domingo, 12 de julio de 2020

CARTA A LOS PAMPINOS

Estimados hermanos de la pampa salitrera:

Ha llegado por esas fortunas que me regala la vida, un libro escrito por nuestro amigo pampino, Rubén Gómez, “Gomito” para algunos, y el amigo  de infancia de muchos de ustedes que corrió por todos nuestros escenarios infantiles,  de nuestra hermosa y bella niñez, y compartió las amistades comunes de nuestros propios amigos, dejando en cada páramo de nuestra oficina salitrera, su mirada de recuerdos, su lluvia de emociones, y su amistad sincera con tantos que tuvieron el honor de conocerlo y que , por esas cosas de la vida, continúa hoy  viviendo entre nosotros, con esa gran virtud, (o gran “defecto”,) de ser un hombre demasiado “humilde” para contarse a  sí mismo, o jactarse entre nosotros, de las bellezas de sus narraciones.

Y ese libro “Desaparecidos en tiempos del Beagle. Memorias periodísticas,  entre la pampa salitrera y Salta , la linda”, llegó como una paloma de paz a mi alma, pues  me paseó por esas benditas calles de María Elena, me refrescó la memoria llevándome a las orillas de nuestro amado Rio Loa, me aventuré a recorrer, como en esos años de mi niñez la empinada y peligrosa “Escalera del Indio”,  o me sorprendí golpeándome los brazos o la cara, para  calmar el aguijón doloroso de los tábanos hirientes, verdaderas aeronaves que nos atacaban “desde el sol”, engañándonos la vista y posándose con tanto silencio en nuestras cabezas esperando “sus oportunidades de ataque” , mientras nuestros cuerpos se bañaban en esas benditas pozas pampinas, que fueron comparables solamente el verdadero edén religioso que nos hablaba el catecismo, mostrándonos tantos sueños de amor, de esperanzas  y juegos,  y donde pudimos ser felices, en solidaridad,  amistad,  compañerismo, viviendo muchas  maravillosas experiencias y aventuras que nos  permite, con toda autoridad preguntarnos con honda satisfacción o  sano orgullo:  “Si  no lo viviste”, no puedes sentir esa magia multicolor de nuestros recuerdos, que nos llevaban a revolotear por ese desierto, como esas inolvidables libélulas azuladas de  cola larga y alas que se agitaban armoniosas, como buscándonos para  jugar o engañarnos con una aventura  y  hacer que gritáramos entusiasmados persiguiéndolas en medio de los olorosos algarrobos y sintiéndonos los cazadores furtivos de esos  hermosos e incasables “matapiojos”.

Leer ese libro,  de verdad, ha sido para mí el reencuentro con mi raíz de niño pampino.

Saber de la vida de sacrificio, sufrimiento, y dolor que enfrentó nuestro amigo, dejando su corazón en tantos que  jugaron con él en los espacios pampinos, y que de pronto desaparecieron de la vida por circunstancias tan dolorosas que solo el que sintió ese valor de la amistad,  puede  contarlas con ese nudo propio del sentimiento en su garganta,  rasgando quizás sus almas, y que los que la vivimos quizás en otras circunstancias, entendemos más que ayer, la cruenta   experiencia  vivida por gente de bien que tuvimos el gusto de conocer, y que si hubiera estado de nuestras manos o nuestra voz poner al fuego nuestra dignidad para  ofrecer el cuello al verdugo y rescatar el de ellos, sin temor a equivocarme, creo que cualquiera de nosotros lo habría hecho, sabiendo de  las bondades y virtudes de esos  jóvenes que  se perdieron en esa difícil situación y que solo el tiempo nos puede ayudar a entender.

Pero más allá, y muy también ligado a  otra vivencia de  Rubén, referida al  inminente enfrentamiento de las fuerzas chilenas con las de Argentina por el canal de Beagle, y que alguna vez nos preocupó o nos  movilizó como parte de la reserva del Ejército, conocer el otro lado, con ejercicios, con  permanentes operaciones de orden psicológico, es entendible también entender que en el transcursos de la historia de todos los países, siempre ha habido y habrá “manipulación” de los que gobiernan con sus ciudadanos, dejando siempre entrever la voluntad de sus propios intereses. La guerra con Argentina, fue  vencida por la diplomacia y debemos  esa paz garantizada a la voluntad del Santo Padre Juan Pablo II,  y la férrea voluntad del entonces Cardenal Samorè y ambos gobiernos, que de no haber sido así,  habríamos tenido también  miles de muertos de ambos bandos.

