Para nadie es un misterio la desgracia que vivimos como ciudad el 18 de Junio
de 1991, donde el mayor dolor que debemos recordar, es el de aquellos que
sufrieron la pérdida de sus familiares, y que fueron víctimas de una tragedia
que nadie quiso jamás vivir o enfrentar. y también destacar el heroismo de
muchos anonimas personas que tendieron sus manos generosas para evitar la
muerte de muchos que pasaron arastrados por las aguas, y de ese joven que
siendo un servidor de la sociedad voluntario, como lo fue Vladimir, también se
inmolara en ese desgraciado accidente que sufrió mientras salvaba a otros de
las aguas que vb bajaban veloces por las calles y quebradas.
En medio de toda esa desgracia, de la cual la pérdida humana no tiene parangón,
reparación ni consuelo, en nuestra condición de jóvenes soldados de ese
entonces, debimos redoblar esfuerzos para ir en ayuda de la población civil,
dolorosamente sufriente, y en muchos casos de nuestros propios compañeros de
trabajo que vivían en la Poblaciòn "Santiago Amengual" y que
recibieron las descargas de agua de lluvia ( y de las roturas que nunca se
reconocieron como tales, de las matrices de agua), conformando un interminable
rio que causó estragos y muertes por ese lado, multiplicando nuestras
desgracias y enfrentados a muchos distintos frenes, pero con la serenidad
propia de apreciar las prioridades en la emergencia, y que sin duda eran las de
carácter humano.
Pero yo quiero recordar dos situaciones inéditas....Después de la tormenta
viene la calma y en la calma que vivimos después de casi tres meses, en que se
debió ajustar la vida y ordenar nuestras casas o ayudar a quienes lo perdieron
todo, como Regimiento "Esmeralda", y bajo el mando de nuestro
comandante Coronel Enrique Slater, participamos de una sobria y sencilla
celebración por el aniversario que se efectuó el 25 de octubre...
En aquella oportunidad, asistió invitado el Gran Alcalde colaborador de toda la
ciudad, el que unió a civiles y militares bajo un solo deseo, el de superar
esta desgracia juntos.
En estos días de duelo por el Sr. Floreal Recabarren, conversábamos en familia
y alguien me dijo: "Don Floreal, hizo
mucho en su vida por los demás, y logró escribir sus libros, tener a su amada
esposa e hijos, pero lo único que quizás le faltò, fue "plantar un
àrbol".
Y entonces me acordè, que nuestro amigo y alcalde, de verdad cumplió todo. Su
familia, sus hijos, el o los libros que nos enseñaron tanto de la historia, y
un hecho inédito más allá de lo que pudo haber cultivado en su propio jardín
fue precisamente lo que a continuación les cuento:
Ese aniversario del regimiento, el 25 de Octubre de 1991, con mucha humildad,
con sentido cívico y de acercamiento a la Unidad, que también había sufrido
algunas pérdidas materiales, en conjunto con el entonces comandante del
Regimiento, hicieron lo que todo hombre puede hacer en la dificultad y
desgracia: Estrecharon sus manos, y en un sentido de franca amistad y
compromiso, por el "Sèptimo de Lìnea" y nuestra ciudad, y
seguidamente se encaminaron al frontis del Regimiento, a la entrada del
cuartel, y en un signo de cariño por la ciudad y por el Regimiento, ambas
autoridades, plantaron en conjunto un àrbol, y yo fui testigo de eso.
Entonces es por eso que quiero homenajear a esos dos grandes servidores: Uno al
mando de la Unidad y que dispuso todos los medios humanos y materiales para ir
en ayuda de todos quienes lo necesitaron, y el otro, como hombre público que
sirvió a toda la ciudadanía sin mediar colores no ideas, y que tuvo que pasar
por esta desgraciada situación.
Nunca terminamos de conocer a las personas.
Don Floreal, cada vez que pasábamos cercano a su café del centro, nos saludaba
y sonreía y preguntaba por ese soldado con quien hace tanto tiempo les unió esa
sencilla tarea de plantar un àrbol.
Y en este momento tan crucial que como sociedad vivimos, me propuse desde ayer,
buscar y buscar, y con alegría puedo decir, que tengo la "exclusiva"
e inédita foto de tan magno momento, y que me permite decir con toda certeza,
que más allá de cumplir todas sus tareas y los designios de la vida, don
Floreal, acompañado en ese entonces con la autoridad miliar
del regimiento, se estrecharon las manos y juntos, acompañados de dos
pequeñitas , Carolina y Loretito, hoy ya mujeres, y al vez otros pequeños que
no logré reconocer, se inclinaron, tomaron la pala, y con la mejor tenida, y el
mejor terno para la gran ocasión, hicieron el forado en la tierra, y allí
plantaron un árbol para la vida que quizás hoy (no lo sè en verdad), pueda aún
estar regalándonos su sombra.
Gracias Don Floreal, por su sencillez y su humildad, pero usted como buen
líder, se "ensució" las manos, y dejando todas las normas del
protocolo, junto a nuestro comandante de entonces, tomò la pala, hizo el hoyo y
plantaron en conjunto su àrbol, entregando con ese gesto todo su amor por esta
desértica tierra del norte.
domingo, 12 de julio de 2020
MOMENTO INÉDITO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
UN CUENTO DEL TIO
6 de enero 2022 Estimados amigos y vecinos de Antofagasta: Hoy, bajando por la Avenida Arturo Pérez Canto, al llegar al semáforo con A...
-
SOF. MARIO CÁCERES LÓPEZ (Q.E.P.D.) (Fotografía personal tomada por el ex Soldado Rubén Toro Pozo) Me info...
-
¡¡TRANQUILO ESMERALDINO!! Con el silencio tan característico de su propia personalidad, reposado, tranquilo, silencioso, ...
-
Este hermoso himno, creación de Don Jaime Guerra Yáñez, fue interpretado por el querido y recordado “Coro Mixto del Salitre” de Soquimich...
No hay comentarios:
Publicar un comentario