jueves, 23 de julio de 2020

ANTOFAGASTA EN 100 PALABRAS

Quizás no sea meritorio que yo publique esto, pero  está considerado dentro de los mejores cien cuentos del “Antofagasta en 100 Palabras”, pero creo que  debía decirlo. Dedicado a mi esposa, a mis hermanas y familia (todos educadores), y a mis queridos PROFESORES DE CHILE, tan sufridos, vapuleados y humillados, y que  entregaron su vida con sentido de servicio y vocación, y que aún esperan el pago en justicia, de la casi olvidada deuda histórica….

 

“Esto no tiene nombre”

“Trabajamos toda una vida ansiosos,  para  ganarnos algún justo solaz descanso y de la mano continuar nuestros sueños de maestros. Nos sentaríamos ¡Oh dulce amor!, a contar historias vivas, junto al reloj de los ingleses, en tertulias de recuerdos, lanzando, tal vez, migajas de pan y sol tibio a las palomas. Fueron tantas tardes, noches, madrugadas, niños, jóvenes, millares de lápices, cuadernos y horas de enseñanza, para ver hoy a tantos conocidos pasear indiferentes, esquivándonos la mirada. Hoy oímos el invariable son del campanario, sentados, agotados, sin cuadernos, jubilados y con hambre, vendiendo chocolates.”

                                                                                                 Carlos Garcia Banda.


A nuestro amigo Manuel Cordero Fuentes

Estimado amigo de nuestros años de juventud y estudios en la Universidad Técnica del Estado (G.T.P.): No podemos entender los designios de la vida y lamentamos profundamente tu inesperada partida. Sin duda que hemos quedado todos muy consternados y de verdad sentimos en el alma un gran dolor por tu obligada ausencia, y no sabemos què decir, ni què hacer, y de què forma enfrentar este dolor que aqueja a todos los que te aman, tu familia, tu compañera de tantos años, tus hijos, tus amigos, y todos quienes han sido parte de tu vida y que se quedan hoy con algo de tu recuerdo en este paso que diste en esta vida, y que fue alegría, confianza, amistad, sencillez, humildad y grandeza, en especial esa que afloraba de tu corazón y que tantas veces pudimos apreciar con tu conducta de hombre de bien. Cada cual tendrá que decir lo que recuerda de ti en este instante de la partida inevitable. Nosotros, tus compañeros de curso, de escuela, de trabajo, nos unimos en una sincera oración, para pedir a Dios le de consuelo y paz a tu familia, y a nosotros conformidad por vivir este dolor que solo tiene respuesta a los ojos del Supremo Hacedor, puesto que no entendemos aún ese misterioso paso a esa Vida Eterna prometida, y que alguna tarde tendremos que todos dar. Solo decirte que siempre estarás en el recuerdo. Cuando esta pandemia pase y podamos abrazarnos con tu familia te prometo que nos reuniremos alguna tarde para brindar por la alegría de haberte conocido, por le emoción de haber compartido, por saber de tus debilidades y fortalezas, porque eras un ser humano extraordinario, ese que jamás "desconocía" en la subida del paradero y que decía sonriente: "Pasa. ¿Ya no te acuerdas de mi?" - y entonces afloraba la magia de las vivencias y esos viajes se tornaban de tanto agrado y de conversa, de risas, de recuerdos, y de esos "sanos pelambres", (pelambres al fin y al cabo), y todas esas cosas que hacían de nuestro corto o largo viaje, el deseo de no terminar y comenzar de nuevo la "vuelta", para no perder esa agradable oportunidad, de ser además un viaje "regalado" como si fuéramos merecedores al mejor premio del sorteo. En esas horas, brindábamos por la amistad y la pureza de los amigos y de nuestros bellos recuerdos de juventud.
Alguna oportunidad tuvimos, junto a tus compañeros y amigos, Sandra, Ramòn, Juan, los "Luis", Gabriel y esposa, Alberto, Emiliana, Maria, Vilma, Eliana, Humberto, Jaime, Héctor, Danilo, Arturo, los "Jorge", y tantos otros que mi mente quizás se pueda involuntariamente olvidar, bebernos a la luz de las estrellas, esas "cochinadas ricas" - como decías- y que nos alegraban la vida, y que mostraban todo tu cariño con tus amigos , que tanto te apreciaron y recuerdan, y en ese sentido quisiera esta tarde, antes de que debas marchar, y quizás solamente con la compañía restringida de quienes están más directamente unidos a ti, por las normas estrictas de la cuarentena, que dejaremos pendiente ese encuentro, y en tal ocasión brindaremos, saludándote con nuestras copas alzadas al cielo, para decirte que vives en nuestros corazones y los "Carrunchos" de ese entonces, aquejados ya por le edad y los años, beberemos en tu honor el néctar generoso de la amistad, evocando tu sonrisa y sellando a fuego en nuestros corazones la sinceridad de nuestros mutuos afectos y tan hermosos recuerdos que nos unen como seres humanos hasta siempre...
¡¡Salud !! amigo. Prepara la mesa de amistad que alguna vez nos reunirá a todos en torno al Gran Maestro, para decir "Señor, aquí estamos, los que vivimos y luchamos y cumplimos el mandamiento de amarnos como hermanos, y tratamos siempre en nuestra vida de hacer a nuestro prójimo lo que tu amor nos enseña. "El bien".
Salud viejo amigo...y descansa en Paz.....






