Quizás no sea meritorio que yo publique esto, pero está considerado dentro de los mejores cien
cuentos del “Antofagasta en 100 Palabras”, pero creo que debía decirlo. Dedicado a mi esposa, a mis
hermanas y familia (todos educadores), y a mis queridos PROFESORES DE CHILE,
tan sufridos, vapuleados y humillados, y que
entregaron su vida con sentido de servicio y vocación, y que aún esperan
el pago en justicia, de la casi olvidada deuda histórica….
“Esto no tiene nombre”
“Trabajamos toda una vida ansiosos, para
ganarnos algún justo solaz descanso y de la mano continuar nuestros
sueños de maestros. Nos sentaríamos ¡Oh dulce amor!, a contar historias vivas,
junto al reloj de los ingleses, en tertulias de recuerdos, lanzando, tal vez,
migajas de pan y sol tibio a las palomas. Fueron tantas tardes, noches,
madrugadas, niños, jóvenes, millares de lápices, cuadernos y horas de
enseñanza, para ver hoy a tantos conocidos pasear indiferentes, esquivándonos
la mirada. Hoy oímos el invariable son del campanario, sentados, agotados, sin
cuadernos, jubilados y con hambre, vendiendo chocolates.”
Carlos Garcia Banda.
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