Pero en el intertanto, un acto de crueldad innecesario y que nada tiene que ver con el valor de los soldados que se entrenan para  la guerra, poniendo su pecho a las balas y enfrentando a un supuesto enemigo cara a cara,  lo que vivió Rubén y que lo cuenta con esa  valentía de hombre chileno, pero sin odios, sin rencores, es digno de héroes anónimos que la historia no conoce.

Siempre las personas, la amistad y la cordura vencerán los odios, y  eso nos cuenta Rubén  del valor de gratitud de la amistad de sus amigos, chilenos y argentinos.

No quiero contar la historia completa, seria  perder la novedad de su lectura.

Sería muy feliz que  juntos valoráramos la obra de Rubén, el “juglar” de la pampa, y que ha cantado sus  anécdotas en varias publicaciones que he tenido el gusto de leer, siendo `’ésta una novela periodística, en la cual retrata toda su humanidad, todos sus sueños, todas su capacidad de amar y perdonar y todo lo que un hombre desea transmitir a sus pares: valores de entendimiento mutuo,  ideas que permitan vivir en un mundo mejor, y Rubén lo ha hecho magistralmente empleando lo que muy bien maneja como periodista y “pampino”: su pluma. Para reconocer la riqueza mineral del salitre, fue necesario emplear el “combo”, pàra horadar  la piedra a fuerza bruta de esos valientes obreros “calicheros” y  heredarnos esos blancos sueños del salitre. Así también valoramos su esfuerzo literario, que  nos permite darnos cuenta con sus relatos, que fuimos privilegiados al crecer en un ambiente que nos hizo muy, pero muy felices…

Quisiera ser justo con la historia.

Estamos en deuda con Don Rubén Gómez Quezada. Es nuestro mejor representante de la verdadera infancia y aventura pampina, y por su perfil de sencillez, jamás se sobrepone u opaca las historias que otros pudieran escribir, pero que en este caso hacen de la narración de su  crónicas y cuentos o novela, una verdad irrefutable, la de haber vivido, la de haber recorrido cada rincón como todos nosotros, que sabemos todos esos secretos y recodos del camino, la de haber soñado y también haber sentido alguna tarde, los golpes de las piedrecillas que volaban girando en un  juguetón remolino, buscando siempre un mejor mañana para él, sus hijos, su esposa, y con ellos su amada familia “pampina” que  debe alguna vez reconocerle, como un hijo predilecto.

Ojalá puedan ustedes tener esa maravillosa oportunidad de empaparse de salitre, de juegos y de sueños, y quizás  sean también solidarios en medio de su  humano dolor, para  leer esta obra, que está disponible para los que la deseen  y que no puede faltar en la lectura  de este tiempo, en que  esta pandemia nos tiene nerviosos y cegados, porque aún tenemos mucho que vivir,  soñar y compartir con nuestros hijos y nietos y qué mejor que hacerlo leyendo juntos  esas aventuras que han quedado grabadas en sus valiosos escritos y que son testigos también de esa historia que vivimos juntos.

Lean, busquen esta novela periodística, tome contacto con el hermano pampino Rubèn Gómez, a su propio correo y  pidan ese libro que siendo muy rico en historia y conocimiento tiene un costo mínimo para poder  financiar lo que tanto cuesta en este nuestro país, editar y escribir, porque nadie puede pensar que un libro  pueda  dejar ganancias exorbitantes, todo lo contrario, su venta paga la deuda de la edición y la imprenta,  pero lo que sí nos deja, es la mayor riqueza de su propia vida y que ya no es “su” vida, es nuestra, porque la vivimos todos y es parte de todos nosotros.

Sean embajadores  de nuestras mejores historias y  hagan un justo esfuerzo,  adquieran este libro “pampino” neto, y  se regalarán  nostalgias, juegos, lluvia de recuerdos y  solidaridad para un hermano, en  medio de su hermosa vida, cargada de alegrías, ilusiones y dolor.

                (El correo de Rubén Gómez Quezada es: rugoque51@gmail.com.) (ó su wsp. personal:

56 9 9817 8626)

Muchas Gracias…..


 


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