sábado, 18 de julio de 2020

Crónica del Recuerdo

AGRUPACION DE “ESMERALDINOS EN RETIRO”

Un poco de historia:

Por la década del 73, específicamente  durante  la presidencia del entonces CGL. Augusto Pinochet Ugarte, que sirvió   como Comandante del Regimiento de Infantería Nº 7 “Esmeralda”; (Desde el 02 de Enero de 1961 – Al  28 de Febrero de 1963), y en sus constantes visitas presidenciales a la ciudad de Antofagasta,  solicitaba siempre  a los mandos respectivos, la presencia de los “Viejos” Esmeraldinos que habían  trabajado a su mando en su tiempo, por lo cual quienes trabajábamos en esas áreas de relaciones públicas o ayudantías, teníamos que correr literalmente  por toda la ciudad a contactar a los “viejitos”, y dejar invitaciones ¡¡urgentes!!  para reuniones  “relámpagos”. Algunas  veces y para hacer más rápido el trámite de invitaciones, se conformaban equipos por sectores con personal de la Comandancia, y  todos  llegaban de civil en la mañana para repartir esas tarjetas,  y ya a mediodía estaba todo listo para la reunión de los días siguientes.

Afortunadamente, y  ya cuando se hizo “normal” que cada vez que venía mi general había  que reunirse un rato con sus viejos camaradas,  contando  siempre con el ímpetu del SOM. Mena,  se hicieron esos conocidos planes de enlace y  bastaba llamar al “viejito”  y la información corría vía telefónica….(No había wsp ni “redes” y todo era como a las “máquinas de carbón”. A puro “ñeque” y voluntad. )

 

CREACIÓN DE LA “AGRUPACIÓN”:

El 29 de Agosto de 1992, bajo el mando del Comandante Enrique Slater Escanilla, se organizó, al fin, la Agrupación de “Esmeraldinos en Retiro”, la que tuvo su primera Directiva y que  permitió reunir no solamente a aquellos “Esmeraldinos” que habían trabajado con mi general Pinochet, sino que se abrió a todos los que quisieran voluntariamente participar, y  entonces se envió una carta invitación a los  que querían pertenecer a este grupo, por supuesto que voluntario;  y como en toda organización, se dictaron normas simples y básicas de  convivencia social, y  la forma de  reunir recursos,  comprometiéndose los integrantes a pagar cuota de ingreso y cuotas mensuales para reunión de fondos, tan necesarios para organizar  y mover la maquinaria administrativa.

