sábado, 9 de septiembre de 2017

VIVIR FELICES HOY....


…MAÑANA PUEDE SER TARDE… La vida, supone un accidente biológico inicial en que un esperma fecunda un óvulo y a partir de esa concepción natural comenzamos a crecer y desarrollarnos sin darnos cuenta de lo que vivimos en ese cubículo pequeño del vientre materno, donde comenzamos a gestarnos, a crecer, a alimentarnos, y envueltos en un líquido que baña nuestra piel , nuestros brazos que se forman, nuestros ojos que permanecen cerrados y un pequeño cuerpo que flota en el líquido amniótico, sin comprender siquiera cual es la esencia misma de la vida, pero estamos allí subsistiendo, con nuestro corazón palpitando para nutrirnos y poco a poco crecer hasta completar el ciclo natural para partir hacia la nueva luz por el túnel de la vida que nos lleva a la luz de una vida distinta a nuestro mundo interior o anterior. Si alguien tuviera conciencia de ello en esa etapa, sería traumático llegar a ese minuto del parto y sentir que los líquidos se vacían de nuestra tranquila morada, tal vez como un remolino que nos arrastra a un abismo y comenzamos a luchar corriendo por ese desagüe, túnel oscuro y profundo y que nos obligará en un momento determinado a gritar para hacernos presentes en este nuevo universo que no conocemos y que es el inicio de un paso obligado, por un sendero largo que llamamos vida terrenal y que consume nuestras energías, nuestra célula y nuestro propio ser. No sabemos en que punto podemos sentir le vida. La vida misma se manifiesta en el momento de la concepción, pero tener el sentido de la vida lo vamos descubriendo a partir de la conciencia. Y es allí entonces cuando comenzamos cada cual a sentir lo que es la vida, en el hambre inicial, en el llanto, en los dolores corporales en la conciencia pura de sentir lo que somos. Hay que pasar por varios estados propios del desarrollo para irnos dando cuenta de lo que hacemos en este paso de la vida, y cuando no tenemos la claridad, educación, guía paternal, no sabemos en definitiva cual es nuestro destino. Esta comprobado que el hombre busca cada día la felicidad. En ese estado de conciencia, volcamos nuestra fuerza para ser felices. La vida nos enseña que en el final los momentos más felices, fueron siempre los de mayor sencillez y los de menos opulencia. Por ello que en esta reflexión buscamos decir a ustedes, amigos y amigas, que la vida esta hecha de cosas simples, tan simples y sencillas y que debemos ir descubriendo para lograr esa felicidad que todos buscamos. Es una prueba fehaciente y verdadera que debemos buscar valores simples. Un gran valor material otorga, más que felicidad, preocupación. Una gran cantidad de bienes y recursos obligan a mayor inversión en seguridad, en control, mayor cuidado y preocupación mayor inversión y a la larga nada se disfruta. Nos pasamos la vida cuidando bienes que al final se quedan en esta misma morada terrenal dejando con ellos sacrificios y renuncias pero no nos llevamos nada de nada. Una buena fórmula para ser feliz, es no ambicionar nada. Cuando la ambición esta fuera de nuestras vidas, lo que llega es tan bien recibido y sentimos el valor de nuestra libertad. Eso no tiene nada que ver con la injusticia social o la falta de recursos para la vida de la personas, que es otra historia y que merece un largo comentario por la mejor vida de los seres del planeta. No hay que apegarse a nada. Nada nos pertenece, ni la vida misma. Todo tiene su punto de inicio y su punto final. Tener buena salud, por ejemplo, es un privilegio. Con salud se puede trabajar luchar, vivir. La memoria individual de las personas en sus mejores recuerdos de la vida y de la felicidad de la misma, están inicialmente ligados a la infancia. El amor de su familia, los momentos de compartir los momentos de disfrutar. Tal vez un globo, una pelota, un paseo, un castillo de arena en la playa. Juegos, momentos de felicidad plena. Un niño que aprende en su infancia a ser feliz con poco va también siendo generoso, y su propia vida feliz la vuelca en su propio matrimonio en su propia procreación. Sin duda la felicidad es esquiva cuando no somos agradecidos. Agradecer a la vida como cantaba Violeta, por todo lo que nos ha dado, la mirada, el olfato, los sentidos, la sonrisa. Esa es la esencia. Ojala podamos reflexionar con este valor de ser felices en la vida, considerando que en mucha gente tiene todo y no lo es, o mucha gente se esfuerza y dobla su espalda y dignidad por el dinero, buscando incasablemente día a día los recursos que le darán estabilidad económica y bienes con lo cual relaciona desesperadamente la búsqueda de su propia felicidad. Luchar, ser cauto en los negocios, ser un ser equilibrado es legitimo, es también un valor el de aprender, crecer, crear y también recibir. Pero no es lo más importante tener por tener. Dicen que en dar también está la felicidad. A veces con tan poco podemos hacer felices a los demás: Una sonrisa, un afecto, un buen abrazo un buen consejo y un te quiero con el alma nos lleva a sentir en el corazón que somos felices dando lo poco o nada que tenemos. Vivamos para ser felices y demos felicidad a los demás con nuestras actitudes. Creo que es lo que cuenta, por que como llegamos a la vida, así nos vamos, como nacimos, asimismo nos morimos y los cementerios están llenos de gente que quiso tener, ambicionar y guardar, y allí se quedaron para siempre sus cuerpos, y para allá van los nuestros. Eso tampoco puede ser tomado con un espíritu agorero, hasta en el morirse hay felicidad si es que buscamos en ese minuto un sentido verdadero. Al nacer, decíamos al principio, pasábamos por el túnel inhóspito e infructuoso de la vida interior del cuerpo de nuestras madres a esta luz que nos entibia. A la luz de la fe, cuando tengamos que marchar, tal vez lleguemos a otra dimensión, a otra realidad, a un nuevo comenzar; eso nadie lo sabe por que nadie ha vuelto del más allá. Pero el túnel es el mismo, el de la luz de la fe, de la esperanza y caridad, y más tarde que temprano iremos por esos caminos de la vida humana hasta entender, alguna vez, cual es el verdadero valor de ser felices. Les invito a caminar por los senderos de la vida, sembrando donde no hay flores, dando lo mejor de lo que tenemos a nuestro prójimo, a vivir con espíritu de justicia, con clara convicción de luchar por un mundo mejor, y al final del camino, viendo la senda recorrida, descubriremos que el ser felices no es de ayer ni de mañana, es del hoy, que nos corresponde a cada cual vivir. Felices sueños…

No hay comentarios:

Publicar un comentario

MAYONESA CASERA

Un homenaje a  nuestra mamá.   Carlos Garcia Banda p n e o t r s S d o 3 a 9 m o f 1 a 0 a 6 2 u 3 0 2 m 5 8 2 d e 0 f   i 2 c h h 2 c 4 h 1...