su vida y
trabajo y entereza su responsabilidad para contigo, dándose con gran
fuerza por ti y la familia, debe ser el
momento de la más profunda paz por que
hizo todo y lo dio todo incluyendo hasta
el aliento de su últimos años de vida a tu lado.
Un gran
abrazo para ti Carolita y a tu madre
nuestros respetos, nunca sabemos
de las persona y que en esa suma de tantos años, se han transformado
en décadas de inolvidables recuerdos y
amistad, pero alguna tarde, llegan estas tristes noticias que nos empañan
el alma y los recuerdos y en las cuales por fe y por amor a Dios, inclinamos
con resignación la cabeza en prueba de que aceptamos su voluntad y ofrecemos
con toda nuestra humildad un sentido Padre Nuestro, para que descanse en paz ,
el Señor la acoja y brille para ella y para siempre, la luz perpetua.
Que descanse
en paz.
Nuestros saludos respetuosos y abrazos.
Tus vecinos que
ya somos casi tus abuelos. Los GARCIA BANDA.
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