 

PRIMER DIRECTORIO:

En esa primera reunión de formación de la “Agrupación”, quedó conformada con el siguiente Directorio:

 

-          Presidente. SOM. JORGE MENA

-          Vicepresidente: SOM. REYNALDO CORROTEA MANCILLA

-          Secretario: SOM. SERGIO BELMAR ZULETA

-          Pro Secretario: SOM: CARLOS ENRIQUE MONTENEGRO

-          Tesorero: SOM REMIGIO ROJAS PARRA

-          Pro tesorero: SOF. JORGE ESPINOZA ALCÀNTARA

 

-          Directores:

.  SOM. OSCAR SEGUNDO ARAYA

.  SOM. LEANDRO CAROCA VILLAR

.  SOM JUAN COLINA VICENCIO

.  SOF. JORGE ABURTO ITURRA

.  SOM. PEDRO DURÁN FONTECILLA

.  SOM. JUAN FIGUEROA MORALES

.  SOF. MANUEL ZAPATA TORRES

-          Relaciones públicas:

. CB1. ELISEO GÀRATE FRANCO

 

-          OBJETIVO FUNDAMENTAL DE LA AGRUPACIÓN:

. “ La finalidad fundamental de la Agrupación, obedece a la necesidad de mantener y fomentar los sentimientos  esencialmente espirituales que deben existir entre el personal en Retiro  con el que se halle en servicio activo,  no importando en esta mancomunión,  la jerarquía a que se tenga . Más bien dicho,  servir como un sólido enlace  contactado y de  conexión entre el personal en retiro  y los que sirven directamente  en las actividades institucionales. “

 

REFLEXION FINAL:

Sabido es por todos nosotros, que fuimos testigos de esos grupos de “Esmeraldinos” que fueron muy importantes en el desarrollo y colaboración a temas fundamentales de la Unidad, el trabajo  desarrollado, sin fines de lucros y  más que de ayuda económica,  fue siempre un   apoyo de orden social y de amistad, que es el baluarte más importante de toda agrupación humana, más aún de quienes vestimos el uniforme y que  nunca dejamos de pertenecer ni  amar nuestros orígenes, ni menos olvidar nuestro paso por el Glorioso “Séptimo de Línea”.

 

La vida está llena de situaciones humanas, porque nadie es perfecto. En  cada uno de nosotros debe existir siempre ese espíritu de amistad, de recuerdos, de cosas  positivas que nos  permiten  recordar las buenas cosas, dejando  esas diferencias naturales, por ese tema de ser todos tan distintos, pero unidos por el valor del amor a la patria, a la bandera y a las tradiciones.

 






domingo, 12 de julio de 2020

BOTAS DE SOLDADO

 

Botas de soldado…

Degastadas, sudorosas,

incrustadas de sales minerales

Mal olientes de “chuscas”,


o de charcos australes.

Húmedas de sudores

de lluvias o salares

¡Cuántas historias

y huellas se escribieron

en los senderos recorridos

por tacos militares!

Muéstrame hoy,

la luz de las estrellas,

Tus suelas dobladas,

 de calor vencidas,

para colgarte

 como trofeo victorioso

en la vitrina de

mis tristezas y alegrías

Mañana serán sòlo

 un recuerdo,

De una tarde, una mañana

O sólo un día,

La historia olvida

Siempre a los hombres

Pero la Patria,

te sonríe agradecida.

 


Carta a mi amiga Ana Olivares

Anita Olivares:

Usted desarrolla una hermosa labor, no exenta de sacrificio y renuncias, que algún día  deberá, -en justicia-  ser reconocida y valorada por que lo que hace, trasciende todo lo que es y muestra un inmenso amor a lo que es nuestra historia.

Pero también en ese ímpetu, usted representa al humilde artesano con fuerza, a cincel y martillo, va descubriendo poco a poco y transformando  la dura piedra de granito,  en la figura poética que su alma propia le impulsa, dándole belleza, figura, forma,  y realidad absoluta a lo que quiere proyectar, sin dejar de sudar, descansar, o sentirse a veces agotada, porque así es la vida del que ama e investiga,  y de esa forma usted va  extrayendo la historia real y veraz de la vida que vivieron nuestros ancestros. Sin muchas veces agradar a los “chaqueteros” de siempre, que buscan enlodar o evitar que su  escultura  llegue a un feliz final. 

Asi también son esos anónimos  “ratoncitos de biblioteca”, que estudian y sólo estudian, sin emitir juicios  en la historia de los archivos de la vida, ojalá todos pudieran tener esa pasión y ese , definitivamente amor gratuito, muchas veces sin recursos, a puro “ñeque”,  para poder  desarrollar esa inquietud de investigar en forma incansable, y ofrecer generosamente con humildad, sin aspavientos y solo con su propio carisma personal esa información que nos permite a  los menos cultos, aprender de usted y sobretodo apreciar de su gran valor y fuerza de  juventud y tantas cosas que usted provoca a quienes nos declaramos amantes e ignorantes de la historia. 

La sociedad de hoy adolece de una inmensa falencia: el conocimiento. Y alguien me decía que la “Ignorancia es muy atrevida”, y por esa misma ignorancia hoy se emiten juicios de valor, a personas, instituciones, valores patrios, se mancilla el honor, se  permiten confundir los valores de la chilenidad con líneas que nunca fueron las que nos llevaron a escribir con sangre la historia y en tal sentido, ese trabajo suyo, de honrar, de celebrar de querer ensalzar al lugar de honor que le corresponde a la mujer chilena, sin duda que nos emociona, nos hace tremendamente justos y nos permitirá en ese igual a igual sentirnos herederos inmortales de las gestas que nos permitieron la libertad, no con la soberbia del que alza el puño ganador sino con la humildad de lo que significa servir, y servir a Chile, sin condición, sin interés personal, solo porque es justo saber que tras  de nuestro bvivir de hoy, hubo gente, hombres y mujeres, civiles y militares, obreros  y trabajadores, rofesores, estudiosos, intelectuales o de mente limpia y sana, magnates o  quienes nunca nada tuvieron, pero que lo dieron todo por legarnos lo más preciado que tenemos nuestra historia y nuestra libertad, que se ve a veces cegada por los egoísmos de la ambiciòn de los lados que sean.

Nunca deje de trabajar mientras Dios le de vida, para conseguir sus ideales, sus valores son la propia historia y el sano interés de entregarnos con su pedagogía personal, lo que usted  ha tomado como ideal personal, y en eso tiene mucha gente que valora su trabajo, aunque a veces uno se pregunta  còmo puede hacer tanto sin tener nada, como puede  desarrollar todos los días una nueva tarea, llena de falencias, sacrificios económicos,  falta de real apoyo, pero usted como las cantineras de la Guerra del Pacífico, sonríe,  toma su pluma y ataca y en ese impulso guerrero de  pasión nos enseña que allí està el verdadero valor de ser, mujer chilena.

La “verdad os hará libres” y usted en su trabajo trabaja siempre con la verdad, y la verdad a veces duele, duele a los inconsecuentes, duele a los envidiosos, duele a quienes “no se les pudo ocurrir antes”, duele a quienes  quisieran sacar “partido” para beneficiarse de lo suyo, pero usted es combatiente de guerra, de esa guerra de paz de rescatar el valor de lo nuestro y nunca renuncie a su derecho, a ese derecho de su propia libertad, y nunca Anita, nunca deje de trabajar por esa verdad que el mismo Señor nos dice en su Evangelio, cueste a quien le cueste y duela a quien le duela….Ojalà estemos  vivos cuando podamos alguna tarde homenejar a la mujer “Cantinera de la Guerra del Pacifico”, que ha sido su permanente lucha, tan simple, tan pequeña pero que se ha visto enfrentada a esa mole de mucha indiferencia (salvo honrosas excepciones) , pero que usted no se deja amedrentar y con ese indomable espiritu cívico de verdadero soldado  de ayer y “Cantinera” de siempre, puede soslayar y llevar sus armas intelectuales al combate de la vida diaria. Que Dios la siga acompañando  y guie siempre sus pasos  como ya sabemos que lo hace siempre, hacia el bien, hacia la solidaridad, hacia la justicia y la verdad, que todos quisiéramos alguna vez reconocer y en su oportunidad aplaudir.  Un abrazo y Honor  a Chile, sus hombres y sus mujeres….


BENJAMIN....

Eras un niño, como yo en ese entonces. Tú eras  afanoso y lleno de vitalidad, pequeño gran colaborador en tus tiempos libres de escuela,  con las tareas domésticas de tu madre. Te veía casi siempre sonriente, con tu  juguetón  “copete” colorín que cubría desordenadamente tu frente y tus grandes ojos verdes,  "bajando" del campamento hacia la estación de María Elena, con un ritmo acompasado en tu caminar y jugando con el galón metálico vacío de parafina, el cual movías en tus brazos simples y frágiles, pero también fuertes, al ritmo de tu acompasada caminata de inocente  sencillez y que te llevaban con esa natural alegría, a la "carbonera", donde el "Negro Muza", a comprar el carbón y a veces solamente los tres litros necesarios de parafina para abastecer la cocinilla a mecha de tu casa y que se usaba en muchos hogares de la pampa, y cuyo olor característico  rondaba por los aires, entre balones de trapos y medias viejas  o juegos de escondidas,  por los pasillos de las largas hileras de casas, que llamábamos en nuestra lenguaje de infancia, el sector de "las cocinas", el sitio eriazo trasero de las casas de sinuosas calaminas, donde usualmente se colocaban como  medida sanitaria, un "medio tambor" con manillas,  colocado al centro, para reunir  los desperdicios de desechos y basuras hogareñas que incluían también algunas veces en la noche, la fiesta de ladridos de los perros y el maullar hambriento desde los tejados de los gatos,  que buscaban afanosos la oportunidad de saltar a los restos de comida, o provocar el ruidoso cacareo de las gallinas ponedoras junto al gallo cantor y despertador  de la "corrida", y que se criaban encerrados entre los artesanales gallineros, donde alguna madre recogía somnolienta alguna madrugada, la graciosa bendición de obtener algunos "huevos frescos", que ayudaban a la economía doméstica de nuestros humildes hogares.

Mi amigo Benjamín Honores Diaz, a veces se quedaba conversando conmigo en mi calle Luis Acevedo, donde reíamos de la vida y soñábamos solamente con jugar y encontrar en la amistad de niños esa pureza tan propia de tantos amigos pampinos,  recorriendo en la alegría del compartir  esos manantiales de hermandad que surgen en los sentimientos ante el sincero afecto y dábamos rienda suelta a nuestras  acumuladas energías, para correr tras un balón roñoso y descosido  que soltaba entre sus correrías, una serpiente  calcetinera rota, con sus “papas “ como bocas abiertas que nos regalaban también en la alegría de vivir  su  opaca sonrisa.

Alguna de esas media mañanas de juego, salía de pronto “disparado” Benjamín,  transpirado y sudoroso corriendo a la carbonera, puesto que se le pasaba la hora y  sin lugar a dudas, se hacía merecedor a una “chancletada” de su madre,  como reprimenda por su infantil demora, quedando  ambos preocupados  y confiados como en tantas otras oportunidades que ella en su gran amor de madre, le perdonara y comprendiera.

Años posteriores, nos juntó el destino como compañeros de sala de ese "Séptimo Año “A” inolvidable,  con tantos buenos pampinos y entre ellos mis amigos y vecinos Leonardo Gatica y Fernando Castillo.  Del barrio “alto”,  ese que colindaba con la calle Santiago muy arriba, cerca de los Montivero,  el locuaz Lito Roco, el gringo Poblete, Luchito Marambio,  por allí atrás del Teatro "Los Paniagua",   o cercanos al estadio la Dániza Sibilà, la Maria Arce  o la Raquel Silva - la del rancho “Chuqui”-,  y  ese ángel tan distinto que hacía latir no solo mi corazón sino también mis nacientes “sentidos”, esa  alta y espigada, (por lo mismo imposible de alcanzar),  la del “amor platónico”, la bella Blanca Contreras, uno de los amores imposibles de  esa vida de niños, y que ya se anidaba en el infantil corazón, tan pequeño,  pero también lleno de una incipiente poesía.

 Una mañana de esas de escuela, surgió una idea brillante por parte de los que hacen de líderes alegres del curso. Se propuso que cuando llegara a la clase nuestro profesor de historia, cigarro en mano y vozarrón de soldado,  Dn. Leoncio González y comenzara a pasar la “lista”, (fue un solemne “juramento de honor” y con sangre de valientes” de nosotros los alumnos,)  que no diríamos el tradicional : ¡Presente Señor!

    Cuando leyera la lista, conociendo su reciente pasado de ex oficial de Carabineros de Chile, y cuyo carácter estaba siempre presente en su personalidad, le diríamos alegremente (ya no sé si “alegremente”), levantándonos individualmente del pupitre, con voz marcial y casi de soldados: 

    ¡Firme Mi Teniente!”…

     Estábamos nerviosos, pero el profesor era “paleteado” y alguna vez se reiría antes de comenzar sus clases que nos hablaban de la invasión de los Mongoles y la historias de las guerras, y en esa confianza  tan normal y común y en medio del silencio, comenzó, aspirando con delicadeza su  recién encendido cigarrillo, los apellidos sin nombre de su extensa lista:

“Avalos”…..(“No está”-  espetó una voz del fondo de la sala.)

“Araya”…..(Justificativo,  fue al doctor, dijo alguien por allí)

“Barraza”…Ausente

“Castillo”…Ausente

(Era larga y tediosa la lista, más de cuarenta y cinco  pero ya llegaba luego la “H” de Honores..

….Y comenzaron las traiciones al gran juramento).

Gatica……(Mmm Firmmm…¡Presente Señor!)

Garcia….(Leal a mi “vecino”…¡Presente Señor! (Con la cara roja de vergüenza sintiendo en la sangre de mis venas la traición de Judas….…)…(Venía la  HACHE..)

 

    ¡¡“HONORES”…!!

    ¡¡¡¡ Firmeeeeee mi teniente!!!!!!

    (Al mismo tiempo que esbozaba en su albo rostro esa característica sonrisa  que yo de niño  conocía,  y con su “copete” ya más peinado y fijo con “limón” , y con su alegre mirada de sus grandes ojos verdes…)

 …Silencio sepulcral…..

…Risas contenidas…..

…Silencio sepulcral otra vez…

     Un recién encendido cigarrillo “Hilton”, se quebró vigorosamente hundido, casi con furia ardiente, en la “concha” de cenicero…

 

        El querido maestro Dn.  Leoncio Gonzàlez, (a quien después de muchos años le conté la verdad de esa broma),  miró en lontananza, lejanamente, con su vista perdida  y llena de ira al fondo de la sala….

     Nadie sabía si reír o llorar, o morir en el intento con “nuestro“ ya traicionado “juramento”, pues no circulaba ni aire para respirar, por esa sala que parecía un gran estadio lleno de  partículas de tiza e  infame y cobarde “silencio”…

     Nuestro héroe Benjamín aún sonreía de pie al lado de su pupitre, como quien dice :  "Al pie del cañón" como buen soldado: orgulloso, valiente, enhiesto, altanero,  puesto que había gritado con “honor” (como su apellido) y hasta casi con cariño su viril:  

    ¡¡Firme Mi Teniente!

    Tan suyo, tan leal, tan amigo, tan buen educador, tan agradable, tan….tan….

 ¡¡¡¡FUERAAAA!!!!!..y

¡¡Mañana con el APODERADO…!!!

….

(Siguieron los “traidores” que se enumeraban en el llamado de la  Lista…)

¡¡“Paniagua, Marambio, Gòmez, Sibilà, Roco, etc…!!”

¡¡Presente Señor!!

……………………………….......................................................................

 

    ¡Ay querido amigo y hermano Benjamìn!

    Los traidores como nosotros, miramos de soslayo, casi “sorprendidos” de tan irreverente afrenta  y en un simple lenguaje de estudiantes de todos los tiempos, todos nos hicimos los “huevones”…

    Lo que pasó, nunca supimos, pero la broma no resultó y en verdad se puso pesada la pista con nuestro  profesor González, ”el amigo del camino”, que  por nada ni para nada se rió.

……………………….........................................................................................................

 

    Fue una mañana de esas casi de madrugada, (como esas mañanas  que esperábamos ansiosos y hasta hambrientos a la Sra.  Eva Castañeda, mamá de la Daniza Sibilà,  que desde abajo del balcón de la sala, furtivamente pasaba por entre las rejas de la ventana, un pequeño thermo con el “desayuno” de café con leche para nuestra compañera, y que nosotros “sus” amigos y compañeros de banco también nos beneficiábamos y que  llenábamos nuestras ansiosos olfatos y estómagos, con ese olor a marraqueta tibia de la panadería de la pulpería y con ese sabor a mantequilla, “la  verdadera”,  que nos aguaba en líquidos salivales,  la boca…) .

    Fue una de esas mañanas de ansiedad estomacal, en que no llegó el desayuno, ni la marraqueta, ni el café con leche, ni tampoco se presentó Benjamín  a clases,  el valiente soldado del curso y de la escuela.…

    Hubo mucho silencio

     Casi nadie hablaba

     Los profesores entraban y salían y se notaba un ambiente extraño de obligada ausencia….

     Esa madrugada, Benjamín, hacendoso hijo y colaborador de las tareas de su madre, fue a la panadería a comprar el pan muy temprano.

     No conozco los detalles. Muchas versiones existen, pero…

     El camión del pan se aculató hacia la puerta de la entrada de la panadería, por la puerta donde a veces se compraban las javas de cervezas y bebidas, cuando su frágil cuerpo fue aprisionado en un  desgraciado accidente que se lo llevó, con tanto amor, sonrisa y lleno de hermosa vida….

 

    No llegó a clases esa mañana.

     Y los ríos del dolor de nuestros frágiles corazones se volcaron en lágrimas dolorosas y cayeron por las tablas blanquecinas de la sala,  sus recuerdos, su sonrisa, su copete medio rubio y sus grandes ojos verdes…

    Lo que pasó posteriormente  es recuerdo de todos.

    En su casa humilde de pampino, fue velado su cuerpo de niño. Toda la oficina salitrera sufrió la desgracia.

    Se veían coronas y uniformes de tantos estudiantes que concurrieron a entender qué pasaba y a enfrentar el duro destino de nuestro amigo y nuestro hermano. Nuestros compañeros y compañeras montaban una "Guardia de Honor" de niños  al lado del féretro....

    Desde el campamento “Americano”, ("Los de Arriba"),  también llegaron conformando  delegaciones solidarias  de esos jóvenes extraños para muchos de nosotros, que vestían distintos uniformes y que parecían ser tan diferentes,  pero que en la sensibilidad y en el dolor estaban también sufriendo con la partida accidental de “uno de los nuestros”.

     Se nos fue esa madrugada Benjamín y ya nunca sentimos su voz alegre y bulliciosa, comprometido y leal con “su” juramento  diciendo convencido: ¡¡ Firme mi Teniente.

    En mis años de adulto, en mis primeras  vacaciones en que tuve la oportunidad de gozar de unos días de libertad en mi desconocido (para muchos), arduo trabajo, al que nunca le podíamos  robar  horas para nuestras personales preocupaciones,  me fui en bus hasta el cruce de Coya.

    Por allí me indicaron el lugar del cementerio.

    Busqué toda una mañana y casi toda una tarde. Recé muchas oraciones, por los cientos de  hombres y mujeres cuyos nombres  se enredaban entre coronas coloridas  de papel y de latas,  y en ese silencio en que sólo era posible  oír los silbatos del viento.

    Seguí rezando y buscando esperanzado.

    Antes de volver mis pies a la carretera, con el sabor amargo de sentirme fracasado en mi intento de rendir mi saludo de recuerdo a mi amigo de la infancia  y seguir caminando para hacer “dedo” hacia María Elena,  me senté un rato en un tumba celeste,  desteñida  y que ya borraba el paso del tiempo.

     Miré en ese lugarcito donde se inscriben los nombres y vi entonces una placa de bronce, pequeña, de esas que escribían los maestros pampinos con buril y fierro, grabado su metal  con el nombre de nuestro compañero: “Benjamín Honores Diaz”. ¿La fecha? En verdad, ahora no me acuerdo….

     Hoy es San Benjamín.

    Estamos en la Pandemia del Virus desconocido e infame que nos ataca  la vida.

    Nadie sabe si habrá mañana, aunque tenemos santas esperanzas.

     Todos queremos vencer a este enemigo porque si lo vencemos, tendremos esa otra oportunidad tan necesaria para seguir amando  las pequeñas cosas y las màs importantes de la vida.

     Para olvidar  y erradicar de nuestras almas los rencores.

     Para sentirnos mejores.

     Para amar a las personas y no combatirlas  por sus distintas ideas o credos.

     Para descubrir que cada cual en su sexualidad, somos todos humanos, mujeres y hombres.

     Y sentirnos hermanados como hijos de la pampa y el desierto, del campo y la ciudad, de los que tienen y son ricos o los que no tenemos y somos pobres, pero que sentimos en el corazón el valor de vivir y amarnos como nos manda el Hijo del Hombre.

 Quizás alguna tarde podremos descansar también gustosos, aprendices de la vida, y entonces,  reconocer con humildad  y sabiduría que todo los que somos o tenemos, nada importa, y solamente es Dios lo justo, real y verdadero.

     Yo tengo la esperanza, mañana o quizás  en algunos años, que me encontraré  con mis seres que tanto amo, y entre ellos  mis amigos de la vida, como Benjamín, corriendo por esos cielos eternos, jugando a buscar esa pelota de medias, con serpientes de calcetines que se desarmaban en los “chutes” por el aire en las locas mañanas futboleras de mi calle: Luis Acevedo.

     Feliz Santo Benjamín.

     No nos olvides,  y si quieres prepara  también nuestra morada junto al Padre, para abrazarnos como pampinos niños o ya viejos, pero llenos de entusiasmo y alegría, porque  aunque han pasado los años, nunca dejamos en el olvido, el deseo de alguna tarde,  junto al Padre eterno, vernos.

     Seguimos cantando y soñando, pampinos  en las estrellas de la noche del desierto.


(reescrito el año 2020 en plena "Pandemia".)

 

 


MAYONESA CASERA

Un homenaje a  nuestra mamá.   Carlos Garcia Banda p n e o t r s S d o 3 a 9 m o f 1 a 0 a 6 2 u 3 0 2 m 5 8 2 d e 0 f   i 2 c h h 2 c 4 h 1...